lunes, 11 de septiembre de 2017

LEL VOL1CAP10

Volumen 1 Capítulo 10
El papel de Weed en las fuerzas de castigo
¡La fuerza de castigo con rumbo a la Aldea Baran! Localizado en la frontera de la civilización humana, el Reino de Rosenheim estaba rodeado por monstruos. El Reino había levantado muros fortificados y había organizado milicias en las ciudades fronterizas, pero los ataques anuales de goblins y orcos que asaltaban los pueblos tras las cosechas de otoño seguían causando estragos, lo que suponía un quebradero de cabeza en la Corte Real. La misión de la fuerza de castigo asignada a Darius era una misión de grupo para recuperar el Poblado Baran que había caído bajo el ataque de los hombres-lagarto. Aquellos que se unían a la fuerza de asalto compartían la misma misión y ellos, formando un cuerpo de trescientos jugadores, irían a expulsar del poblado a los invasores. El tema había estado causando sensación en la Ciudadela de Serabourg en los últimos días. Hasta los jugadores de otros Reinos estaban llegando a la Ciudadela para unirse a la misión, haciendo que la ciudad estuviese más llena de gente que de costumbre. A todo aquel que tomase parte en la misión se le otorgaban puntos de experiencia, por no mencionar la [Fama], como reconocimiento por sus servicios al Reino de Rosenheim. Todo el mundo estaba hablando de ellos, pero Weed no se había enterado al haber estado ocupando tallando estatuas en su puesto. Weed accedió a reunirse con sus antiguos compañeros de equipo. Todos le esperaban en el centro de la ciudad. “Me alegro de volver a verte, Weed.” “¡Guau! Cuánto tiempo sin verte.” Surka e Irene le dieron la bienvenida. Su equipo había cambiado notablemente desde la última vez que se habían visto. Surka llevaba una chaqueta de buena calidad, e Irene un vestido clerical completamente blanco. En el caso de Romuna, la maga, vestía la típica túnica negra. Se sorprendieron al ver que Weed aún llevaba el mismo atuendo. “Weed, ¿dónde has estado?” “Es una larga historia…” – antes de que pudiese terminar de responder, Surka le quitó la palabra y dijo: “Entiendo. No te has conectado desde hace semanas, ¿verdad?” “…” “Oh, ¿vas a unirte a la misión de la fuerza de asalto? ¡Por favor, ven con nosotros, Weed!” – Romuna abrazó su brazo con los suyos, como si fuesen una pareja. Pale el arquero les observaba con una expresión dolida que le causó a Weed un escalofrío. Ya se había fijado en que Pale cortejaba discretamente a la maga. Deslizando su brazo del firme agarre de Romuna, Weed preguntó: “¿Qué niveles tenéis?” “Yo 48 . He muerto cinco o seis veces, por lo que tengo el nivel más bajo del grupo.” – respondió Surka obedientemente. “Yo estoy en el 51.” – dijo Irene. “Igual que yo.” – esta vez era Romuna. “Y yo 53.” – dijo por último Pale, aún incómodo por la imagen que acababa de ver. Weed ya sabía que sus compañeros eran amigos en la realidad, por lo que siempre estaban cazando juntos, y subiendo niveles a un ritmo parecido. Aun así, era obvio que habían estado en un buen terreno de caza, ya que habían subido de nivel más rápidamente que la mayoría de los jugadores normales. Le confiaron que se habían retirado temporalmente de la universidad. Aunque no querían decirle más, él supuso que habían estado jugando a Royal Road casi sin parar, sin dormir, encerrados en sus cuartos oscuros como si fuesen personas aisladas socialmente. Pale pronto comprobó que Weed se uniría con ellos a la misión de la fuerza de asalto. “Han publicado que el nivel requerido es 30 o superior. Esta misión da un extra a la experiencia conseguida. Y además puedes conseguir algo de [Fama].” La fuerza de castigo tenía previsto encontrarse muchos tipos de monstruos. El objetivo principal eran los hombres-lagarto que ocupaban el Poblado Baran, pero era más que probable que se encontrasen con los menos peligrosos goblins. “La misión es un poco arriesgada, pero podemos usar la ayuda de los PNJs en caso de emergencia. Estoy realmente cansada de las arañas rojas y de los bandidos.” – dijo Pale con gesto abatido. Mientras Weed había estado ocupado, sus compañeros habían estado cazando en una mazmorra cercana. La mazmorra de las arañas, en la que en cada estalactita se escondían arañas rojas y arácnidos venenosos. Irene se encarga de los envenenamientos, pero Pale quedó traumatizado al verse atrapado en una pegajosa telaraña, removiéndose patéticamente contra las babeantes arañas gigantes. Weed asintió, comprendiendo exactamente por lo que Pale había pasado. Él lo había pasado mal luchando contra los gusanos gigantes. “No estaría mal tomar parte en la fuerza de castigo.” “Pues bienvenido, Weed. Por cierto…” “¿Sí?” “¿Has conseguido una clase?” Hasta donde el grupo sabía, Weed había estado indeciso sobre qué clase elegir cuando estaban haciendo sus cacerías nocturnas. Hasta habían hecho sus apuestas sobre cuál terminaría escogiendo. “Tengo una clase, pero…” “¿Qué clase es? Anda, dínoslo…” – Irene, que normalmente se mostraba reservada, se le acercó con los ojos brillando. Como sacerdotisa a cargo de la curación de sus compañeros, se suponía que debía conocer la clase de los demás. Solo entre los tipos de guerreros ya había muchas posibilidades, por no mencionar las ramas de clases de combate que se especializaban en diferentes armas y estilos de lucha. Los tanques tenían una [Defensa] enorme y una gran cantidad de puntos de [Salud], mientras que los guerreros puros se enfocaban en subir su [Ataque] y su [Fuerza]. En el caso de Surka y Pale, pertenecían a las clases de apoyo con una gran [Agilidad], pero con menores puntuaciones en [Fuerza] y [Vitalidad] si los comparamos con los otros luchadores cuerpo a cuerpo. Es más, los paladines, también conocidos como caballeros sagrados, podían usar poderes divinos, incluyendo la [Mano Sanadora] para curarse, gracias a su atributo exclusivo de [Fe]. Weed se rascó la cabeza, se encontraba incómodo. “Soy un escultor.” “¡Guau, mola! ¡Te has cogido una clase de artista!” – Surka empezó a reírse alegremente, pero el resto no parecía tan complacido. El prejuicio asociado a los débiles escultores estaba profundamente arraigado en sus mentes. De hecho, la clase escultor era una de las clases artesanales que no tenían nada que ver con las habilidades de combate, por lo que no contaban con ningún bonificador en [Fuerza] o en [Vitalidad]. Aun así, aceptaron a Weed como uno de los suyos con todo su corazón. No eran tan crueles como para volverle la espalda a su antiguo hermano de armas solo porque se hubiese convertido en miembro de una de las clases menos deseables. “Vamos de camino a Sir Darius para unirnos a la expedición. Ven con nosotros.” – dijo Pale. “Pero, es que verás, soy un escultor.” – insistió Weed. “No te preocupes. Podemos cubrir lo que te falte. Deberíamos apresurarnos antes de que otros jugadores llenen el cupo. El límite del cuerpo de asalto es de trescientos jugadores y doscientos soldados PNJs y se llena por orden de llegada.” – explicó Pale. “Vamos, Weed.” – le insistió Romuna. “Si piensas que no estás cualificado para ocupar un puesto por ser un escultor nosotros te ayudaremos. Ven, ¿por favor?” – dijo Surka. Ahora que había expuesto su clase se había quedado sin excusas para rechazar la propuesta. Las mujeres sentían un instinto maternal tan fuerte que no podían abandonarle, aunque le creyesen débil, y Pale casi le rogó que se les uniese en la fuerza de castigo para compensarle por lo que había hecho por ellos anteriormente. Persuadido por sus insistencias, Weed se dirigió hacia donde las fuerzas de Darius se estaban concentrando.
* * *
El Duque Kanus estaba manteniendo su encuentro semanal con los caballeros. Todos los caballeros de la Ciudadela, sin excepción, habían sido convocados a ella. En la reunión, se discutía cómo expulsar a los monstruos de Rosenheim, un plan de reclutamiento y otros asuntos militares de urgencia. “Ha hecho un buen trabajo, Lord Midvale, los soldados que se le asignaron están perfectamente entrenados. Estoy impresionado por ver que todos han superado el nivel 50.” – dijo el Duque. “No es obra mía, Su Excelencia” – replicó Sir Midvale. “¿Eh? Yo mismo le confié esa misión. Dígame qué pasó.” “Si insiste, Su Excelencia.” – respondió el caballero. A continuación pasó a informar en detalle de los eventos acontecidos durante la misión en la Guarida de Litvart. “Mmm… ya veo.” – dijo el Duque Kanus acariciándose su cuidado bigote. Los demás caballeros también se mostraban sorprendidos porque un extranjero, y no un nativo del Continente de Versalles, hubiese hecho tan buen trabajo. Los PNJs se reconocían como nativos del Continente, y a los usuarios como hombres libres enviados por Gaea, el Vidente Sagrado. Tenían emociones, y hablaban y actuaban como si fuesen reales gracias a una avanzada inteligencia artificial. “Un buen hombre, desde luego. Lord Midvale, ¿por qué no le reclutó para el Ejército de Rosenheim?” – preguntó el Duque. “Le ofrecí dos veces un puesto de oficial, pero ambas veces dijo que quería mantener su libertad para acabar con los monstruos a su criterio.” – contestó Sir Midvale. “Entiendo, un hombre libre.” – comentó el Duque Kanus, impresionado. “Sí, Su Excelencia. Aunque no pertenece a nuestro Reino, me da la impresión que es un hombre que volverá a proteger Rosenheim.” – dijo Sir Midvale. “Si usted lo dice seguro que volveremos a ver su espada a nuestro lado algún día.” – dijo el Duque abandonando el tema sobre la Guarida de Litvart y pasando al siguiente.
* * *
De camino a Darius, Weed se detuvo en una tienda. “¿Weed, por qué nos hemos parado aquí?” “Ahora veréis.” La tienda estaba abarrotada de clientes. Principalmente recaderos de los diferentes restaurantes de la Ciudadela. Un chico, vestido con lo que parecía ser un traje de mensajero, gritó: “¡Quiero unas buenas pechugas!” “Ja, ja, ja, ja, estás en el lugar equivocado, semental. El burdel está en la próxima esquina. Esperó que tengas un carné” – respondió el tendero. “Joder. ¡Lo que quiero son pechugas de pollo!” – el chico hizo una mueca de disgusto. Pero el tendero, en cambio, no dejaba de sonreír. “¿Solo pechugas de pollo? ¿No necesitas huevos también?” “Ups, me olvidaba. Huevos también.” “Pues tendrás que esperar a que las gallinas pongan.” “¿Y el pollo?” “Cuando los huevos se abran, señor.” Irene se rio ante el intercambio de palabras entre el tendero y el recadero. “Que chico tan gracioso.” “Supongo que trabaja para un restaurante porque no puede salir de la Ciudadela estas primeras cuatro semanas.” “Mala elección. ¿Por qué habrá decidido trabajar en un restaurante, donde no hay gran cosa que aprender?” – para Pale, hacer carrera en un restaurante no era buena idea. A los novatos se les recomendaba tomar trabajos bien pagados, o en el caso de los aspirantes a hechicero, leer y aprender todo lo posible en una biblioteca. Era así para que pudiesen comprar mejor equipo con el que cazar más fácilmente y subir más rápido de nivel a la larga. Pero Weed no estaba de acuerdo con esa opinión. “Si trabajas en un restaurante, puedes aprender la habilidad [Cocina]. Vale la pena.” – dijo. “Lo sé, ¿pero de qué sirve aprender una habilidad inútil como [Cocina]? Si compras pan de cebada procesado, te puede durar un mes.” – replicó Pale. “Tiene razón. ¿Para qué aprender cómo cocinar cuando es fácil aumentar tu nivel de satisfacción?” – preguntó Surka. Para Weed, Surka y Pale tenían ideas equivocadas y hasta infantiles. Subestimaban la habilidad de [Cocina] tanto como habían despreciado el [Dominio de la Escultura], sin saber el gran impacto que las buenas comidas podían tener sobre los atributos. ‘Esta gente no sabe lo que es una vida de pobre.’ – pensó. Los ojos de Weed se oscurecieron. Quienes han pasado períodos de dificultades económicas no subestimarían el significado de la habilidad [Cocina]. Imagina que te ves obligado a comer solo pan de cebada cuando estás cazando en el campo. Si eres un novato con un nivel bajo, y tienes poco dinero, aguantas porque no tienes otra opción. Pero en cuanto tu nivel alcanza cierto punto en que puedes permitirte una buena comida, tu lengua rechaza automáticamente el pan de centeno. En realidad, hasta Pale empezaba a tener problemas llevándose el pan de centeno a la boca. En el fondo, toda la gente es igual. Tienen la misma lista de deseos, y a medida que los van cumpliendo, la lista crece sola. Particularmente, las necesidades básicas de una casa, las ropas y la comida son inseparables de la misma vida. Lo que es más, la habilidad [Cocina] funcionaba en la realidad. A medida que la habilidad mejoraba, recibes una lista de recetas basadas en los ingredientes con los que cuentas. Puedes probar nuevas recetas en la Realidad Virtual que se quedarán en tu cabeza cuando te desconectes. Si dominas la habilidad al menos hasta el nivel experto, nunca tendrás que preocuparte por buscar un trabajo, porque cualquier restaurante te recibiría con los brazos abiertos. Significaba que la realidad estaba copiada con precisión en este mundo imaginario. En otras palabras, lo que se aprendía aquí, también funcionaba en la realidad. Así de detallado y realista era Royal Road. Por supuesto, la mayoría de los jugadores que no se molestan aprendiendo habilidades artesanales tanto como Weed nunca comprenderán cómo era en verdad hasta que lo experimenten por ellos mismos. ‘Me pregunto si alguna vez lo intentarán.’ Weed anticipaba que el valor de la habilidad aumentaría a medida que los jugadores pasasen del nivel 100. Las comidas que Weed preparaba con su habilidad de [Cocina] – Principiante tenían un efecto beneficioso en los puntos de salud. ¿Qué efecto tendrían los platos de un maestro? ‘Estoy seguro que hasta una pareja felizmente casada mataría para poder probar un plato así.’ No solo el sabor de la comida, también los efectos adicionales tendrían que ser algo excepcional. ¡Un duro e insípido pan de cebada de tres monedas de cobre contra un plato de cocina francesa que mejora tus atributos! La competición había terminado antes de empezar. Weed se imaginaba que los platos preparados por un gran chef podrían venderse por un verdadero montón de dinero. Pensaba que el valor de las estatuas se mantendría estable y que no cambiaría por mucho tiempo que pasase, mientras que la habilidad [Cocina], mientras fuese una parte integral de la vida, nunca perdería su influencia en el día a día. En algún momento, los más veteranos empezarían a buscar la mejor comida que pudiesen encontrar, y entonces el valor de los cocineros profesionales se dispararía. Bueno, puede que algunos ya lo hayan previsto. Los cocineros son uno de los grupos que más celosamente protegen sus secretos profesionales. Deben estar creando sus propias recetas y mejorando su habilidad. Se volvió hacia sus compañeros con gesto serio y les dijo: “Entiendo que no apreciéis las habilidades artesanales en general. Las de combate son importantes. Pero creo que llegará el momento en que las habilidades de producción terminarán siendo las más importantes. Todas las artesanías tienen algo en común, y además también mejoran y ayudan en la capacidad de combate. Os sugiero que las aprendáis, por lo menos, la de [Cocina]. Al fin y al cabo, es algo esencial en el día a día.” “…” “Lo siento.” – dijo Surka con voz baja. “Olvidaba que eres un escultor, y sin pensarlo empecé a criticar a los artesanos. Lo siento mucho.” – dijo Pale también. Surka, Pale e Irene estaban avergonzados. Pensaban que Weed se había enfadado porque habían estado subestimando la habilidad [Cocina], una de las artesanías, en su cara. “No era esa mi intención. Me habéis malinterpretado.” – Weed sacudió la cabeza. No importaba cuánto se esforzase en explicárselo, no lo entenderían hasta que no lo viesen con sus propios ojos. La tienda tenía un ambiente agradable, ya que la mayoría de los clientes eran habituales. Weed se abrió camino entre la multitud y se dirigió al mostrador. “Buenas.” – dijo. “Buenas. He oído lo que decías. ¡Creo que tienes razón sobre la [Cocina]!” – dijo el tendero. “Gracias.” “Tu cara me resulta familiar.” “Es posible. Vine a comprar hace unos pocos días.” Cuando Weed estaba mejorando su [Dominio de la Escultura] y su [Cocina] a la vez, había ido a esta tienda para comprar alimentos en cantidad, por una simple razón, sus bajos precios. La mejor manera de maximizar los beneficios es siempre minimizar los costes comprando grandes cantidades de materiales a la vez con un descuento. Weed siempre había comprado en esta tienda, aunque era la primera vez que hablaba con el tendero. “Será eso. Gracias por venir a mi tienda. Por cierto, ¿estás siguiendo el camino de la [Cocina]?” “No, mi clase principal no es la de cocinero, pero conozco muy bien su valor.” “Está bien. ¿Qué puedo hacer por ti?” – los ojos del tendero refulgieron, evaluando a Weed. Weed ya había comprendido, por su conversación con el recadero, que el otro tenía que ser también un jugador. “Especias y salsas.” “Mmm. Hay muchos tipos de especias. Sal, azúcar y pimienta, y también puedo mostrarte algunas especialidades locales interesantes, como especias de la tierra de los elfos, y botellas de savia extraída de ciertas plantas del Norte.” – respondió el tendero. En el amplio Continente, había una gran cantidad de objetos con sabores propios que los granjeros cosechaban y eran transportados en caravanas. “No busco nada especial, solo lo básico.” “Perfecto. Solo los tontos que buscan impresionar a los demás hacen pedidos especiales. ¿Sobre la calidad?” “Por supuesto, la mejor.” “¿Cuánto?” Weed recontó el dinero que tenía. Aún no había vendido alguno de los metales que tenía, salvo la plata que había reunido de las reinas gusano. Los estaba reservandolos para el futuro, para usarlos al reparar su equipo y mejorar su habilidad de [Reparar]. “Tengo veintisiete monedas de oro. Esa cantidad.” – dijo tras hacer cuentas. “Muy bien, te daré un pequeño extra.” – respondió el tendero. Cuando los compañeros de Weed oyeron la conversación entre él y el tendero sintieron que entre ambos existía una sensación de entendimiento y respeto, como si un par de viejos compañeros de copas se acabasen de encontrar. De hecho, el tendero era uno de los que habían emprendido el camino de la [Cocina]. Cuando vio a Weed, comprendió que en la última oleada había aparecido un buen rival. Weed también reconocía al tendero como alguien que había empezado antes que él en ese camino, por lo que se entendían con pocas palabras. Bastaba con el contacto visual. Se guardó las especias en la mochila. Satisfecho con los preparativos para el nuevo viaje, se dirigió al campamento de la fuerza de castigo de Darius junto con sus compañeros.
* * *
La fuerza de castigo al Poblado Baran ya era el principal tema de conversación en la ciudad, por lo que muchos jugadores habían estado dispuestos a unirse a la misión. Darius estaba sentado en una pequeña silla, entrevistando a los aspirantes. “Siguiente.” “Hola, me llamo Cochran. Arquero de nivel 68. Soy bueno con [Tiro Múltiple], y mi arma es un Arco de Lassante.” “Aprobado.” Los siguientes eran el equipo de Weed, con Pale como cabecilla, que habló nervioso con Darius. Pale hablaba como representante de su equipo. “Todos estamos en el mismo equipo. Niveles 50. Clérigo, maga de combate especializada en fuego, explorador, monje y…” – Pale tartamudeó al ir a presentar a Weed porque temía que, al mencionar que Weed era un escultor, Darius pudiese enfadarse y rechazar al grupo. “Mmm… es un equipo equilibrado. Genial. Y él… ¿también pertenece a tu equipo?”– Darius señaló a Weed, mientras le preguntaba a Pale. “Sí.” “Cinco en total. Con eso se completan los últimos puestos de mi ejército.” “Entonces…” “¿Quieren unirse a la misión de reconquista del Poblado Baran?” – preguntó Darius, y una ventana apareció ante los ojos de Weed. ¡Ding!

Nueva misión: [Fuerza de Castigo al Poblado Baran].
Más allá de las fronteras del Reino de Rosenheim hay un mundo de bestias salvajes. A pesar de que se construyen muros y se envía a las tropas para expulsar a los monstruos que cada año asaltan distintos poblados, esta vez hubo un fallo en las defensas, y una oleada de monstruos se asentó en el Poblado Baran.
Con la ayuda de los soldados de Rosenheim, salva la Aldea Baran de la calamidad, y destroza los monstruos.
Dificultad: D.
Restricciones:
Debes completar la misión en 30 días.
Pale habló con una gran sonrisa. “Claro.” “Yo también quiero unirme.” “Y yo.” “Gracias por invitarme.” “Sí.” – Weed fue el último en unirse.

Has aceptado la misión.
“Muy bien, en marcha.” Darius se puso en pie de un salto y gritó: “¡Chicos de la fuerza de castigo, por aquí! ¡Estamos todos! ¡Nos vamos!”
* * *
No hubo ceremonia de partida para la fuerza de castigo enviada al Poblado Baran. Solo algunas personas que conocían a algún miembro de la tropa sacudiendo la mano en señal de despedida. Trescientos jugadores con atuendos coloridos marcharon hacia la Provincia sureña por la Puerta del Sur. El destino era la Aldea Baran. Pretendían recuperar el poblado que había caído bajo las garras de los hombres-lagarto. “Je, je. Nunca había estado tan lejos de la Ciudadela. ¡Es como un viaje escolar!” – dijo Romuna. “Creo que nos teníamos que haber traído algo de comer.” – respondió Irene. Las chicas estaban hablando animadamente. ¡Aire fresco y un día soleado! Era un día perfecto para una excursión. Lobos y leones, aterrorizados por el tamaño del grupo, desaparecían de su camino, asegurando la seguridad del viaje. Mientras sus compañeros hablaban relajadamente, disfrutando de la charla, Weed estaba examinando a los demás grupos, desde qué vestían hasta su equipamiento. ‘La media de los jugadores en la fuerza de castigo está entre 40 y 60. Por lo que he oído, el de Darius es al menos 140.’ Darius tenía cinco compañeros, tres guerreros con espada, un ladrón y un guerrero básico. ‘Supongo que tendrán más o menos los mismos niveles.’ Weed determinó que Darius había formado el batallón con cualquiera que se presentase y cumpliese con los requisitos básicos hasta tener los trescientos requeridos. Había empezado a sospecharlo cuando se presentó para la misión, al ver la forma relajada en que les aceptaba. En el caso de Weed, ni se había molestado en preguntar ni su clase ni su nivel. ‘Supongo que quiere acabar con todo esto lo antes posible. Hay un montón de recompensas en juego.’ Una sensación de alarma se iba abriendo paso en sus ideas. Había investigado sobre Darius, el líder de la fuerza de castigo, justo después de que Pale le propusiese la idea. Darius tenía una mala reputación. Era un hecho conocido que haría lo que fuese necesario para su propio interés. “Chicos, escuchad.” – dijo en voz baja. “¿Eh?” – a Surka le extrañó la actitud de Weed. “Cuando lleguemos a Poblado Baran no deberíamos confiar en nadie.” “¿Qué quieres decir con eso?” – preguntó Romuna. “Que estaremos por nuestra cuenta.” – respondió él. Pale miró alrededor, como si acabase de despertar tras oír el comentario de Weed, y se mostró de acuerdo. “Entiendo lo que quieres decir, Weed.” “¿Qué pasa? No lo entiendo.” – insistió Surka. Weed le miró con el ceño fruncido. “¿Conocemos a alguien más de la fuerza de castigo?” “No.” – respondió ella. “¿Quieres decir que si logramos un buen objeto alguien podría matarnos para intentar quedárselo?” – preguntó Irene. La pregunta pilló a los demás por sorpresa. Surka y Romuna incluso parecían asustadas. “No es eso a lo que me refiero pero, claro, es posible. Pero no creo que haya nadie tan descarado como para pasarse tanto delante de todos estos testigos en la fuerza de castigo. Si recibe la marca del asesino por matarnos, se convertiría en un enemigo público delante de cientos de personas, y le matarían en un acto de venganza. Además, Darius no lo permitiría, porque pondría en duda su autoridad.” “¿Entonces qué es lo que te preocupa?” – preguntó Romuna. “El problema es que no tenemos a nadie en quién confiar.” – explicó. Weed llevó a su grupo a cierta distancia del grueso de las tropas para que no les escuchasen, y añadió. “A pesar de nuestros bajos niveles vamos a enfrentarnos con un buen número de monstruos.” “¡Exacto! ¿No es por eso por lo que se han reunido trescientos jugadores para la misión, y tomados prestados doscientos PNJs del Ejército de Rosenheim? Cuando esto termine, habremos ganado experiencia y fama.” – dijo Surka. “Y he aquí la pregunta. ¿Cómo lucharemos cuando empiece el combate?” – preguntó Weed. “Sí, tenemos un montón de gente, pero somos un puñado de desconocidos que no sabemos nada los unos de los otros. No conocemos las habilidades de ese explorador. No sabemos si el mago a su lado es realmente un mago, o un impostor disfrazado. Imagínate que los hombres-lagarto nos atacan por sorpresa. ¿Cómo reaccionarán? ¿Cómo podemos hacerles frente y contraatacar?” “¿Y qué tiene eso de malo? Se supone que los asaltos son así, ¿no?” – preguntó Irene. Al oír la pregunta, Pale meneó la cabeza. “La mayoría de los asaltos consisten en matar un cierto número de monstruos, o acabar con la amenaza en un área definida. No he oído mucho sobre batallas a gran escala contra los monstruos en campo abierto como esta misión. Contamos con trescientos jugadores y doscientos soldados, pero cuando empiece el combate, estaremos separados en secciones con nuestros compañeros de equipo.” – explicó. “Eso significa…” “Irene, los números no siempre son absolutos. Trescientos usuarios y doscientos soldados no garantizan que se pueda contar con un ejército de quinientos hombres. Si nos imponemos a los monstruos, no habrá problemas. Pero si nos encontramos con un inesperado giro de los acontecimientos, nos derrumbaremos como un castillo de naipes. Deberíamos tener cuidado.” – respondió Weed. Además, Darius había estado demasiado obsesionado con obtener una victoria rápida. Al haber muchos jugadores dispuestos a unirse a la misión, Weed hubiese aceptado jugadores de alto nivel para disminuir el riesgo de que todo se viniese abajo en una emergencia… aunque en ese caso el equipo de Weed no se hubiese podido unir. Pero Darius estaba determinado a hacerse con todos los puntos de contribución, por lo que había rechazado a cualquier jugador con un nivel superior a 100. En cambio, había cargado las filas con jugadores de bajo nivel. También había ordenado a los soldados de Rosenheim que se quedasen atrás y siguiesen al cuerpo principal a cierta distancia. ‘Apuesto a que le preocupa que los soldados puedan obtener algunos puntos de experiencia y la [Fama] que le corresponderían a él.’ Si Weed hubiese liderado las tropas para la misión, hubiese hecho justo lo contrario. Hubiese descartado a los 300 jugadores, y en su lugar hubiese aprovechado a los 200 soldados de Rosenheim. Si hubiese comandado a los PNJs para que destruyesen la banda de hombres-lagarto, su reputación y su [Carisma] habrían aumentado. Hay muchas formas de ganar [Fama] o experiencia, pero el atributo [Carisma] necesitaba este tipo de oportunidades para crecer más rápidamente. Una vez más, Weed avisó a sus compañeros que tuviesen cuidado.
* * *
La tropa se detenía de vez en cuando para descansar y comer. Los jugadores de la fuerza de asalto masticaban la comida seca que habían comprado, o preparaban almuerzos ligeros. Los soldados de Rosenheim mantenían un plan de tres comidas diarias. “¿Qué vamos a hacer con las comidas?” – preguntó Surka. Pale y Surka miraron a Weed mientras hablaban sobre la próxima comida. Sabían, por la conversación que habían seguido el día anterior en la tienda que Weed era bueno cocinando. Weed se ofreció a demostrarles su habilidad [Cocina]. “Yo me encargaré de nuestras comidas. Pale, ¿podrías cazar algunos conejos o ciervos? Al menos dos de cada uno.” “Sin problemas.” – respondió el arquero. Pale cogió su arco, y poco después estaba de regreso con tres conejos y dos ciervos. Como explorador especializado con el arco, podía dispararle a un conejo con una certeza de impacto del 100%. “Ahora os prepararé un plato delicioso.” – dijo Weed. Weed encendió un fuego, peló la piel de los conejos y los ciervos, los atravesó con unos palos y los puso encima del fuego. A medida que los iba girando lentamente, iba esparciéndoles sal y pimienta. “¡Uahh! Qué buena pinta.” – exclamó Surka. “¿Ya podemos comer?” – preguntó Irene. Ambas estaban babeando por el olor de las carnes asadas… la tentación era casi irresistible. Weed ya había cautivado las lenguas y los estómagos de Sir Midvale y sus hombres en la Guarida de Litvart. Habían devorado sus estofados como una manada de lobos hambrientos, y hasta rebañaban los pocos restos que hubiesen podido quedar en las cazuelas. Comparado con esos días, su habilidad intermedia de [Artesanía] añadía profundidad al sabor de sus platos, y el atributo [Arte] hacía que resultasen incluso más apetitosos. Hasta el palo que atravesaba los ciervos desde la boca hasta los cuartos traseros para mantenerlos sobre el fuego tenía buena pinta. “Por favor, servíos.” – dijo cuando vio que ya había torturado suficiente a sus compañeros con la visión de la comida. Como dice el dicho, el hambre es la mejor de las especias. ¡ÑAM! En cuanto Weed les dio su aprobación a los demás, estos se apresuraron hacia la barbacoa y empezaron a arrancar la carne de los huesos y a llevársela a la boca. “¡Ohh… está taaaaaaaan bueno!” – gritó Surka. “Eres el mejor, Weed.” – dijo Romuna, levantando el pulgar con la mano llena de grasa. Su boca estaba cubierta de grasa amarillenta. Aparentemente sucumbiendo a uno de los siete pecados capitales, la gula, Irene se estaba comiendo un conejo entero, y Pale estaba ocupado atacando una de las patas traseras de uno de los ciervos. Estaban chupando hasta los huesos. “Gracias, Weed.” Encantados por la espléndida comida, no dejaban de halagar a Weed una y otra vez. “No es nada.” – Weed miró alrededor y vio que muchos de los demás jugadores se habían reunido alrededor de su equipo sin que se hubiesen dado cuenta. “Tiene buena pinta…” “Y que lo digas…” “¡Qué envidia me dan!” Entre los miembros de la fuerza de castigo, el apetito de los observadores estaba siendo aguijoneado, incluso más, al ver a Irene y Romuna quienes estaban disfrutando como nunca antes. “¿Les importa si cojo un poco?” – preguntó un hombre. Weed distribuyó la comida entre los demás. “Sírvete, pero la próxima vez deberías traer algo de carne.” “Oh, muchas gracias.” – recibieron agradecidos la comida. Pero esta se acabó después de que unos pocos se les uniesen. Weed empezó a trabajar más duro en la siguiente comida, ya que muchos jugadores se le acercaban con carne y le pedían que se la preparase. De hecho, algunos sabían cocinar. Se habían visto obligados a prepararse la comida cuando se les acababa la carne seca cuando estaban realizando misiones de caza. Por decirlo de forma simple, el 80% de las tropas eran hombres. Odiaban las labores cotidianas de la cocina, como pelar patatas y cortar cebollas. Y lo mismo ocurría con las jugadoras. Incluso aquellos que habían aprendido la habilidad [Cocina] preferían reunir la carne y dársela a Weed para que se la preparase a cocinarla ellos mismos. “Lo siento. Te debo una.” – dijo un hombre el segundo día de viaje. “No, no es nada. No te preocupes. Lo hago por diversión.” – respondió Weed. “Pero…” “¿Te resulta incómodo? ¿Y si hacemos un trato? Si quieres compensarme para no sentirte culpable ni que me debes nada, puedes pagarme por la comida. Por las especias y las salsas, ¿sabes?” – propuso. “Eso me gusta más. Así no me sentiría incómodo.” ¡Un gran trabajo secundario! Weed empezó a cobrar una pequeña tarifa por cocinar. Por supuesto, era bastante superior a los costes de las especias y las salsas, pero nadie se quejó porque aún estaba dentro de lo aceptable. Cuando la tropa se detuvo en una ciudad en el viaje hacia el Poblado Baran, Weed compró una gran cantidad de alimentos en una tienda local. Necesitaba actualizar sus recetas para mejorar su habilidad [Cocina] más rápidamente. Además, los nuevos menús que nunca antes había intentado hacer, siempre eran bien recibidos por sus clientes. Siempre estaba ocupado: durante la marcha trabajaba en los alimentos que había comprado en la tienda, y en los descansos, cocinaba. El cuchillo de tallar de Zahab, además de para su uso original, era perfecto para pelar patatas. ‘Bueno, al fin y al cabo tallar y pelar son bastante parecidos.’ Las comidas que preparaba por lo general aumentaban la [Salud] de quien la comía en un 5%, y como su [Artesanía] estaba en nivel intermedio, además daban otros beneficios. El nivel intermedio de [Artesanía] ofrecía efectos adicionales de un aumento del 30% en su [Dominio de la Espada], y del 50% en la [Cocina]. Por lo tanto, el efecto final sobre los puntos de [Salud] era el de un aumento del 7%. Podía sonar como algo trivial, pero esa diferencia podía salvar una vida en medio de una batalla caótica, en la que siempre podías recibir un golpe por la espalda en cualquier momento. Unas caras familiares se acercaron a Weed, que estaba concentrado cocinando. Vestían los uniformes del Ejército de Rosenheim. “¡Jefe!” Solo unos pocos PNJs llamarían a Weed con ese título. Dejó de cortar la carne, levantó la cabeza, y reconoció las caras que tenía delante. “Son…” – empezó a decir. “¡Saludos! ¡Saluden al Comandante!” Eran Becker, Hosram y Dale, los hermanos de armas con los que Weed había estado luchando en la Guarida de Litvart. “¿Cómo estáis?” – les preguntó. “Nos ascendieron a decuriones, Comandante.” – respondió Becker. Cuando los soldados que Weed había adiestrado a conciencia fueron ascendidos a decuriones, no pudieron regresar a sus regimientos originales. Por eso, las autoridades militares les habían asignado los nuevos reclutas y otra misión. “Supongo que os han ordenado uniros a la fuerza de castigo del Poblado Baran.” – dijo Weed. “Sí, Comandante. Una vez que la misión esté completa, estaremos asignados en el poblado para asegurar el área circundante.” – respondió Dale. Algunos de los antiguos subordinados de Weed, Buren incluido, habían sido puestos bajo el mando de Sir Midvale, pero el resto, que eran ahora decuriones, estaban sirviendo actualmente en la fuerza de castigo. Había sido la nariz de perro de Becker la que había notado el olor de la cocina de Weed y lo había seguido hasta dar con su antiguo Comandante. “Je, je.” – dijo Hosram. “Echamos de menos sus comidas, Jefe.” – añadió Becker. “Lamento que esta vez no estemos bajo su mando, pero, ¿no nos va a demostrar que la vieja camaradería nunca muere?” – dijeron los viejos subordinados con cara de hambre. “¿Cómo es que conoce a soldados de Rosenheim?” “Y no son meros soldados. Parecen decuriones.” “Acaban de llamarle Comandante.” Surka y Pale no podían ocultar su sorpresa. Un decurión era un puesto bastante respetable, y los niveles habituales de los decuriones parecían ligeramente superiores a los suyos. “Muy bien. Aquí tenéis.” Weed sirvió sin reservas lo que había estado preparando a sus antiguos subordinados. No hace falta decir que a partir de ese momento los alimentos destinados a la comida de los soldados empezaron a desviarse hacia Weed.
* * *
A las tropas les llevó exactamente diez días a pie llegar hasta su destino. Weed había previsto mejorar su habilidad de [Cocina] en el trayecto. Para alcanzar el nivel intermedio, no solo se requería ser apto con la habilidad, sino una inconmensurable cantidad de esfuerzo. En los días de la Guarida de Litvart, Weed había estado sirviendo a 32 hombres 3 veces al día, lo que sumaban 96 servicios cada día, acumulando un total de unos 3.000 platos de estofado. A continuación había montado un puesto al aire libre en el que preparaba y vendía comida en el centro de la Ciudadela. Ahora estaba alimentando cientos de bocas en el viaje, contaba que al menos había servido unos 10.000 platos. Suponiendo que un hombre come 3 veces al día, son 90 comidas al mes, lo que viene a ser unas 1.080 comidas al año. Weed había hecho comida suficiente como para que un solo hombre comiese durante diez años, solo para poder alcanzar el nivel intermedio de la habilidad [Cocina], así que si no pillas la idea, es que estás muy perdido. Cocinar como hobby no era comparable a preparar miles de platos para ganar experiencia en la habilidad. Aunque el [Dominio de la Escultura] era lo mejor para mejorar la [Artesanía], Weed temía que pudiese atraer una atención indeseada si se ponía a tallar estatuas en el camino. Cocinar podía pasar más inadvertido, generando dinero y ganándose gratitudes, cuando no respeto, de los demás.
* * *
Las tropas por fin podían ver el Poblado Baran. “Ya casi hemos llegado.” “¿Qué tipo de monstruos crees que habrá? No veo la hora de empezar a luchar.” Charlando tranquilamente, Irene y Surka recorrían el camino, mientras que Weed, que ya había terminado de cocinar, levantaba la mirada hacia el cielo. No había nada salvo nubes navegando por el cielo azul. ‘Lo sabía. La Ciudad del Cielo no es más que un mito. Me dejé llevar por una estúpida leyenda. Poblado Baran… el libro decía que era el último sitio con alguna conexión con la Ciudad del Cielo. Por eso me uní a esta expedición, pero me equivoqué.’ Una pequeña esperanza se desvanecía Cuando la tropa se acercó al poblado, Darius gritó: “¡Alto!” Había señalado una parada absoluta. Cuando Weed, que se encontraba en la parte de atrás del ejército se acercó al frente, vio a un anciano con ropas hechas jirones y una docena de niños tambaleantes junto a la tropa. “¿Qué es lo que quieres?” – preguntó Darius; ni siquiera se había bajado del caballo. Darius y sus compañeros eran los únicos a caballo. “Saludos, respetable Comandante. Somos los supervivientes del Poblado Baran.” – explicó el anciano – “Mi nombre es Ghandilva, y era el anciano de la aldea. Hace poco envié a Jackson con las noticias de la calamidad que había asolado a mi gente a Su Majestad pidiendo ayuda. Espero que vos seáis quien nos libere de nuestras miserias.” “Así es.” – respondió Darius. Ghandilva, el anciano del Poblado Baran, y los aterrorizados críos que le seguían habían escapado del poblado con él cuando había sido invadido por los hombres-lagarto. “Muy pronto habremos recuperado el Poblado Baran. Así que ponte cómodo y espera un poco más por las buenas noticias.” “Me alegro de oírlo, respetado Comandante. Por cierto, tengo una petición personal…” – dijo Ghandilva. “¿Cuál es?” “Por favor, rescatad a mi gente, capturada por esas despreciables criaturas. Es el último deseo de este humilde anciano.” Los ojos de Darius adquirieron un nuevo brillo. “¿Es una misión?” “Sí, es la misión de mi poblado, respetable Comandante.” – dijo Ghandilva. “¿Y qué recompensas puedes ofrecerme?” Como jugador de alto nivel, Darius no se lanzaba a por la primera misión que le ofrecían. Había demasiadas misiones por ahí, y muchas de ellas no eran más que una pérdida de tiempo. Ghandilva puso una cara derrotada. “No tenemos nada de valor que ofreceros, señor. Todo lo que puedo ofreceros es esto…” – mostró unas simples semillas. “Eso me parecía. ¿Qué recompensas podría esperar de un viejo que pierde su poblado ante un patético grupo de hombres-lagarto? Ni tesoros, ni objetos.” – dijo Darius. Darius se rio con frialdad. El viejo solo había venido a causar problemas antes de que empezase a expulsar a los hombres-lagarto del poblado. “Entonces recuperaré rápidamente el poblado y, si tenemos tiempo libre después de la batalla, yo personalmente me encargaré de que algunas tropas sean enviadas a rescatar a los cautivos.” – dijo el Comandante de la expedición. – “No podemos perder tiempo pensando que los rehenes de los hombres-lagarto puedan seguir aún vivos. No pongas a prueba mi paciencia, viejo.” Darius se alejó al trote de malos modos de Ghandilva. Algunos jugadores de la fuerza de asalto maldijeron el nombre de su líder en voz baja, pero ninguno se atrevió a adelantarse a ayudar al anciano. Ghandilva estaba sumido en la desesperación. Pero en ese momento, alguien cogió sus manos arrugadas. Era Weed.

LEL VOL1CAP9

Volumen 1 Capítulo 9
La Ciudad del Cielo
Un Bar. Un lugar que normalmente estaba lleno de risas agradables y cientos de ruidos había estado en silencio en los dos últimos días por un simple hombre, Volk. Tenía un cuerpo terroríficamente inmenso, pero lo que más miedo daba era su cara. No era de extrañar que el bar estuviese tan tranquilo y silencioso, teniendo en cuenta que alguien cuyo aspecto podría hacer que un orco huyese del campo de batalla había estado bebiendo de mal humor todo el día; Volk torció el gesto mientras bebía. ‘Quiero pedirle la mano. Necesito encontrar algo especial para ella, si es que existe.’ Volk quería pedirle matrimonio a una dama. Su descorazonadora angustia no era visible para los que le rodeaban. ‘Un regalo. He oído que hay un escultor en la Ciudadela de Serabourg. Le pediré que me haga una. Si consigue hacer algo que me agrade, le daré a cambio, el objeto más preciado que tengo.’ Dando tumbos, y con esa clase de pensamientos en su cabeza, Volk salió del bar.
* * *
“¡Guau! Esto está lleno de jugadores.” De regreso en la capital de Rosenheim después de siete semanas, Weed sintió como le empezaba a doler la cabeza al ver un desorbitado número de jugadores. Era una imagen mareante en la que compradores y vendedores negociaban activamente entre sí, y donde los nuevos aventureros buscaban compañeros de viaje. “¡Rápido! Trasero vamos a tu casa.” Weed guió al potro al Establo Real. Éste le siguió obedientemente. Afortunadamente, la bestia había sobrevivido por poco al gas venenoso de la Reina Gusano. Como si supiese por instinto que se había salvado de una muerte inminente más veces de las que se merecía, el animal estaba más que dispuesto a alejarse de Weed; cuanto antes volviese a su hogar, mejor. Había un establo destartalado a las afueras del Palacio Real. En cuanto el jefe de los establos posó su vista sobre el caballo, su gesto se desfiguró con una mueca. “Los buenos tiempos se han terminado ahora que este desabrido Trasero ha vuelto. Oí hablar de usted a Sir Midvale. ¿Nos devuelve esta bestia que ridiculiza el nombre de su padre, señor Weed?” Más animado, Weed dejó al animal en una cuadra vacía. “¿Ha tenido un buen viaje? Sé que esta bestia no causa más que problemas.” “No pasa nada. Ya se ha terminado.” – contestó al cuidador. “Lord Midvale le dejó un mensaje. Quiere que le visite si aún está interesado en el puesto de centurión. Dice que será suyo en cuanto lo solicite.” “Dile que aprecio su oferta.” El jefe de los establos fue educado con Weed, que era prácticamente un extraño para él. Convencido una vez más de que el estatus de una persona dependía de quiénes sean sus contactos, y de lo que habías hecho por ellos, Weed abandonó el Establo Real y se encaminó hacia el Centro de Entrenamiento. Allí se reunió con el Instructor. “Mmmm… Así que eso es lo que te ha pasado…” El Instructor lamentaba mucho que se hubiese visto obligado a convertirse a la clase del Legendario Escultor de la Luz Lunar. “Es por mi culpa” Weed no insistió. Se limitó a bajar la cabeza con un gesto apesadumbrado. “No, ¿cómo podría nadie culparte? El Consejero se propasó. Aun así, ten esperanza en que todo acabe bien, amigo Weed.” – dijo el Instructor, dándole una palmada en el hombro. “Sí, el Instructor es el único en quien siempre podré confiar…” – dijo Weed. “Ja, ja. Por supuesto. De todos modos has vuelto de un gran viaje, y has completado mi misión.” El Instructor le recompensó con tres monedas de oro y cincuenta puntos de contribución en Rosenheim por haber completado la misión de la Operación de Limpieza en la Guarida de Litvart. Si acumulabas suficientes puntos de contribución, el usuario conseguía ventajas en el comercio con el país en cuestión, y si conseguía los puntos suficientes podías estar cualificado para diversos puestos gubernamentales. Pero la actitud del Instructor había cambiado ligeramente. Ya no consideraba a Weed uno de los suyos, como colega en el mismo camino de la espada. Eso significaba que la amistad que tanto se había esforzado en mejorar empezaba a decaer. Tras visitar al Instructor Weed se pasó por la mansión de Rodrias como su última visita. Como siempre, el Consejero estaba encerrado en su estudio. “Ja, ja. Así que realmente terminaste la misión. Me estaba preguntando cómo te habría ido después de estar tanto tiempo sin verte delante de mi puerta.” – dijo Rodrias. “Sí, Consejero.” “Mmm… de todos modos, como indica el destino, tengo algo para ti.” Rodrias le entregó a Weed una estatuilla de madera que le cabía en la palma de la mano. Tenía la forma de un caballero imperial. “¿Qué es esto?” – preguntó Weed. “Es el legado de Geihar Von Arpen el Magnífico. Mi familia sirvió bajo las órdenes de la Familia Imperial del Imperio Arpenio hace mucho tiempo. La sangre, y la obligación que la acompaña, han fluido en mi familia desde entonces. Y yo soy el que ha heredado la obligación en esta generación. Ahora que te he entregado este objeto, por fin he completado mi tarea.” – dijo el Consejero. “Pero, ¿para qué es esta estatua?” – Weed ya había recibido una estatua de madera con otra forma distinta mientras realizaba la misión del ‘Escultor Lunar Zahab’. “Tampoco conozco los secretos de esta estatuilla de madera. Según el mito, ha habido cinco maestros del arte de la escultura en el Continente. Por supuesto, no es más que un mito, ya que vienen y van como el viento. Son conocidos por haber dejado sus habilidades en sus legados, por lo que tiendo a pensar que esta estatua es, probablemente, una de ellos. Según el mito, si logras reunir las cinco estatuillas, se te descubrirá el secreto definitivo del arte escultórico.” – dijo Rodrias. Aún con dudas, Weed identificó la estatuilla de madera. Como su nivel de habilidad era aún bajo, solo tuvo éxito en la identificación tras un par de intentos fallidos.

Estatuilla de madera
Durabilidad: 1/1.
Esta estatuilla contiene las habilidades del Emperador Geihar Von Arpen.
Requisitos:
Poseer [Dominio de Escultura] – Intermedio.
Efectos:
Permite adquirir la habilidad única de dar vida a cualquier estatua.
Cuando identificó la estatuilla de Zahab, también había encontrado la [Hoja del Escultor] cuyo prerrequisito era tener un nivel 5 o superior en el [Dominio de la Espada]. “Hay un gran secreto detrás del [Dominio de la Escultura].” – dijo Weed. “Dado que eres parte del mundo de las artes escultóricas, te deseo lo mejor en tu camino para llegar a ser un Gran Maestro en el mundo de la Escultura. El mundo nunca ha visto un Gran Maestro, pero si alguna vez llegase a haberlo, no tendría problemas en dirigir el destino del Continente. Es cierto que te introduje en este camino por maldad y venganza, pero también es cierto que nada de lo que te he contado es falso.” – explicó el Consejero. Weed no le guardaba resentimiento a Rodrias. Eso quedaba ya en el pasado, y de pronto le había asaltado un repentino interés por la artesanía. ‘El que crea su propio camino…’ – pensó Weed. Por otro lado, según le habían contado, si tenía éxito, le esperaban días de poder y riquezas. Rodrias consideraba que había pagado su cuenta con Weed. Al ver el lamentable estado en que se encontraba tras vagar con frío y hambre durante siete semanas, el resentimiento había abandonado la mente del Consejero. “Tengo otra pregunta, Consejero. ¿Los cocineros o los herreros también tienen un modo de llegar a convertirse en Grandes Maestros?” – preguntó Weed. “Supongo. Los dioses son generosos. Recuerda, no todos en el camino de la Cocina saben aprovechar las oportunidades que encuentran.” – respondió el Consejero. “Entonces…” “¡Debe haber otros elegidos! Ellos seguirán sus propios caminos. Depende de ellos completarlos o no.” Cuando Weed hubo oído todo lo que quería escuchar, abandonó la mansión.
* * *
El corazón de Darius latía con fuerza. Nunca había esperado que llegara tan lejos mientras resolvía una serie de misiones de aspecto trivial. La mejor de las suertes, según sus propias palabras. Había dos hombres en el centro del juego de poderes del Reino de Rosenheim: el Duque Kanus y el Conde Albrook. De los dos, el Duque, responsable de los asuntos militares, era el más poderoso. Ese mismo hombre estaba bajando una nívea espada hacia él en ese momento. “Sir Darius, en este momento le concedo el título temporal de caballero de Rosenheim en reconocimiento a sus servicios a la Corte Real. Le encomiendo la creación de una fuerza de asalto con su dignidad de caballero y rescatar a los habitantes de la frontera de su mísera situación.” “Estoy a su servicio, mi señor. Podéis contar conmigo.” – respondió. “Sir Darius, le encomiendo esta misión” – concluyó el Duque Kanus. Darius sintió el leve toque de la espada primero en un hombro, luego en el otro, y por último, en la cabeza. Podía ser una sensación terrible en tiempos de guerra, pero estaba en medio de una simple ceremonia de caballería en el Palacio Real de Rosenheim. Es más, el portador de la espada era el Duque Kanus. En vez de ser un momento terrible, para Darius era un momento importante en el que casi se le escapa un grito excitado. Había tenido que luchar con el espontáneo exabrupto y las ganas que sentía de echarse a rodar por la alfombra a pesar de la solemnidad de la ceremonia. Conteniendo una mueca, no pudo evitar que una sonrisa se le formase en la cara. ‘Ahora soy el comandante de una fuerza de asalto.’ Darius se consideraba muy, muy afortunado.
* * *
‘Tengo que hacer algo.’ – pensó Weed, con cara seria. La naturaleza de la clase escultor con la que se había tropezado era la siguiente: como su arma principal era una espada, podía usar como comparación a un guerrero normal como punto de referencia. En el momento que su clase estaba decidida, un guerrero con espada obtenía un 50% de bonificación en el [Dominio de la Espada]. Por otro lado, Weed podía cubrir esa carencia, con las útiles habilidades artesanales. Gracias a sus mejorados atributos iniciales, ni siquiera un caballero con su mismo nivel era rival para él. En el caso de jugadores con niveles de habilidad ligeramente inferiores, estaba convencido de que podría ganar un duelo contra dos guerreros con espadas de su mismo nivel, al contar con la [Hoja del Escultor] y la [Técnica Imperial de la Espada sin Forma]. La [Técnica Imperial de la Espada sin Forma]… Cuando la probó, Weed se quedó sorprendido por su imponente poder. La técnica era lo más parecido que conocía a una trampa, ya que doblaba los reflejos y el poder destructivo, y hasta triplicaba el ritmo de recuperación de [Maná]. No le extrañaba que el Emperador Geihar la hubiese elegido como su legado. Pero los guerreros y caballeros también tenían técnicas de espadas y métodos de respiración propios. Cuando dominaban un método de respiración propio de su clase, les causaba un gran efecto, incluso aunque el nivel de sus técnicas con la espada, fuesen inferiores a la [Técnica Imperial de la Espada sin Forma] de Weed. Era de un derecho especial que disfrutaban caballeros y guerreros, las dos clases estándar especializadas en las habilidades de combate. En otras palabras, no importaba si Weed aumentaba celosamente sus habilidades y atributos, o si adquiría más habilidades que se pudiesen considerar trampas en el juego, sus contrapartidas terminarían alcanzándole antes o después. Incluso ahora, Weed solo les llevaba una ligera ventaja si no usaba tácticas cuestionables. Obviamente, hubiese sido mucho más débil que un guerrero con espada normal si no hubiese invertido su tiempo apropiadamente en la habilidad [Artesanía] y en la [Técnica Imperial de la Espada sin Forma], más los atributos extra que había ganado en el Centro de Entrenamiento. ‘Pero la clase de escultor tiene un potencial más grande de lo que parece. Si no, el Emperador Geihar no hubiese dominado el Continente, y sería difícil explicar la fuerza de Zahab.’
* * *
Ciudadela de Serabourg, capital del Reino de Rosenheim. En frente de la Fuente Central, en medio del bullicioso centro de la ciudad, había una fila de jugadores observando una serie de estatuillas en exposición. “Buenas. ¿Cuánto cuesta esta?” – preguntó una chica. “Cinco monedas de plata.” – respondió Weed. “Oh, vaya, es muy caro. ¿Podrías hacerme un pequeño descuento? ¿Por favor? Te compraré dos piezas.” La hermosa chica le sonrió, intentando convencerle, pero él no tenía piedad. Especialmente con respecto al dinero, trataba con igualdad a hombres y mujeres. “Con todo el debido respeto, señorita, un descuento sería un insulto a mi trabajo. ¿Acaso crees que cuando creé esta estatua desconté en mi pasión en mi arte, y mi devoción a mi trabajo en particular? Una obra de arte ha de tener un precio justo que represente su verdadero valor, que no dejará de crecer en tu mente a medida que pase el tiempo.” – explicó. La chica estaba conmovida. Había sido estúpido por su parte regatear por una obra de arte en la que el escultor había volcado su alma. Dominada por el remordimiento, cogió unas brillantes monedas de plata de su bolsillo. “Lo siento. Ten, diez monedas de plata.” – dijo. “Gracias, señorita.” Weed sonrió abiertamente, entregándole las dos figuras. Era una sonrisa de ganador, orgulloso por haber vendido las dos figuras por su precio original. Como escultor, con el osado título de “Legendario Escultor de la Luz Lunar”, en el que se había convertido a pesar de su resistencia, podía hacer estatuas cuya belleza sería reconocida por las más prestigiosas revistas de arte. Su nivel actual de [Dominio de la Escultura] era 4. Desde que se había convertido a la nueva clase, sus efectos se habían doblado, por no mencionar que poseía uno de los mejores objetos para su profesión, hasta el punto que casi era trampa, el Cuchillo de Tallar de Zahab. Por ahora, la capacidad de Weed, se limitaba a pequeñas figuras hechas de materiales simples por su inexperiencia con la habilidad. Dada su simplicidad y su bajo precio eran bastante atractivas para el público en general. Algunos de sus admiradores, incluso se alineaban para adquirir las piezas en las que estaba trabajando en ese momento. Los conejos y los zorros, que costaban menos de 10 monedas de cobre en materiales, eran los productos más populares de su puesto, y se vendían de inmediato, a pesar de costar 5 monedas de plata cada uno. Weed pensaba que su negocio era honesto. No forzaba a nadie a comprarlas. ¿Qué podía hacerle si la gente se agolpaba para comprárselas al precio establecido? Weed movió el cuchillo de tallar más rápido. Estaba aumentando su habilidad de [Dominio de la Escultura] mientras hacía dinero. Al igual que con [Escultura], las habilidades de [Cocinar], [Reparar] y el resto de las habilidades artesanales pasaban de la fase principiante a la intermedia al llegar al nivel 10, volviendo a 1 tras la mejora. En la habilidad de [Cocinar], esta mejora implicaba un fuerte aumento en las bonificaciones a la [Salud] y el [Maná] al comer las comidas. En la de [Reparar], el paso al nivel intermedio abría un nuevo árbol tecnológico de producción y refinado de armas y equipo. Y eso no era todo. Cuando el nivel de la habilidad volvía a alcanzar 10, superando así el nivel intermedio, se desbloqueaba el nivel avanzado para aquel que se había mostrado merecedor del título de Maestro tras haber alcanzado el dominio necesario. Un maestro en cualquier campo, tanto de combate como artesanal, era reconocido y respetado basándose solo en ese hecho, pero las habilidades artesanales generales como [Escultura] y [Cocinar] estaban muy limitadas en ese sentido. La prioridad de Weed en ese momento era aumentar su habilidad [Artesanía] del nivel principiante a intermedio. Su nivel en la habilidad había llegado a 9 mientras se dedicaba a reparar el equipo dañado y a servir platos de comida a las tropas en la Guarida de Litvart. Otro nivel, y sus habilidades alcanzarían el nivel intermedio. El nivel intermedio de [Artesanía] mejoraba el [Dominio de la Espada] y la [Arquería], aumentando el poder de ataque en un 30%. Esta habilidad era imprescindible para un escultor, cuyo poder de ataque era muy inferior al del resto de clases, penalizado por los rasgos de su clase. ‘La habilidad [Artesanía] es muy práctica.’ A medida que la habilidad aumentaba, todas las habilidades artesanales se hacían más eficientes. El nivel Avanzado podía hasta eliminar las restricciones gremiales, permitiéndole acceder a otras artesanías como la [Alquimia] o la [Herrería]. La clase de Legendario Escultor de la Luz Lunar ya era un pase gratuito a todas las habilidades artesanales relacionadas con las demás profesiones, pero Weed era consciente de que una mayor habilidad en [Artesanía] haría que adquirirlas y desarrollarlas fuese más fácil y rápido. Quizás los artesanos se iban asemejando cada vez más hasta el punto de convergir en un mismo punto en su camino hacia la supremacía de un Gran Maestro. De hecho, no sería un error pensar que los artesanos desaparecerían si no existiese la habilidad [Artesanía]. No podrían ponerse a la altura de los especialistas en combate a menos que hinchasen sus patéticas habilidades. “Ahora, ¡ya he terminado un centenar de estatuas!” Aunque había estado tallando estatuas sin cesar, su nivel en el [Dominio de la Escultura] estaba estancado en el 98% del nivel 4. Al contrario que el rápido aumento en la habilidad [Artesanía], el crecimiento de esta otra se había ralentizado. ‘Espero que aumente de nivel tras otras cincuenta estatuas.’ En ese momento, un cliente se echó de pronto a un lado con un grito, y a través del corredor que acababa de formarse apareció un hombre alto, de aspecto terrorífico, que se acercaba hacia Weed. El hombre parecía estar envuelto por un aura mortal que causaba escalofríos incluso a Weed. ‘¿Qué he hecho para que este matón venga a buscarme?’ – se preguntó conteniendo el aliento. El hombre miró a su alrededor con los ojos entrecerrados. “¡Ahh!” “¡Me ha mirado!” – chilló una chica. El hombre se acercó lentamente a Weed, y cuando estuvo lo bastante cerca se inclinó miserablemente como un ratón desaliñado. “Quería pedirte un favor.” – dijo. “Dispara.” – mala elección de palabras. “Vengo para comprar una estatua. Pero no he encontrado lo que quiero.” – explicó, arrodillado ante Weed. – “¿Podrías hacerme la estatua que quiero? No, te lo ruego, por favor. Hazme la estatua, para que pueda pedirle la mano a mi dama.” Weed estaba intentando hacer que el hombre se levantase y se explicase. Su nombre era Volk. Volk se había enamorado de una mujer. El principal motivo por el que había empezado a jugar online era para poder estar a su lado y protegerla. Por el bien de esa persona, que era una sacerdotisa, había escogido la clase de paladín para su personaje. Durante un año haciendo numerosas misiones y peleando en muchas batallas, ella no había muerto ni una sola vez gracias a su devoción y sacrificio. También había disfrutado de esta segunda vida con sus bendiciones y curaciones. El lazo entre ellos había crecido a medida que pasaban los meses, y al final, cada vez que la veía, se formaba una sonrisa en su cara. Así que era el momento de proponerle matrimonio. “Quiero ofrecerle algo que nunca olvide. No una flor, que se terminará marchitando. Querría que tallaras unas flores que nunca se marchiten: ¡y mi corazón con ellas! ¡Por favor!” – Volk seguía arrodillado. Su cara podía ser intimidante, pero no así su corazón. ¿Cuántos hombres se arrodillarían así ante un desconocido por un amor tan incondicional? Suspirando profundamente, Weed miró a su alrededor. Muchas mujeres parecían conmovidas. Incluso pese a su ceguera por el dinero, había podido sentir la profundidad del dolor de Volk.
* * *
La amo. La amo, pero, ¿por qué no lo ve? Quiero decir lo que pienso. He intentado repetirlo en mi cabeza miles de veces, ¡TE AMO! ¿Pero por qué no se lo puedo decir a ella?
* * *
Como hombre, Volk contaba con la simpatía de Weed, le cogió de la mano y le ayudó a incorporarse. “Para pedir un favor como ese… no tienes que arrodillarte, señor Volk. Tienes todo el derecho de pedirlo de pie. Soy débil ante ese tipo de peticiones. Estoy más que orgulloso de poder aceptar tu pedido.” – dijo amablemente Weed. Volk empezó a llorar. “Gracias, muchas gracias, señor Weed.” “Para nada. Así que, ¿qué tipo de flores tenías en mente?” “Por favor, haz siete girasoles. Representarán mi corazón, que la ha seguido a ella, la luz de mi vida, estos últimos siete años.” “Ya veo. ¿Puedes esperar?” Weed estudió el montón de madera que tenía a su lado y escogió el trozo de mejor calidad: madera élfica. Era una madera muy gruesa y dura, conocida por crecer solo en el clima cálido del sur. Aunque estaba en una pieza del tamaño de una roca, aún tenía que pasar por el proceso de ser cortada para hacer las pequeñas estatuillas. Esta vez tengo que darlo todo. Weed ya podía tallar zorros o conejos con los ojos cerrados, pero las flores le suponían un desafío. ‘Si tallase cada flor por separado sería bastante simple pero, ¿cómo podría unirlas después? Siete girasoles, más un centenar de rosas como mi regalo particular para la pareja. Será mejor que lo talle todo de una sola vez.’ Weed se formó mentalmente la imagen final, y empezó a trabajar el trozo de madera muy lentamente. Volk y las chicas no tenían ni idea de lo que Weed planeaba. No podían entender por qué había escogido un trozo de madera tan grande para hacer solo siete girasoles. De todos modos, poco a poco, a medida que la madera élfica iba siendo tallada, la forma fue empezando a surgir. Las primeras flores fueron los relativamente grandes girasoles, pero pronto fueron seguidas por las rosas que los rodeaban. A medida que las manos mágicas de Weed bailaban, un hermoso ramo de flores se iba revelando de arriba abajo. “¡Guau!” “Es increíble.” Los clientes que habían estado esperando pronto se convirtieron en clientes asombrados, observando la habilidad de Weed. Cada vez que el cuchillo de tallar se hincaba en la madera, o un trozo de madera era arrancado, la audiencia tragaba saliva, ya que el más mínimo error podía romper el frágil tallo de una de las flores. “¡Oh, Dios mío! Déjale terminarlo.” Este no solo era el deseo de Weed y Volk, sino el de todos los presentes. Delante de ellos, Weed estaba febrilmente concentrado en las flores. A medida que el cuchillo de tallar se movía, la madera iba cogiendo forma, revelando flores, tallos y hojas. ‘El fallo no está permitido en esta ocasión.’ – los ojos de Weed ardían. De haber estado solo, se habría perdonado algún fallo, pero ahora estaba rodeado por un denso círculo de espectadores en medio de la calle. Si cometía un solo error delante de los posibles clientes, su ascendiente reputación se estrellaría irremisiblemente. Sabía mejor que nadie que su reputación estaba en aumento, atribuido en gran medida al hecho de que no había ningún otro escultor conocido en las inmediaciones, y que había estado haciendo todo lo posible para que no disminuyese. ¡La fantasía de un seguidor equivalía a dinero! Weed canalizó su excesiva obsesión por el dinero en una producción artística, y al final terminó con éxito el ramo. ¡Ding!

Subes de nivel: [Dominio con la Escultura] Principiante – 5.
Aumenta la belleza y la complejidad de las estatuas.
Disminuye la posibilidad de errores al crear una escultura.

Subes de nivel: [Artesanía] Intermedio – 1.
Aumenta el [Ataque] de todas las armas y de los puños en un 30%
El efecto de todas las habilidades de manufactura aumenta.
Aumenta el efecto de [Dominio de la Espada]
[Arte] ha incrementado en 5 puntos.
[Fama] ha incrementado en 1 punto.
Advertencia: La venta de una obra no puede cancelarlo.
En cuanto Weed hubo terminado el ramo de madera, las dos habilidades subieron a la vez. Como su [Dominio de la Escultura] había estado atascado al 98% del nivel 4, el primer mensaje no le había sorprendido, pero como la habilidad [Artesanía] había estado al 94% del nivel 9, le sorprendía que los hubiese subido del tirón, llevándola al nivel intermedio. Afortunadamente, el atributo de [Arte], que le había estado preocupando porque no avanzaba, había aumentado en 5 puntos. “Esto es increíble. ¡Ventana de habilidades!” Weed comprobó la ventana rápidamente, y se dio cuenta de que su nivel de habilidad en el [Dominio de la Escultura] no solo había llegado al 100%, sino que había avanzado un 17% del quinto nivel. Hasta la habilidad de [Artesanía] había llegado al 5% tras llegar al nivel intermedio. ‘¿Tengo suerte, o no?’ – Weed estaba excitado por su buena suerte, pero rápidamente entendió qué había pasado. Las esculturas no se podían hacer de forma automática. El ritmo de experiencia en el [Dominio de la Escultura] no avanzaba si solo te dedicabas a hacer producciones en serie de las mismas figuras una y otra vez, como si fuese una fábrica en cadena. Solo cuando un escultor se entregaba a la creación de un trabajo original de alto valor artístico que nunca había intentado antes, el [Dominio de la Escultura] ganaba un incremento considerable. Eso le recordó que los primeros zorros y conejos que había hecho habían aumentado bastante su porcentaje. Prueba y error, su habilidad había aumentado visiblemente al principio, pero cuando dejó de intentar hacer nuevas figuras y empezó a crearlas por hábito, haciendo siempre los mismos productos, su habilidad había ido dejando de mejorar hasta casi detenerse. Creía que el aumento de nivel se iba ralentizando a medida que subía de nivel, pero no se trataba de eso. Estaba tomando el camino equivocado. Mientas Weed permanecía sumido en sus pensamientos, Volk y las mujeres estaban fascinados por el ramo. Un ramo de flores hecho de madera. Los girasoles y las rosas irradiaban calidez y suavidad, casi como si fuesen reales. “Está listo, Volk.” – Weed le entregó el ramo de rosas a Volk. Los girasoles y las rosas brillaban a los ojos del paladín. Para él, eran una obra de magia. “Oh, Dios mío… no puedo creerlo… ¿De verdad están hechas de madera? Tu habilidad puede hacer milagros…” – nuevas lágrimas empezaron a caer de los ojos de Volk. “En efecto, Volk. Me has visto haciéndolo, ¿no es así?” “Es, simplemente, increíble.” – dijo Volk entre lágrimas. El resto de los espectadores también estaban deslumbrados. No podría haber realizado el ramo sin el cuchillo de tallar de Zahab, y especialmente en el momento clave, su [Dominio de la Escultura] y su habilidad [Artesanía] se habían combinado para dar un efecto aún más fantástico a su creación. “He hecho este ramo con todo mi corazón. Ahora ve a por ella con el tuyo.” – dijo. Animó a Volk con elegancia. Estaba contento tras haber descubierto un nuevo secreto mientras creaba el ramo. “Gracias, muchísimas gracias.” – dijo Volk, sinceramente agradecido, llevándose las manos al bolsillo para sacar el pago del ramo. Animado, Weed dijo: “Son tres monedas de oro.” Considerando el esfuerzo que le había dedicado, la figura se merecía un precio aún mayor, pero estaba satisfecho con esa cantidad. De pronto, Volk puso un gesto confundido, y empezó a rebuscarse en los bolsillos. “¿Dónde… dónde están?” – gritó. Su mano, que había estado registrando los bolsillos, apareció vacía. Era Weed, en cambio quien empezó a sentir pánico en ese momento. ‘¿Está intentado estafarme?’ Weed ya sabía lo que iba a venir a continuación: más concretamente, lo que Volk iba a decir. ‘Asegurará que ha perdido su dinero en cualquier sitio.’ “Lo… lo siento, señor Weed, he debido haber perdido mi dinero por algún lado.” – dijo Volk. ‘Porque de entrada ya no lo tenías.’ Volk no esperó por la respuesta de Weed, y gritó: “Creo que me han robado. ¡Sabandijas!” ‘Y ahí vamos… Pero no te vas escapar con engaños en medio de esta multitud observando todos tus movimientos. Si eres un experto en este tipo de negocios, deberías pensártelo mejor antes de intentar estafarme si es que espera salir de esta ileso.’ “¿Te importa si te doy algo de igual valor a cambio del dinero que falta?” Volk siguió los pasos que Weed ya había previsto, un truco habitual entre los que no tienen dinero, pero estaba subestimando a Weed, que empezaba a emitir un aura terrible. ‘¿Crees que puedes timarme, chacal?’ – pensó. En ese momento, Volk se volvió a llevar la mano al bolsillo. “Menos mal. He encontrado dos monedas de oro y noventa monedas de plata. ¿Podrías descontarme diez monedas de plata?” – preguntó. “¿Por qué no me das algo que valga diez monedas de plata? ¿Qué tienes?” – los agudos ojos de Weed estudiaron la figura de Volk. Observó armas, equipo y adornos. Decenas de miles de objetos identificados en Royal Road estaban registrados en orden alfabético en una zona de su cerebro. Quería ser capaz de identificar inmediatamente cualquier nuevo objeto en cuanto lo adquiriese, estimar su precio de mercado, y alegrarse el doble, o hasta el triple, en el momento de encontrarlo. Pero sus ojos no dieron con nada valioso en Volk, que estaba pobremente equipado. El paladín extrajo un libro de sus ropas y se lo entregó. “¿Qué tal si te doy esto por las diez monedas de plata?” Weed rápidamente escaneó el libro. ¡Ding!

La Ciudad Olvidada en el Continente de Versalles, tomo 4.
En el cielo, sobre la región Sur del Reino de Rosenheim, según los cuentos y leyendas hay una ciudad misteriosa, que se dice habitada por una raza no humana. La mejor forma de describirla sería decir que se parecen a Aves.
Siendo una raza de fuertes guerreros, no soportaban a los monstruos, a los que expulsaban de las provincias del Sur. Pero hoy, esa raza ya no está, y hasta el camino a la Ciudad del Cielo, como se la conocía, está hoy perdido.
Ahora su existencia es cuestionable, pero los ciudadanos de las provincias del Sur aún creen en la ciudad y en sus residentes avianos. Los ancianos aún siguen cultivando las historias sobre esta ciudad en la imaginación de las nuevas generaciones.
Según una fuente no muy fiable, se necesita una Semilla Misteriosa para acceder a la Ciudad del Cielo.
Weed se sentía engañado. ¿Quién iba a creerse semejante sinsentido sobre una ciudad en el cielo? Si había una ciudad flotando por el aire, violando todas las leyes de la física, ya se habría visto desde el suelo. Por lo tanto, el autor del libro tenía que estar mintiendo al asegurar su existencia. Si esto no fuese ya lo bastante ridículo, el último párrafo sobre subir trepando una planta era estrafalario, cuando no abominable. La historia no era creíble… Como si notase el escepticismo de Weed sobre el contenido del libro, Volk se defendió apresuradamente. “Tal vez no lo creas, pero ese libro fue difícil de conseguir…” “…” “Desearía poder darte algo mejor, pero da la casualidad que ese libro es lo más valioso que tengo.” – dijo mostrando el contenido de su mochila: una piel de conejo, una escama de serpiente y una espada rota. Weed podría arreglar la espada, pero solo aumentaba el [Ataque] en 2, por lo que ni un kobold la querría. Tal vez podría venderla por 2 monedas de cobre en una herrería. “Lo siento, Weed.” Weed suspiró hondo. ‘Bueno, tampoco pasa nada. De todos modos, he aprendido el secreto del [Dominio de la Escultura], que nunca hubiese descubierto de haber seguido haciendo siempre la misma basura. Le perdonaré por regatearme diez monedas de plata. No es para tanto.’ Cuando había mencionado las tres monedas de oro, ya se había planteado que eran negociables. La intención había sido sorprender a Volk para que jugase con sus normas. El precio de las estatuas no estaba fijo por ningún baremo, sino que en gran medida estaba determinado por el regateo entre comprador y vendedor. Dos monedas de oro y 90 monedas de plata, más un libro tonto. Si a eso se le incluía el aumento de nivel de sus habilidades, no era un mal trato. Pero solo Dios sabe qué habría hecho Weed si hubiesen sido dos monedas de oro con 80 monedas de plata. “Creo que el libro vale diez monedas de plata. Te deseo la mejor de las suertes en tu proposición, Volk. Y la dama de la que te has enamorado…” “¿Sí?” – preguntó Volk. “Tendrá una maravillosa vida a tu lado.” – dijo con sarcasmo. Con un marido tan tacaño, por lo menos nunca estaría en la ruina. “Gracias, amigo Weed.” – tras darle la mano, Volk se alejó lentamente. Weed le observó mientras se iba. De pronto, en el equipo de Volk apareció una brillante armadura de mithril. Sus pantalones estaban cubiertos por unas perneras de mithril. Hasta sus botas resultaron ser de ese preciado metal, lo que dejó a Weed tambaleándose. ‘¡Lleva un anillo de vida de algodón, un objeto raro que dobla la vida máxima! ¡Un tesoro de valor incalculable! Por lo que sé, esos pendientes resisten los rayos. Por lo que había oído, por el momento solo existían en el catálogo, y que nadie los tenía. Bastardo, estás cargado… no es justo que times a un pobre escultor.’ Los objetos con los que Volk estaba equipado eran valiosos más allá de la más salvaje imaginación de Weed. Algunos bien valían miles de monedas de oro.
* * *
Tras haber terminado el ramo tras arduas horas de trabajo, Weed estiró los brazos y bostezó. De repente los observadores empezaron a lanzarle monedas de oro y a gritar… “¡Quiero el mismo ramo, por favor!” “Acabo de comprar dos zorros, ¿podría devolverlos y encargar un ramo, por favor?” “¡Por favor!”
* * *
Al dejar la Ciudadela de Serabourg, Volk tenía una sonrisa extraña. Su humorística personalidad traicionaba su temible aspecto. Volk había pretendido recompensar a Weed honestamente por haberle creado un ramo tan maravilloso. ¡El libro de la Ciudad del Cielo! La verdad era que se había pasado dos meses para hacerse con él. Según el contenido del libro, se trataba de un lugar misterioso en el que aún nadie había puesto un pie en él. Una de las razones por las que había acudido a Rosenheim era para visitar esa ciudad. Pero la proposición a la dama que le había robado el corazón se imponía a todo lo demás. Volk le había dado a Weed el libro a cambio del ramo, pero no le importaba. ‘No lo tires. Guárdatelo. Te mostrará el camino si lo buscas, y algún día podrás llegar a esa ciudad.’ Sujetando el ramo con cuidado, Volk se dirigió el Reino de Brent, donde su adorada dama le estaba esperando.
* * *
¡Un ramo de flores de madera! Era un regalo perfecto para esas ocasiones en las que un chico quería pedirle a una chica una cita, por eso los rumores sobre Volk el paladín y el ramo de madera se extendieron, y el puesto de estatuas de Weed se convirtió rápidamente en una ubicación famosa. La mayoría de los jugadores habían considerado las estatuas como un recuerdo para poner sobre la chimenea u oculto en algún rincón oscuro, acumulando el polvo, pero el evento de Volk transformó la forma en la que se veían las estatuas. Ese día Weed declaró: “¡Lo siento, pero ya no puedo realizar más estatuas con las mismas formas!” Había llegado a esa conclusión, movido por su interés personal, para subir el ritmo al que aumentaba el nivel de su [Dominio de la Escultura] y su [Artesanía]. Aun así, el público confundió sus intenciones. “¡Es un verdadero artista!” “Cómo mola. Ha dicho que no piensa repetir más estatuas.” “En ese caso, el valor de sus estatuas va a aumentar.” Los clientes hasta entonces le compraban una o dos figuras de conejos o zorros como recuerdos baratos, pero ahora le pedían diseños originales para hacer regalos. El número de productos completados quedó por debajo de los dos dígitos, ya que cada obra le llevaba un par de horas, pero eran mucho más populares que los producidos en serie: costaban tres monedas de oro por estatua. Dado que el negocio no requería muchos costes de producción, era un negocio muy lucrativo. Además, los niveles de sus habilidades se dispararon rápidamente. En solo tres días, su [Dominio de la Escultura] había llegado al nivel 8, y su [Artesanía] a Intermedio – 4. Cuando Weed empezaba a quedarse sin pedidos, cocinaba y vendía comida. “¡Carne de conejo o de zorro! Si me traes carne, te la cocino. No puede mantenerse mucho tiempo, por lo que hay que comérsela en el mismo día.” Su habilidad [Cocina] concedía un aumento temporal de [Salud] y [Maná] a los platos que preparaba. Eran los esteroides de los pobres. Aquellos que tenían problemas para cocinar la carne que habían recogido mientras cazaban animales salvajes alrededor de la Ciudadela corrieron hacia él. “Ten.” “¿De verdad puedes cocinar?” “Sí, créeme. Solo pagas especias y salsas. La cosa es que me puedes traer cualquier tipo de carne siempre que quieras.” – explicó Weed. Una comida hecha con [Artesanía]: los platos que Weed servía eran auténticas obras de arte. Había más jugadores de lo que se pensaba que aprendían a cocinar porque era útil cuando se acampaba al raso. ¿Pero cuántos cocineros novatos podían aplicar su atributo de [Arte] al resultado de su trabajo? Con la excepción de los cocineros profesionales, pocos jugadores invertían tiempo y dinero en la habilidad [Cocina], por lo que los platos apetitosos eran incluso más raros entre los mejores jugadores. Vendiendo comida de calidad a bajos precios, el puesto de Weed seguía siendo un rotundo éxito. Los jugadores lo llenaban con la esperanza de obtener un aumento temporal de [Salud] y [Resistencia]. Después de pasarse una semana tallando estatuas y cocinando, alguien le mandó un susurro a Weed. - Weed, ¿me oyes? Era Pale, el arquero con el que había cazado zorros y lobos durante las largas noches iniciales. - Hola. Cuánto tiempo. - Genial, estás conectado. ¿Dónde has estado? Te he estado llamando casi a diario, pero siempre estabas bloqueado. - Tenía trabajo. La caverna secreta en la Guarida de Litvart: en su interior, los susurros estaban bloqueados automáticamente. Pale no insistió en el asunto. - Ya veo. ¿Ahora tienes tiempo? Weed miró a su alrededor. Sus estatuas aún eran populares, pero era exclusivamente una producción por demanda, por lo que las ventas habían superado su punto cumbre. La gente buscaba regalos similares. En ese sentido, su declaración de solo hacer trabajos originales se le había vuelto en contra. - Sí. - Entonces, ¿por qué no te unes a nosotros para la misión de la fuerza de asalto al Poblado Baran? Hemos decidido coger esta misión todos juntos, y he estado intentado contactar contigo para ver si te querías venir también.

LEL VOL1CAP8

Volumen 1 Capítulo 8
La Profesión Maldita
Como tenía por costumbre, Rodrias estaba dando un paseo por la tarde. Disfrutaba observando a sus vecinos y profundizando en sus miserias. “¿Cómo estás, Hans?” “Bien, Consejero” “¿Cuál es la mejor fruta de hoy?” “Esta. Por favor, probadla. Son fresas frescas, señor.” “Muchas gracias.” Su paso era liviano. Esta tarde, para variar, no estaba incordiando a todo aquel al que veía. Estaba complacido por la publicación de su último libro. Al regresar a casa, el mayordomo a cargo de la mansión, le estaba esperando en la puerta para recibirle. Rodrias le hablaba sin reservas al sirviente que estaba dedicado a su familia desde hacía décadas. “¿Qué tal vuestro paseo, mi señor?” “Excelente. Muy agradable. En estos días no hay preocupaciones, no hay problemas.” “Me alegro por ello, mi señor. Por cierto, ¿puedo haceros una pregunta?” “¿Qué pasa, William?” “Es sobre el joven señor que tallaba estatuas al otro lado de la calle, señor.” “Oh, ¡ese chico!” “¿Encontró lo que buscaba?” Rodrias empezó a reír. “Nunca fue tan fácil.” “Entonces…” “¡Ni por asomo! No podrá dar con el sitio y si, contra todas las posibilidades, lo encuentra…” “…” “¡Le estará bien merecido! ¡Incluso si consigue la clase!” Rodrias empezó a reírse descontroladamente.
* * *
Lo primero que hizo Weed en cuanto estuvo solo, fue comprobar el estado de su armadura y su inventario. “Veinticuatro monedas de oro y treinta monedas de plata…” En vez de recibir la parte del botín que sus hombres habían ido recogiendo al eliminar kobolds y goblins, que se trataba sobre todo de armas básicas, equipos y trozos de metal, Weed había pedido dinero en metálico. “Las ganancias no están nada mal, y…” Durante el último mes, Weed había mejorado bastante sus habilidades. Su habilidad de [Cocina] llegó a nivel 6, y la de [Reparar] a 4. Esta última era tan útil que algunos jugadores se animaban a escogerla, pero la de [Cocina] casi nadie la aprendía, salvo entre los cocineros profesionales. La habilidad [Primeros Auxilios], estaba ahora a nivel 4, lo cual le permitía tratar heridas menores con un par de vendas. Pero lo que más había aumentado era su nivel. Le daban ganas de echarse a reír. ¡Pffff! Pero por desgracia, Trasero bufó con desagrado. No tenía más remedio que cuidar del potro gracias a la ‘cortesía’ de Sir Midvale. El animal, por ahora no servía para nada, pero Weed estaba obligado a devolverlo sano y salvo al Establo Real. ‘La Guarida de Litvart. Nadie ha descubierto otras mazmorras con este nombre por el momento. Es aquí. Este es el lugar’ Maldito Consejero. Convencido de que había algo detrás de todo esto, Weed se dedicó a analizar el objetivo de la misión desde todos los ángulos posibles. ‘Tiene que haber alguna entrada oculta en alguna parte de la mazmorra, en algún sitio donde todavía nadie ha mirado… una cámara secreta.’ Así que empezó a buscar desde la primera a la quinta planta. Para las clases aventureras, como los arqueros o los exploradores, que cuentan con diversas habilidades de búsqueda, es fácil dar con accesos secretos. Pero Weed tenía que usar métodos básicos como confiar en su vista o pasar la mano por cualquier zona sospechosa para tratar de encontrar la ‘entrada oculta’. Había por lo menos 20 jugadores en cada planta de la Guarida de Litvart. Mientras cazaban monstruos, no podían evitar hacer comentarios sobre el extraño comportamiento de Weed. “¿Qué está haciendo ese tío?” “Parece que esté buscando una entrada. ¿Por qué otra razón iba a acariciar con tanta ternura los muros de piedra?” “Ja, ja, ja, ja, menudo idiota. Este sitio no tiene pasajes ocultos.” “Esta fue la primera mazmorra explorada completamente tras el descubrimiento de Rosenheim hace meses. Ya ha sido superada por miles de aventureros. Lo que está haciendo no tiene sentido.” “Vaya un bicho raro.” Se reían de él abiertamente, aunque estaban celosos tras haberle visto moverse cómodamente por los pisos con la ayuda de los 30 soldados PNJ. No le sorprendía ser el objetivo de las envidias y celos de los demás. “Pero, por si acaso…” “Cuidado. Que no sepa que le seguimos.” Varios le siguieron en silencio, pensando que tal vez hubiese obtenido algún tipo de información valiosa de los soldados PNJ durante la misión. O mejor aún, que estaba realizando una misión especial. En ese caso, hasta se plantearon obligarle a que compartiese la misión. A sus ojos, ese bicho raro solitario era un arquero de nivel bajo, con insuficientes habilidades en el combate cuerpo a cuerpo; por ello se encargaba de las tareas de las tropas y se pegaba a ellos como un parásito. Después de una semana sin cambios, los alborotadores se empezaron a cansar de seguir a Weed en vano; debía estar obsesionado en explorar la mazmorra, así que terminaron dejándole en paz. “Vaya loco.” “Mierda. Estoy cabreado. Qué pérdida de tiempo.” Pero incluso cuando le dejaron solo, Weed no dejó de buscar. ‘Tiene que haber algo.’ Muchos exploradores habían completado el mapa de toda la región, y determinaron que no quedaba nada más por encontrar. Eso era también lo que decía toda la información que Weed había recopilado. De hecho, no había dejado de buscar mientras cazaba kobolds y goblins, pero hasta el momento no había conseguido descubrir nada. Aun así, Weed estaba convencido de que en cualquier momento daría con algo. ‘Este sitio ha sido registrado por famosos aventureros de todo el continente. ¿Y? Ellos se equivocan. Yo no.’ La Guarida de Litvart era un sitio enorme. Vagar por allí con la triste esperanza de descubrir un pasaje oculto era como esperar un milagro. Aunque los aventureros tenían una clara ventaja con sus habilidades de detección, con perseverancia y una buena actitud podía marcar la diferencia. Con paciencia, Weed palpaba los muros, buscando cualquier pista. ¡Pffff! Trasero observaba a Weed con desprecio. Se había traído al caballo a la guarida porque en esta ocasión no tenía a nadie con quien dejarlo a salvo, pero la desobediente bestia le estaba empezando a estresar. ‘Antes de seguir con esto, tengo que enseñarle una lección a este caballo.’ – pensó Weed. A propósito, guió a Trasero a un nido de goblins, había un guerrero y tres asaltantes. En cuanto los monstruos vieron a Weed cargaron hacia él. Se puso delante del potro para protegerlo, y empezó a luchar contra los goblins, gritando. “¡Oh, dios! No, ¡no quiero morir!” La lanza del guerrero se le vino encima, pero solo le rozó, haciendo que surgiese un pequeño reguero de sangre de su mejilla. “Si… si muero ahora… ¿qué será de mi queridísimo Trasero…?” Los goblins no dejaban de atacarle. “¡No! ¡Tengo que resistir para proteger a mi Trasero! ¡Vamos! ¡Vosotros monstruos abominables! ¡Tendréis que pasar sobre mi cadáver si pretendéis ponerle vuestros dedos sobre él!” Weed estaba jugando el papel de un valiente caballero defendiendo a los débiles aún a riesgo de su propia vida. Pero, cuando miró atrás, vio al potro bostezando y jugueteando con unas piedrecitas en el suelo. Además, la bestia estaba preparada para huir disparada hacia la salida de la guarida en el preciso instante en que su amo cayese muerto. “¡Maldito seas!” Weed estaba avergonzado por la situación. ¿Por qué se había puesto en ridículo por un simple potro? ¡Zas! Weed acabó con los molestos goblins con un simple movimiento de su espada. Estaba tentado en cortar también la cabeza de la bestia, pero perder la confianza de Sir Midvale era un precio demasiado alto. ¡Pffff! Trasero le miró con desdén como preguntando por qué había derramado sangre innecesariamente si podía haber acabado con ellos tan fácilmente. ‘¡Uf! He sido un tonto por actuar así. Calma, calma.’ Weed retomó la tarea de investigar la mazmorra. Tres días después, más precisamente el décimo desde que había empezado su investigación privada, encontró una cavidad en un rincón oscuro del cuarto piso en donde los asaltantes goblin se regeneraban. Estaba a unos dieciocho metros por detrás del punto de regeneración. Hasta los más concienzudos exploradores se lo habrían saltado. La cavidad estaba ensombrecida por una gran roca saliente, alejada de los ojos humanos. “¿Hay alguien ahí?” – preguntó Weed con precaución. Mirando alrededor, Weed se aseguró de que no hubiese nadie espiándole. Los que le habían estado siguiendo durante una semana habían desaparecido, pero nunca estaba de más mostrarse cauto. Si esta cavidad resultaba ser lo que Weed había estado buscando, sería el primero en descubrirla y no quería compartir el crédito con nadie. Las recompensas por ser el primero en descubrir una nueva zona eran inmensas. Se ganaba fama, además del doble de experiencia y una mayor probabilidad de conseguir objetos durante una semana tras el descubrimiento. Weed se introdujo en el pasadizo con mucho cuidado. El hueco era lo bastante estrecho como para confundirlo con una fisura en las rocas, pero su interior se iba ensanchando poco a poco a cada paso. Pronto llegó a una caverna por la que podía moverse cómodamente. Un olor húmedo y nauseabundo le asaltó la nariz. Nervioso, se preparó para el combate. No tenía ni idea de lo que vendría a continuación, así que sujetó la espada de hierro con la mano derecha, y las hierbas y vendas con la izquierda. ‘Vamos allá.’ Lentamente, Weed se adentró en la cueva. En el interior había bastantes bifurcaciones. Escogió el camino de la izquierda y avanzó por él, solo para dar con un gusano inmenso en un callejón sin salida. “¿Pero qué…? ¿Qué clase de monstruo es ese? Nunca he visto un gusano de ese tipo…” Antes de que Weed hubiese podido terminar de hablar, su entorno sufrió un brusco cambio. Lo que pensó que era un suelo oscuro resultó ser en realidad una gran cantidad de bichos del tamaño de un dedo meñique. ¡Squirm! Como Moisés separando las aguas del Mar Rojo, los insectos se separaron, antes de volverse para atacar a Weed, arrastrándose amenazadoramente. “¡¿Cómo…?! ¡¿Cómo se atreven?!” – Weed blandió la espada de hierro como si fuese un remolino. Cubiertos con desagradables caparazones crujientes, los pequeños bichos apenas tenían poder de ataque, pero el gusano con aspecto de reina los creaba más rápido de lo que podía exterminarlos. Realmente echaba de menos a sus hombres de la fuerza de asalto. “Acabaría antes con todo este embrollo si los tuviese aquí.” De repente, la reina exhaló unas humaredas de un color azul claro. Igual que una gota de tinta en un vaso de agua, el humo se expandió lentamente por el espacio cerrado, hasta llegar a la zona en la que estaba Weed. En el mismo momento en que lo inhaló… ¡Ding!

Has sido envenenado.
Tu vida decrecerá continuamente hasta que recuperes el estado normal.
Pillado por sorpresa, Weed comprobó su barra de [Salud]. ¡Gasp! ¡Su vida estaba descendiendo un punto por segundo! ‘Mierda… ¡No tengo ningún antídoto! Si esto sigue así…’ Desesperado, Weed ignoró a los bichos pequeños y corrió hacia la reina para golpearla con la espada de hierro. El caparazón del gusano reina se agrietó, y empezó a manar un líquido amarillento. “¡Si voy a morir, te llevaré conmigo!” Weed ignoró completamente a los insectos que le subían por todo el cuerpo y le mordían. Tanto si le mordían o pasaba el tiempo, iba a morir de todas maneras. Dividido entre las dos opciones, decidió que era mejor acabar con la reina y escapar a toda prisa. Como si sintiesen que su madre estaba muriendo, los pequeños insectos asaltaron a Weed con más agresividad, pero su espada de hierro era persistente. El caparazón de la reina era tan duro que, aunque estaba parcialmente agrietado, apenas lo había dañado. Mientras, a Weed, empezó a darle vueltas la cabeza. ‘Voy a morir. Si tan solo tuviese una habilidad de combate… ¿Una habilidad? ¡¿Por qué no lo he pensado antes?!’ ¡Poseía una habilidad que aún no había tenido tiempo de utilizar! Una habilidad de combate que consumía tanto maná que no podía mantenerla más de un segundo. Tanto si funcionaba como si no, las cosas no podían ir peor. “¡[Hoja del Escultor]!” La hoja de hierro de Weed brilló con una luz blanca. Temporalmente se impuso a la defensa de su enemigo. ¡CRACK! Por fin, el duro caparazón del gusano gigante saltó en pedazos. ¡Ding!

Has subido de nivel.
Weed se saltó la ventana de aviso y gritó: “¡Abrir ventana de información de la misión!”

Nueva misión: [Operación de Limpieza en la Guarida de Litvart (II)].
Hay un centenar de monstruos habitando la guarida de Litvart. Mátalos a todos, del primero al último, y demuéstrate merecedor de una clase honorable. Si completas esta misión, se abrirá un camino hacia tu destino.
Nivel de Dificultad: Desconocido.
Requisitos:
Sin requisitos.
Objetivo:
Derrota todos los monstruos en las cavernas ocultas de la Guarida de Litvart.
Monstruos restantes: 99
Aunque estaba envenenado y moribundo, Weed sonrió. “¡Lo logré!” Por fin había dado con la respuesta para el cambio de clase. Eran los malditos gusanos de esta cueva. Tenía que matar a las reinas, no a los bichos pequeños. “Pero antes tengo que curarme del envenenamiento…” Perseguido por los enfurecidos insectos, Weed salió de la cueva a toda prisa. Cuando vio que los bichos no podían salir de los límites de su cueva, empezó a avanzar más lentamente hacia la primera planta con el caballo. Cuando un jugador está envenenado, su cara se oscurece. Weed evitó el contacto con los demás jugadores para ocultar el hecho de que estaba envenenado, y recargó su [Salud] constantemente restregándose hierbas por el cuerpo e hinchándose a comer comidas precocinadas. Si se ponía a ello, seguramente podría dar con un equipo que contara con un clérigo. Pero preferiría morir antes que pedir ayuda. ¿Era demasiado orgulloso como para suplicar por su vida? ¡De ninguna manera! No había monstruos venenosos en la Guarida de Litvart. Ni los kobold, ni los goblins tenían conocimientos sobre sustancias venenosas, y menos aún de cómo usarlas. Su ‘salvador’ querría saber dónde había sido envenenado, por qué y contra quién… y ninguna respuesta le iba a gustar. Preferiría morir que compartir con los demás la ubicación de la cámara oculta que había encontrado después de tanto sufrimiento. En cuanto llegó a la salida de la Guarida, saltó encima del caballo. “Al poblado más cercano. Rápido, o perderé la consciencia y moriré.” ¡Pffff! La estúpida bestia ni siquiera se movió. Estaba actuando como si disfrutase de la desgracia ajena o más concretamente por la de Weed. Por ello, Trasero pretendió estar sordo y empezó a rascar el suelo con las patas mientras masticaba lentamente un trozo de hierba. “Si piensas comportarte de esa manera, entonces…” Por fin se había quedado sin paciencia. “Me has dejado sin otras opciones.” Weed sacó el cuchillo de tallar. Trasero miró aterrorizado el afilado objeto, pero se calmó enseguida como si supiese que Weed se estaba marcando un farol. En vez de cortar a Trasero, Weed se hizo un corte en el antebrazo. ¿Había perdido la cordura hasta tal punto que se había vuelto auto-destructivo cuando su vida ya estaba en peligro por el gas venenoso? “Jo, jo, jo.” – Weed sonrió con malicia. Su visión estaba borrosa por la falta de sangre. A continuación abrió la quijada del potro a la fuerza y le obligó a beber su sangre. “¿Lo ves? Ahora que has bebido mi sangre, tú también estás envenenado. Llévame al poblado, o los dos estamos muertos. Afortunadamente para mí, resucitaré en un par de días, pero por otro lado, tú nunca volverás a la vida, ¿lo comprendes?” Con esta nueva motivación, el potro por fin empezó a galopar hacia el poblado, aunque su velocidad tampoco era mayor que en el primer viaje, llegaron a tiempo. Nada más llegar al poblado, Weed buscó rápidamente un sacerdote que le lanzara un hechizo de curación y lo consiguió justo cuando estaba al borde de la muerte. Después de estar curado, compró hierbas y antídotos por un total de veinte monedas de oro. Aunque sus bolsillos estaban ahora vacíos, no lo lamentaba. Weed volvió rápidamente a la Guarida de Litvart, y solo cuando estuvo convencido de que nadie le seguía, entró a la cueva en la que aguardaban los gusanos. Esta vez incluso metió a Trasero en la caverna. Temía que otros jugadores se lo robasen, y aunque la idea de que otra persona le librase de él era más que tentadora, no quería saber qué ocurriría si no lograba devolver el caballo a las Caballerizas Reales. Esto era una prioridad. “Mantente siempre a mi espalda.” Trasero balanceó la cola, resignado. Weed empezó a acabar solo con las reinas gusano. Los pequeños bichos solo daban una experiencia proporcional a su pequeño tamaño, y la forma en la que se arrastraban desde todas las direcciones hacía que fuese molesto acabar con todos ellos. Del mismo modo que un maestro con la espada no puede detener todas las gotas de lluvia, Weed ignoró los bichos que cubrían el suelo. “¡[Hoja del Escultor]!” La misteriosa técnica de combate de Zahab. Aplastaba el caparazón de los enemigos con tanto poder que simplemente desintegraba la naturaleza de un objeto, independientemente de su resistencia y de su defensa. A veces se enfrentaba con reinas más grandes y necesitaba dos o tres ataques, por lo que tenía que defenderse para hacer tiempo y recargar su [Maná]. A menudo estaba envenenado, mientras era atacado una y otra tres por los pequeños bichos. Con los puntos de [Salud] siempre decayendo, Weed siempre sobrevivía por los pelos; la muerte nunca había estado tan cerca. Cuantas más reinas gusanos mataba, más abatido se sentía. ¿Quién hubiese pensado que esta era simplemente una misión para un cambio de clase? La mayoría de los jugadores solían seleccionar su primera clase antes del nivel 10. Por otro lado, Weed había alcanzado el nivel 62, y esta cueva estaba llena de desafíos mortales. No dejaba de preguntarse qué tipo de clase requería que se tomase semejantes desafíos.
* * *

Nueva misión: [Operación de Limpieza en la Guarida de Litvart (II)].
Hay un centenar de monstruos habitando la guarida de Litvart. Mátalos a todos, del primero al último, y demuéstrate merecedor de una clase honorable. Si completas esta misión, se abrirá un camino hacia tu destino.
Nivel de Dificultad: Desconocido.
Requisitos:
Sin requisitos.
Objetivo:
Derrota todos los monstruos en las cavernas ocultas de la Guarida de Litvart.
Monstruos restantes: 1
Al final del séptimo día de peligrosas y continuas batallas, a Weed solo le quedaba por matar una más. ¡La Reina de las reinas! ¡Era cinco veces más grande que la de mayor tamaño que se había encontrado hasta el momento! Cuando Weed entró descuidadamente en la sala del trono, fue recibido en una cordial bienvenida por una densa humareda azul de gas venenoso que la Reina había estado preparando para él. En otras condiciones, quizá hubiese dejado que le alcanzase, pero su instinto hizo que retrocediese de un salto. ¡Shhhhhh! Los pequeños insectos que fueron alcanzados por el humo se derritieron en apenas un par de segundos. “¡Que veneno más terrible!” – el corazón de Weed se estaba acelerando. La única forma de mantenerse a salvo del gas venenoso era utilizando el arco desde cierta distancia. Pero sus flechas no podrían penetrar el duro caparazón del gusano reina. Así que su única opción era aproximarse sin que le alcanzase el gas venenoso. La Reina sabía cuál era el dilema de Weed, y estaba preparada con otra bocanada del gas venenoso, esperando a que se le acercase para rociarlo con él. Como una serpiente de cascabel enroscada, esperando por una oportunidad, la Reina gusano y Weed, se miraron cara a cara inmóviles. ‘Solo puede lanzar la humareda una vez. Si logro esquivar ese primer ataque, el segundo será mucho más débil. El ataque inicial será decisivo.’ Los ojos de Weed brillaron cuando vio el tesoro acumulado detrás de la reina. ‘Nunca, nunca me rendiré. Si tan solo tuviese a alguien a quien pudiese sacrificar con el gas venenoso… Eso es, creo que tengo la manera.’ Sus ojos se entrecerraron hasta ser prácticamente un par de rendijas. Su mirada estaba dirigida al rostro estúpido de Trasero. ¡Pak! Weed pateó la grupa del animal. Trasero saltó hacia delante por instinto, y la Reina gusano le lanzó el gas venenoso por la misma razón. ‘Lo siento, Trasero. Este es tu destino. La vida no es justa, y este es el final de nuestra relación.’ Weed no se creía capaz de observar el final de la pobre bestia. En cuanto se aseguró de que el gas venenoso acumulado en la boca de la reina estaba completamente agotado, se lanzó delante. “¡[Hoja del Escultor]! ¡[Doble danza]!” Weed blandió salvajemente su espada hasta que se le agotó el [Maná]. Con la espada de hierro en la derecha, y el cuchillo de tallar en la izquierda, destrozó el caparazón de la Reina gusano. Al no tener ninguna habilidad de combate que valiese la pena, esta era su mejor posibilidad. La Reina gusano se resistió, pero su gigantesco tamaño actuaba en su contra, al encontrarse los dos demasiado cerca. ¡IIIIHH! Por fin cerró sus pequeños y brillantes ojos. En ese momento cayó una llave de su cuerpo. “¡Esto es!” Weed recogió la llave, la metió en la cerradura del cofre del tesoro y rápidamente la giró. En el cofre encontró unos cuantos volúmenes y un pergamino. ¡Ding!

Al sucesor del Emperador Legendario.
Mi nombre es Geihar Von Arpen, primer emperador del Continente, aquel que terminó con las interminables disputas que asolaban el mundo.
Mis últimos años han estado lejos de ser satisfactorios. Nadie ha reconocido mi angustia, ¡mi superioridad!
¿Por qué nadie puede comprender mi profesión? ¿Por qué todos la desprecian?
Esclavos de sus propios prejuicios, aquellos que poseían talento han rechazado mi buena voluntad para continuar con mi legado. Incluso mis propios hijos me discriminan de esta forma.
¡Ese montón de imbéciles insensibles!
¡No se merecen ser mis sucesores!
Por eso, voy a confiarte mis secretos.
El Emperador Geihar Von Arpen fue el primer y único hombre, capaz de gobernar sobre un imperio unificado en toda la historia del Continente de Versalles. Tras su muerte, el imperio se volvió a dividir, dando lugar a la distribución actual, pero sus logros fueron registrados como algo legendario. Weed estaba emocionado. ‘También en aquel tiempo había idiotas. Deberían haber sido más inteligentes. Es una oportunidad excelente… ¿Quién es el Emperador Geihar? Ni más ni menos que la primera persona que conquistó todo el Continente con su propio poder, ¡y esta es su clase! Debe ser tremendamente buena, y aun así la consideraron superficial.’ ¡Ding!

¡Clase Secreta!
Si aceptas, podrás usar las habilidades exclusivas relacionadas con esta clase. ¿Deseas convertirte ahora?
Sí / No
Weed gritó sin dudar. “¡Por supuesto!” En ese momento, su personaje quedó envuelto en luz.

Nombre del personaje:
Weed
Nivel:
68
Alineación:
Neutral
Clase:
Legendario Escultor de la Luz Lunar
Titulo:
Ninguno
Fama:
250
-
-
Salud:
3460
Maná:
340
Fuerza:
235+20
Agilidad:
200+20
Vitalidad:
89+20
Aguante:
129+20
Sabiduría:
16+20
Inteligencia:
24+20
Espíritu de Lucha:
97+20
Arte:
29+100
Suerte:
5+20
Liderazgo:
68+20
Ataque:
170
Defensa:
30
Resistencia a la Magia de Fuego:
0%
Resistencia a la Magia de Agua:
0%
Resistencia a la Magia de Tierra:
0%
Resistencia a la Magia Negra:
0%

Todos los atributos aumentan en 20 puntos.
El atributo [Arte] aumenta en 80 puntos adicionales.
En noches de luna llena, aumentas un 30% todos tus atributos.
Puedes equipar objetos específicos de la clase.
Puedes adquirir todas las artesanías hasta nivel maestro.
Concede mejoras extras a objetos producidos o refinados.
Aumenta el poder de ataque de [Hoja del Escultor].
Disminuye el consumo de maná de [Hoja del Escultor].
Te permite aprender habilidades secretas dependiendo de tu nivel en [Dominio de la Escultura].
Puedes ganar [Fama] creando esculturas con gran valor artístico o de extraordinaria belleza.
Weed por fin había logrado la clase por la que tanto había estado luchando, pero en cuanto vio el nombre de la clase, casi se muere por la humillación. “¿Qué? ¡Mierda! ¡Escultor de la Luz Lunar!” – gritó lleno de rabia.
* * *
Después de todo el sudor y de la sangre derramada, todo volvía al Escultor de la Luz Lunar. De hecho, era “Legendario” Escultor de la Luz Lunar, con un prefijo grandilocuente, pero eso a Weed le daba completamente igual. La maldita profesión de los muertos de hambre, ¡Escultor de la Luz Lunar! “Por… ¿por qué a mí?” Las lágrimas no dejaban de brotar de sus ojos. Aunque estaba oliendo los restos del gas venenoso que la reina gusano había exhalado en sus últimos momentos de vida, no era eso lo que había abierto la presa de sus lágrimas. No le quedaba más remedio que aceptar la maldita clase que nadie querría: ‘Escultor de Luz Lunar’. “Debería haberme hecho un guerrero normal.” Weed, que acababa de reírse de los idiotas que habían rechazado asimilar la profesión del Emperador Geihar, ahora culpaba al mismo emperador por engañarle para que se convirtiese en un Escultor de la Luz Lunar. No le agradaba nada la idea. ‘¿Por qué mi vida es tan difícil?’ Se lamentaba, autocompadeciéndose. Se había pasado una semana sentado en medio de la calle para estimular la curiosidad de Rodrias, y más de siete días en la Guarida de Litvart para dar con esta caverna y aplastar a los desagradables gusanos. ¡Y todos esos esfuerzos se habían desperdiciado al convertirse en un Escultor de la Luz Lunar! Quería ponerse a llorar desconsoladamente. Pero aun así, había mejorado sus habilidades de [Artesanía] y gracias a estar sentado delante de la mansión de Rodrias, su [Dominio de la Escultura] también había subido de nivel a un ritmo aterrador. También había subido una gran cantidad de niveles mientras estaba en la Guarida… pero todo eso ¡no importaba nada comparado con convertirse en un Escultor de Luz Lunar! Solo la cruda realidad de que ahora era un Escultor le importaba en ese momento. Lo único que quería era gritar lo injusto que era el mundo. ‘Bueno, quizá tenga un lado positivo.’ Tras un largo periodo de crisis, por fin los ojos de Weed empezaron a recuperar algo de vida al ver lo que se le estaba pasando entre tantas miserias. Había pensado que no podía caer más bajo pero, a medida que se iba clamando, fue viendo el lado positivo de la situación. Los guerreros, exploradores y hechiceros eran las tres clases principales, lo que significaba que habían sido probadas y estudiadas más que las demás. Para los guerreros y exploradores, había una bonificación del 50% en el poder de ataque al usar un arma correspondiente a su sub-clase. Los clérigos y paladines podían aprender y lanzar hechizos sagrados que nadie más podía usar. Por eso, Weed causaría menos daño con una espada que un guerrero especializado en la espada de su mismo nivel, y el daño de sus flechas no podían compararse con las de un explorador. Pero esta era una clase secreta, cuyos secretos se tenían que descubrir por uno mismo mediante un proceso de prueba y error. Dependía en gran medida de cuánto se va aprendiendo. Si la iba desarrollando apropiadamente, centrándose en los beneficios de la clase y sus características, podía resultar bien. Si no, terminaría siendo algo mediocre, no mejor que una clase común. Weed rápidamente se concentró en el pergamino. Aún quedaban unos cuantos párrafos por leer.

Al sucesor del Emperador Legendario (II)
Amo las estatuas hermosas. Las estatuas talladas con el magnífico espíritu de Kvasir nunca me han fallado. Mientras las ame y confíe en ellas, siempre me serán leales.
¿Quién se creerá esto? Que el triste [Dominio de la Escultura] es la clave de mi ascenso desde un humilde granjero hasta el hombre que unió el Continente.
Escucha, mi sucesor en el camino de la escultura.
Te espera un camino muy difícil, un camino que cientos y cientos de hombres abandonan y que las naciones de los hombres no harían mucho mejor.
Pero, mi sucesor, te animo a que plantes cara a estos duros desafíos. La dificultad aporta su propio valor, así como una gran resistencia.
¡Conviértete en un gran maestro escultor!
Debes aprender los secretos sobre el [Dominio de la Escultura] que yo no logré adquirir. Ese será siempre el deseo de todo hombre que ha aprendido el arte de la escultura.
Así que te confío estos pequeños regalos, cuida de ellos.

Emperador Geihar, conquistador de la tierra,
el mar y el aire con el [Dominio de la Escultura].
Weed terminó de leer el pergamino y estudió los demás objetos: tres tabletas y un libro. Los efectos de las tabletas no estaban indicados en ningún sitio, pero sabía que habilidad tenía que usar en esa situación. “¡[Identificar]!”

No has logrado identificar el objeto

No has logrado identificar el objeto

No has logrado identificar el objeto

Medicina del Emperador
Esta píldora fue creada con una mezcla de hierbas poco habituales por un antiguo emperador para aclarar la mente cuando fuera consumida.
Efectos:
El [Maná] aumenta permanentemente en 200 puntos.
Tras una serie de intentos fallidos, Weed, por fin, logró reconocer el objeto. Eran objetos raros; no, más que raros; muy valiosos, que incrementaban la cantidad de [Maná] del usuario permanentemente en 200 puntos. Las píldoras emitían una fragancia francamente agradable. Weed estimó que cada una se podría vender por no menos de diez mil monedas de oro. Ya que las píldoras aumentaban la cantidad máxima de maná, en vez de recuperarlo temporalmente como las pociones de maná del mercado, realmente se merecían un precio desorbitado. ‘Muchas gracias, Su Majestad Imperial, realmente aprecio su generosidad.’ Weed guardó las píldoras y cogió el libro. ‘¿Contendrá grandes habilidades? ¡Debería! No creo que vaya a tener más ataques de mala suerte después de todos los anteriores. No, no soy tan desafortunado.’ También en esta ocasión Weed solo consiguió desentrañar el contenido del libro, cuando ya se daba por vencido, tras un montón de ventanas de fallos.

Libro de Técnicas Secretas con la Espada de la Familia Arpen
El Emperador Geihar Von Arpen inscribió las Técnicas de los Pasos Perfectos por el bien de la perpetuidad y prosperidad de la Familia Imperial.
El libro contiene cinco movimientos y un juego de pies.
Todos los miembros de la Familia Imperial fueron, en principio, caballeros. La habilidad está limitada, en principio, a los caballeros, pero el Emperador Geihar Von Arpen consideró a su sucesor en el [Dominio de la Escultura], por lo que refinó la habilidad para que un escultor pudiese aprender una versión debilitada de la habilidad.
Sorprendido, Weed casi dejó caer el libro. “Este, este color es…” El Libro de las Técnicas Secretas con la Espada empezó a brillar con una luz dorada en cuanto lo reconoció. ¡Eso significaba que era un libro de habilidades raras! Es más, era un libro con habilidades de nivel ‘A’. “Sois tan generoso, su Majestad Imperial. Gracias por concederme un libro de Técnicas de Espadas de nivel ‘A’” – dijo Weed. Aunque la verdad era que le decepcionaba un poco que no fuese una habilidad única o de nivel ‘S’. Aun así, le extrañaba que, siendo ahora un escultor, pudiese aprender de un libro de técnicas tan avanzadas por mucho que lo hubiese encontrado. Las técnicas de nivel ‘S’ por lo general estaban limitadas a ciertas clases, generalmente guerreros o caballeros. Como no tenía una habilidad de combate en condiciones, este libro era como si lloviese en medio de una sequía. ¡Los días de habilidades básicas de espada y arco! Ahora se habían acabado, un recuerdo del pasado. Weed puso una mano sobre el libro y gritó: “¡Aprender!” ¡Ding!

Nueva habilidad [Técnica Imperial, espada sin forma] ha sido aprendida.
El libro de técnicas una vez utilizado, brilló con una luz blanca y se redujo a cenizas. “Comprobar habilidad: [Técnica Imperial, espada sin forma].”

[Técnica Imperial, espada sin forma]
Esta habilidad está hecha a medida para los escultores por el Emperador Geihar Von Arpen. A medida que aumenta el nivel del [Dominio de la Escultura], el poder de ataque de la habilidad aumenta un 1%.
Se compone de cinco movimientos, una técnica de respiración y un juego de pies.
“Je, je, je.” – Weed se rio entre dientes. Los extremos de la boca de Weed se alzaron. ‘¡Esto es genial!’ El Imperio Arpenio había dominado todo el Continente. Al final había caído hasta quedarse solo en un nombre en la historia, pero la técnica de la espada que había sido exclusiva de la Familia Imperial indudablemente valía su peso en oro. Pero Weed casi se desesperaba al leer la descripción de cada movimiento en la ventana de la habilidad. “¡¿Qué diablos?!” – gritó. El primer movimiento, que era el que menos [Maná] consumía de los cinco, utilizaba trescientos puntos. Pero su [Maná] máximo por el momento era demasiado bajo, las técnicas secretas estaban fuera de su alcance, incluso después de haberse tomado las tres Tabletas del Emperador.