VOLUMEN 2 CAPITULO 4
LAVIAS, LA CIUDAD DEL CIELO
La Doctora Cha Eunhee del Centro de Rehabilitación Gran Sociedad era una psicóloga de fama mundial, que había patentado un novedoso sistema terapéutico para el tratamiento de las enfermedades psicológicas. Su implacable horario no solía dejarle tiempo para descansar.
Tenía una interminable fila de pacientes a los que atender y artículos semanales que entregar en un infinito ciclo de tedio y monotonía.
- Aburrido. Soso. Tedioso.
Esas eran sus quejas habituales. Pero a pesar de su deseo de escapar, simplemente no podía abandonar sin más sus responsabilidades.
Por eso se encontraba en ese momento en medio de una sesión de terapia con una señora de edad media.
- Lo siento mucho por la situación de su hija – dijo, pestañeando para eliminar la humedad que se le estaba acumulando en los ojos.
- Sé que ya han pasado cinco años – dijo la mujer con una triste sonrisa, mientras se abría a la doctora – pero desde que mi chiquilla intentó quitarse la vida, no he sido capaz de concentrarme en nada.
- Es hora de que dejes de preocuparte por el bienestar de tu hija y empieces a buscar el sentido de tu propia vida.
- La verdad, doctora – la mujer sujetó con fuerza la mano de la doctora – es que creo que está atrapada en algún sitio… ella…
* * * * *
El Árbol Celeste se extendió sin rumbo fijo hacia arriba, pero pronto empezó a dirigirse hacia una dirección en particular.
Weed y sus compañeros se habían sujetado al tronco mientras crecía hacia su destino. Los fuertes vientos les golpeaban, y el suelo estaba demasiado lejos. En cuestión de segundos, el Poblado Baran había desaparecido de la vista.
Atravesaron las nubes y llegaron a lo que parecían una gran isla. ¡Una isla flotante! A lomos del creciente Árbol Celestial, el grupo se alzó por encima de la niebla que nublaba la imagen del área.
- ¡Esta tiene que ser la Ciudad del Cielo! – exclamaron los miembros del equipo, disfrutando de las imágenes que les rodeaban.
Ante ellos se alzaba un laberinto de edificios. En el centro del laberinto se alzaba una inmensa torre con una miríada de pájaros en lo alto. Más allá de la gran torre había colinas ondulantes y hermosos campos.
- ¡Oh! ¡El árbol se está marchitando! – gritó Irene mirando hacia atrás.
El tronco del árbol se secó y disolvió ante sus ojos. Los fragmentos desaparecieron entre las nubes, cortando el medio de transporte entre la isla flotante y la superficie.
- Nuestro camino de vuelta ha sido destruido. ¿Qué podemos hacer ahora? – Surka se empezó a preocupar. Sus compañeros, en cambio, no parecían particularmente incómodos.
- Aquí empieza la aventura. Con el árbol ido, ya nos preocuparemos de cómo regresar cuando llegue el momento.
- Pero, Pale-nim… – Surka parecía estar a punto de echarse a llorar, echando ya de menos la solidez del suelo firme.
Weed intentó animarla:
- Si se quiere, se puede – pero Surka no parecía tranquilizarse con su comentario, por lo que como quien no quiere la cosa, añadió – Bueno, si no damos con otro medio, siempre podemos saltar, ¿no?
- Pe-pero…
- Bueno, seguramente morirías una vez, pero sin duda terminarás en el suelo.
Surka palideció. Lo cierto era que siempre había sufrido una terrible acrofobia[i].
Cuando el Árbol Celestial había estado creciendo, se había sujetado con todas sus fuerzas al tronco, con miedo de caerse y matarse aplastada contra el suelo.
Quizás hubiese dejado pasar esta aventura si hubiese sabido que tendría que subir hasta allí arriba.
El equipo empezó a avanzar, consolando a Surka por el camino.
* * * * *
La Ciudad del Cielo era el hogar de una raza única.
- Parecen pájaros…
De pie sobre dos patas, con pequeñas cuentas como ojos, un pico puntiagudo, unas amplias alas y mejillas redondeadas, parecían gorriones.
Los más ancianos parecían tener unas barbas blancas alrededor de los picos.
- ¡Uahh! ¡Qué monos! – exclamó Surka, cuyo afecto hacia los pájaros se impuso sobre su acrofobia. Ya no temblaba de miedo, sino de excitación.
Un pájaro anciano se les acercó, ignorando el indeseado interés de Surka.
- Saludos, viajeros, bienvenidos a Lavias.
Todos los demás se volvieron a mirar a Weed.
Según sus experiencias anteriores, Weed era el mejor preparado para dirigirles.
Lo que era más, los demás habían comprendido que todos sus movimientos estaban muy calculados, ya que era capaz de convencer con palabras bonitas a cualquier NPC para que le diese lo que quería.
- Gracias. Hemos afrontado un peligroso viaje desde tierras lejanas hasta por fin poner nuestros cansados pies en este maravilloso paraje. Pero al ver tal inimaginable esplendor, nuestra fatiga prácticamente ha desaparecido. ¿Esto es Lavias?
- ¡Así es! La ciudad de los nobles y dignos Avianos. ¡Solo aquí hay un sol tan brillante y un aire tan fresco! – el pájaro de barba blanca gesticulaba con orgullo y meneaba las alas. Hasta las plumas temblaban por la excitación al oír las alabanzas.
- En efecto es aquí más puro el aire e impresionante la luz del sol. Sin duda las nubes al pasar serán de una belleza sin par. Pero, ¿cuáles son las especialidades de Lavias? – Weed se lanzó a por la oportunidad de conocer las especialidades de la ciudad. Si había objetos exclusivos, podía hacer un buen dinero comprándolos en cantidad para revenderlos en el Reino de Rosenheim.
- Aún no nos conocemos lo bastante como para que me hagas una pregunta tan impertinente. Antes tienes que conocerme mejor. Ayudaría si me pudieses traer un plato delicioso. De hecho, eso me agradaría bastante.
El pájaro con barba batió las alas y se alejó de ellos volando.
Weed intentó perseguirle, pero enseguida se rindió y volvió con los demás.
- Bien, separémonos, y vayamos a explorar la ciudad.
Si los 5 iban juntos, les habría llevado demasiado tiempo. Por eso decidieron separarse y cubrir más terreno.
- La ciudad parece una zona segura sin zonas hostiles.
- Aún así, Lavias parece demasiado grande como para explorarla yendo solos. Nos volveremos a reunir aquí en dos horas.
- Si se cruzan con una buena misión mientras exploran, vuelvan aquí antes de hacer nada, y compártanla con los demás. Decidiremos entre todos cual es la mejor. Ahora, empecemos.
- Bien, entendido.
Y así se separaron para explorar la ciudad.
De entrada, Weed se dirigió hacia el animado centro de la ciudad para ver si había alguna tienda.
Los comerciantes anadeaban como patos por la calle, presentando sus ofertas a los demás transeúntes.
Como el nombre sugería, los residentes de la Ciudad Aviana tenían rasgos propios de los pájaros, y aunque lo común eran torsos redondeados y piernas cortas, las cabezas iban desde las de búho hasta las de halcón.
Y pensar que existe una ciudad como esta, increíble, pensó Weed.
Abrir un local de pollo asado en esta ciudad sería claramente un mal movimiento, ya que los habitantes podrían confundirlo con un acto de canibalismo.
A diferencia de las ciudades humanas, no había carruajes, ya que los propios pájaros eran lo bastante grandes como para transportar a los caballos. Si los caminos estaban bloqueados, bastaba con extender las alas y seguir el camino volando.
Por todas las miradas que estaba recibiendo, Weed se sentía como un mono en un zoológico a medida que avanzaba entre los avianos.
Entró en una armería.
- Buenos días.
- ¡Un viajero humano! ¿Hay algo que necesites?
- Muchas cosas. Pero no estoy familiarizado con los objetos en exposición, por lo que me gustaría observarlos más de cerca.
- Puedes hacer como gustes.
Weed estudió algunos de los objetos.
Pico de Acero de Baravo.
Durabilidad: 90/90
Daño: 23
Mejoras:
Permite coger comida que mejora los atributos.
Su longitud permite alcanzar gusanos más enterrados.
Precio: 100 monedas de oro.
Weed suspiró, y pasó su atención a otro objeto.
Horquilla de Plata de Saigon
Durabilidad: 30/30
Daño: 17~19
Parte de un conjunto.
Baja durabilidad al ser de plata.
Útil para arrancarle la cabeza a los no muertos en pleno vuelo.Precio70 monedas de oro.
Plumas de la Diosa
Durabilidad: 15/15
Efectos extra: Encantamiento.
La pluma brillante y multicolor disminuye el ataque de los enemigos.
Tan ligera que no puedes sentirla. Permite un planeo sin igual, y es ideal para evitar una caída.Restricciones
¡Solo hembras!
Precio45 monedas de oro.
Los objetos iban desde horquillas y telescopios a unas peculiares armas cónicas huecas afiladas en la punta. Esas parecían ser las armas propias de los Avianos.
- ¿Tienes algún arma apropiada para un humano? – preguntó al vendedor, que era muy parecido a un tejón.
- ¡Claro que sí! Un momento. Como los clientes humanos no son habituales, tuve que guardarlas en el almacén.
Mientras esperaba, Weed sintió unas intensas miradas desde el exterior.
Uno tras otros, los avianos de la calle se paraban en seco a observar a Weed como si fuese un mono en un zoológico.
- Al parecer es un humano…
- Qué raro, debe ser difícil comer con ese pico plano.
- Y mira, tampoco tiene plumas. Debe helarse en invierno, el pobre.
Ningún pájaro disfrutaba del frío. Desde su punto de vista, Weed parecía propenso a morir ante la primera señal de frío.
Un aviano en Rosenheim, o en cualquier ciudad del continente, atraería las mismas miradas de los transeúntes. Pero en Lavias, la Ciudad de los Avianos, el humano Weed era el espectáculo.
- Aquí está lo que has pedido.
El vendedor sacó una armadura, un escudo, 2 martillos y 5 hojas. Weed no podía usar el escudo, por lo que fue de inmediato hacia las espadas y la armadura. Después de todo, solo tenía 70 monedas de oro tras vender el botín obtenido de los hombres-lagarto.
Espada de Arcilla
Durabilidad: 90/90
Daño: 23~25
Espada mágica imbuida con el espíritu del hielo.
Causa de 2 a 5 puntos de daño adicional por hielo a enemigos con armadura, y puede ralentizarlos.Requisitos
Nivel 60
200 Fue.
Mejoras
2~5 puntos adicionales de daño por frío.
Precio 188 monedas de oro.
Espada del Espectro Crepuscular
Durabilidad 200/200
Daño 14
¡Objeto maldito!
Obra del enano Theodore. Forjada con el acero extraído del Bosque de la Muerte.
Disminuye la Vitalidad, y tiene una pequeña posibilidad de causar daño triple al hacer un ataque crítico.Requisitos
Nivel 70
250 Fue.
Mejoras
Pequeña posibilidad de causar un ataque mortal.
Precio 160 monedas de oro.
En ese momento Weed dejó de mirar, y sacudió la cabeza.
Los precios eran ridículamente altos, pero al ser una ciudad de Avianos, tampoco era raro. Aunque las espadas eran objetos claramente poco habituales, en la Ciudadela de Serabourg solo alcanzarían la mitad de esos precios.
- Ahora mismo no tengo tanto oro, así que no compraré nada.
- Entonces, ven cuando lo tengas, aunque tal vez para entonces ya esté vendido, así que será mejor que te des prisa en reunirlo – dijo el vendedor, con tono decepcionado. Los miembros del equipo eran los únicos humanos allí.
Weed abandonó la tienda y se dirigió lentamente hacia el lado este de la ciudad.
Más allá de la periferia de la ciudad se extendía un campo infinito, con zonas vacías aquí y allá.
*CHRIP* *CHRIIIIP* *TUIIIIT*
Unos lindos niños avianos estaban cantando, en lo alto de una cuerda de tender. Entre ellos, los polluelos amarillos eran los más adorables.
- ¿Qué tal? – les preguntó, acercándose a ellos. Pero se rieron sin responderle.
- Buenos días – Weed saludaba a todos los avianos con los que se cruzaba.
Uno de ellos, que había estado delante de la armería, le preguntó excitado:
- Eres un nuevo viajero. ¿Eres parte del poderoso grupo de la tierra firme?
- Aún no soy fuerte. Aunque amo la paz y admiro el cielo, también respeto las Artes Militares. Ya que la fuerza es imprescindible para mantener la paz.
- Yo pienso igual. Tengo una misión que tal vez puedas cumplir. La verdad es que Lavias no es tan pacífica como puede parecer. Esta es una tierra antigua, y en su interior yace el mal, reuniendo poder para acabar con todos. ¿Quisieras ayudarme?
*DING*
Los No-Muertos de Lavias
Los no-muertos vagan en las profundidades de la Ciudad del Cielo. Los avianos no duermen por los gemidos nocturnos de los no-muertos.
Mata al menos 30 Soldados esqueletos en el Pasaje Subterráneo.Nivel de DificultadDRequisitos
Fallar disminuirá la amistad con los Cuervos.
RecompensaDesconocida.
Weed y el resto habían esperado que la ciudad no fuese más que una simple ciudad sin descubrir, y solo esperaban comprar o ganar objetos inusuales en el continente.
Habían asumido que lo más que podrían iniciar sería una misión que cumplir en el Reino de Rosenheim.
Pero para su sorpresa, había zonas de caza en la Ciudad del Cielo. Por no mencionar que eran de los poco habituales no-muertos. Se sabía que los soldados esqueleto rondaban por el nivel 80.
Weed se lo planteó un momento, y sacudió la cabeza.
- Entiendo que es mi misión acabar con los no-muertos, pero estoy aquí con unos compañeros. Volveré en cuanto lo consulte con ellos.
Weed continuó reconociendo el sitio, y hablando con los avianos con los que se cruzaba.
En algunos casos, era la primera vez que veían un viajero humano, por lo que le solicitaban ciertas misiones. La mayoría estaban relacionadas con los no-muertos.
A través de las diversas conversaciones, Weed reunió información sobre los subterráneos de Lavias y como llegar a ellos. Pero el sitio era prácticamente zona de guerra. La mayoría de sus habitantes eran esqueletos, así como Caballeros de la Muerte, Guardianes Demoníacos, Dullahans, Lichs, Espectros y Sombras.
Los dullahans eran unos no muertos poderosos e insistentes, que levaban en los brazos sus propias cabezas. No solo tenían un nivel 140, eran rápidos y muy buenos con sus armas, por lo que eran bastante difíciles de derrotar.
Los lichs se especializaban en magia negra y por su alta Inteligencia, eran famosos por huir de la batalla en cuanto se veían en peligro.
Y por último, los Caballeros de la Muerte, los portadores de la muerte. Eran jinetes como los Espectros del Anillo de El Señor de los Anillos. ¡Eran materia de pesadillas! En términos de nivel, estaban casi en el 200.
Al pensar que unos no-muertos tan poderosos vivían bajo tierra hizo que se le acelerase el corazón. Que maravillosos XPs.
Mientras vagaba por la ciudad, descubrió un cartel, en el que ponía, en grandes letras, “Entrenamiento de Nivel Principiante”. Weed entró como si algún tipo de fuerza mística le hubiese atraído.
- Buenas. Ya veo que eres un humano – le saludó el instructor, que era idéntico a un gallo. Su pelo, parecido a una cresta, era de lo más llamativo.
- Estaba pasando por esta calle, y deseé entrar a mostrar mis respetos. Soy uno de los que han terminado el Entrenamiento de Nivel Básico en el Reino de Rosenheim.
Todos los instructores de los Centros de Entrenamiento respetaban a quienes seguían las artes militares y despreciaban el mal. Y completar un entrenamiento, además, daba cierta reputación. Weed había entrado con la esperanza de entenderse rápidamente con el instructor y obtener información útil. Pero la reacción que recibió fue muy diferente a la que se había esperado.
- ¿Pff? – el instructor aviano contuvo una risa. En sus ojos se veía que se estaba riendo, a pesar de que su pico no se había movido – No puede ser. Es difícil de creer que hayas completado el Entrenamiento de Principiantes. No das esa impresión.
- ¿Eh? Pero lo completé. En la Ciudadela de Serabourg.
- Allí solo tienen el Básico.
Los ojos de Weed se iluminaron con ambición.
¡Centro de Entrenamiento Básico! ¡Luego esta es la siguiente fase!
- ¿Puedo probar este centro una vez?
- Supongo. Todo el que haya completado el Entrenamiento Básico puede intentarlo. Pero es diferente a lo que conoces. Es bastante peligroso, así que es mejor que no te arriesgues demasiado.
- Quiero intentarlo.
- ¿Te refieres al Entrenamiento?
- Eso he dicho.
- Tu espíritu es admirable. Muy bien, ven conmigo.
Weed siguió al instructor, que le guió hasta una estructura en la parte de atrás del centro. La entrada era un pico abierto completamente oscuro, que daba paso a un corredor oscuro.
- Lo único que tienes que hacer es atravesar este corredor y salir sano y salvo por el lado opuesto. Simple, ¿no? Pero las habilidades de combate no estarán activas. Y, un consejo, nada de luces, eso lo haría demasiado fácil… no, demasiado conveniente.
- Entendido – su respuesta fue corta. Con largos pasos, entró al corredor.
Al principio estaba tranquilo, pero según avanzaba, su resolución disminuía.
Empezó a usar manos y pies para reconocer el camino. No sabía qué podía surgir del tan tranquilo corredor. En ese momento…
*ZING*
Weed recogió la cabeza por instinto bajo una serie de ataques. Algunos pelos cayeron, y se dio cuenta de que ya había terminado.
¿Un ataque? Genial. Su cuerpo se había movido solo en cuanto lo notó.
Ya había sacado su espada y atacado al frente. Aunque no veía, podía sentir cómo se le acercaba algo.
*CLANG* La espada de hierro chocó con algo metálico. A juzgar por el impacto, el golpe no había sido detenido por un escudo ni desviado. El cuerpo del enemigo parecía duro como la piedra.
¡Por la derecha! Weed presintió el nuevo ataque. Ahora estaba convencido de que el siguiente también vendría por esa dirección. Como no podía ver, no tenía más remedio que confiar en sus otros sentidos. Weed confiaba en su instinto.
En ese momento su espada se movió como si tuviese voluntad propia. Rechazó sin problemas un ataque surgido de la nada. Alguien que no tuviese una verdadera experiencia con una espada nunca podría hacer algo así.
¡Diez, tal vez más! Pensó.
Los incesantes ataques no le daban un respiro.
- ¡Iai! – lanzó su grito de batalla, lanzándose por los aires. Mientras rodaba, sujetó la espada con fuerza hacia su lado, lanzando un tajo a los tobillos. Saltaron chispas cuando su espada raspó algo de hierro. En ese instante la zona se iluminó brevemente.
Había docenas de bárbaros recubiertos de hierro. Llevaban espadas, porras, martillos, hachas, mazas y demás.
Un escalofrío le subió por la columna, a la vez que su voluntad se apagaba como una vela en una tormenta. Pero los ataques de los Bárbaros de Acero no habían terminado.
Pudo rechazar muchos ataques, pero en el corredor sin luz era imposible pararlos todos. Un golpe le alcanzó en la espalda, lanzándole al suelo. Los Bárbaros se le echaron encima desde todas las direcciones.
* * * * *
- Fallaste – al oír la voz del instructor, Weed se incorporó lentamente. Tenía todo el cuerpo dolorido.
¿Dónde estoy? Miró alrededor, y reconoció la entrada del Centro de Entrenamiento. El instructor debía haberle cargado. Su salud estaba disminuida hasta los 30 puntos; hasta una palmada podría matarle. Por suerte no estaba sangrando, por lo que sus PV no seguían disminuyendo.
- Esto es lo que pasa cuando quien no tiene la habilidad suficiente desafía este sitio. Esta vez te he salvado, pero a la próxima, morirás.
Weed sacudió la cabeza para reunir su coraje.
- ¿Necesito un mayor nivel para tener éxito?
- No es eso. Los Hombres Infinitos de Hierro se ajustan al nivel del aspirante.
- Eso significa que mis habilidades reales no están a la altura.
- Eso parece.
- ¿Cuánto hace desde que entré?
- Unas cuatro horas.
- Mis compañeros me estarán esperando. Volveré – Weed salió del edificio y se dirigió al punto de encuentro.
* * * * *
¡Weed iba corriendo! En el punto de encuentro encontró a los demás, que estaban excitados.
- Perdonen por el retraso…
- ¡Weed-nim! – gritó Surka, corriendo hacia él - ¡Hemos dado con una gran misión!
- Estábamos esperando que volvieses, para decidir si la cogemos o no.
Mientras Weed había estado ausente, los demás habían examinado la ciudad meticulosamente para reunir información.
En primer lugar, como volver a bajar. Las plumas de la Ligereza, vendidas en la tienda, permitían una caída ralentizada. Usarla para saltar desde Lavias podía ser excitante para Weed, pero terrorífico para la acrofobia de Surka.
Después, la un tanto decepcionante noticia de que no eran los primeros en descubrir la ciudad. Lo habían esperado hasta cierto punto, ya que su fama no había aumentado cuando pusieron el pie en la ciudad por primera vez.
Lo siguiente eran las misiones.
Irene había encontrado una de acabar con 20 Caballeros Esqueleto. La recompensa era un anillo que aumentaba la regeneración de maná en un 10%.
Los Caballeros Esqueleto eran oponentes duros con niveles sobre 100. Pero la recompensa les atraía. Después de todo, un anillo que aumentase la regeneración de maná era inusual. ¡Su valor en cualquiera de las ciudades del continente sería altísimo!
- ¿Pero donde es este sitio? – preguntó Weed, también encantado con la recompensa.
Y así, aceptaron la misión de acabar con los Caballeros Esqueleto.
* * * * *
En cuanto el grupo entró en el pasadizo subterráneo, un mensaje saltó delante de ellos. El grupo se quedó paralizado.
Mazmorra: Son los primeros jugadores en entrar a
El Auditorio de Memphis
Recompensas:
Fama +100
Cada día, por una semana, doble XPs y posibilidad de botín.
Al matar al primer enemigo en la mazmorra, este soltará su mejor objeto.
- ¡Si!
- ¡Somos los primeros exploradores!
Exclamaron, emocionadas, Surka y Romuna.
Pale también tenía una gran sonrisa. Valía la pena entrar en un terreno de caza con doble experiencia, por muy peligroso que fuese. Sería un desperdicio irse y perder todos esos XP en potencia.
Tal vez otros hayan llegado antes a Lavias, pero no vinieron por aquí. No, quizás no lo descubrieron. No nos ilusionemos demasiado. Weed intentaba mantener la calma, pero estaba visiblemente excitado.
- Por el momento, vamos a tomarnos nuestro tiempo examinando el lugar. Nuestra primera misión es derrotar a los Caballeros esqueleto, pero para saber si podremos hacerlo, tendremos que cazar todo lo que nos crucemos. Irene-nim.
- ¡Si!
- Por favor, cuida de nosotros, especialmente con las curaciones.
- Claro, y ya que este sitio está infestado de no-muertos, también usaré mis bendiciones.
Las Bendiciones de los sacerdotes y la Mano Sanadora eran mortales para los no-muertos. Las Bendiciones aumentaban el daño en un 50% dependiendo del enemigo, y causaba un daño adicional a los oponentes no-muertos.
- Vamos.
Todos los miembros del equipo recibieron una bendición, aumentando la Fuerza y la Vitalidad. Y las defensivas se concentraron en Weed y Surka. Cuando todos estuvieron listos, empezaron a avanzar.
- ¿Hu… mano? ¿Vivo? – 4 ó 5 esqueletos se habían reunido cerca de la entrada del corredor subterráneo.
El pequeño y variado grupo de no-muertos contenía 2 magos, un soldado y un arquero esqueleto.
- Hu…manos – las cuencas vacías del esqueleto brillaron. Un aura roja asesina que se intensificó en cuanto se lanzaron hacia el grupo de humanos, con los huesos traqueteando a ritmo con sus movimientos.
- Prepárense.
*CLANG*
Weed fue el primero en reaccionar, adelantándose para detener la espada del soldado esqueleto. En vez de un simple bloqueo, Weed desvió el ataque hacia un lado y lanzó un contraataque.
No era una de las habilidades del juego. Weed había realizado el complejo movimiento moviendo hábilmente la muñeca.
- ¡Triple!
*CROCK* *TAC* *CRACK*
Lanzó 3 ataques casi simultáneos. De por sí, Triple era una habilidad difícil de ver con los ojos desnudos. ¡Primero atacaba hacia delante, seguido por un corte diagonal y cuando la espada se retiraba aprovechaba la inercia del cuerpo para lanzar un nuevo corte sin detenerse! La maestría en la habilidad daba, además la posibilidad de añadir ataques adicionales, pero incluso entonces, seguiría llamándose Triple, ya que el nombre había surgido de los tres ataques originales de la habilidad.
En medio del intenso cuerpo a cuerpo, Weed utilizó la habilidad sin gritar su nombre.
Incluso una fracción de segundo podía marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Especialmente si podías utilizarla para atacar la debilidad del enemigo.
Si por cualquier razón los 3 ataques eran bloqueados, había la posibilidad de un 4º ataque. Y si ese también era rechazado, una pequeña posibilidad de un impresionante 5º corte con la espada.
Triple, originalmente, estaba hecho para usar 3 rápidos ataques, que usaban las debilidades del enemigo para lanzar un ataque con éxito. Además, Weed podía manejar su espada con sus habilidades innatas para crear huecos en la defensa del oponente. Como era de esperar, las costillas del soldado esqueleto se desmenuzaron bajo la presión del asalto sin cuartel de Weed.
Solo él podía pensar en usar un método tan extremo y cruel para matar a sus rivales.
En ese momento, los magos esqueleto de la retaguardia empezaron a recitar unos hechizos dirigidos hacia Weed. Pero Romuna lanzó su hechizo primero.
- ¡Golpe de fuego!
Gracias a su alto dominio en la habilidad, 6 bolas de fuego salieron despedidas en sucesión hacia los invocadores enemigos. Con eso logró interrumpir, y cancelar, los hechizos que habían estado a punto de lanzar.
- ¡Ya eres mío! – Pale estaba concentrado en el solitario arquero esqueleto. Los dos estaban disparándose flechas sin para el uno al otro - ¡Chúpate esto! ¡Flecha Bendita! – disparó una flecha con un cegador destello de luz.
Por su naturaleza, los no-muertos odiaban la luz, y los esqueletos eran particularmente débiles ante ese elemento. Pero los no-muertos de más alto nivel podían caminar a plena luz del día sin ningún problema.
Las flechas de Pale se clavaron en el esqueleto, y empezaron a brillar con fuerza.
Mientras, Surka lanzaba puñetazos a los magos esqueleto desde cerca, con el apoyo de Romuna. Como era la primera vez que luchaban con un enemigo tan formidable, estaban luchando poniendo sus vidas en juego.
Weed solo tenía que encargarse del soldado esqueleto.
- Muereeeee… – los huesos del esqueleto resonaron cuando saltó y ejecutó un golpe poderoso en la caída. Aunque su espada estaba llena de mellas y grietas, la fuerza tras el golpe era difícil de ignorar.
Aún así, sus movimientos son demasiado obvios. Weed activó una habilidad.
- ¡Puñalada!
Cuando la espada del esqueleto alcanzó su objetivo, solo quedaba el reflejo de Weed. Él, que ya estaba tras su enemigo, lanzó un tajo al cuello del esqueleto.
¡Has causado un daño crítico!
¡Un Ataque Crítico! Para conseguir uno había que ser preciso hasta las milésimas de segundo.
Intentar hacer uno tenía sus riesgos, por lo que tener éxito era aún más satisfactorio.
Tras sufrir el daño de Triple y Puñalada, los huesos del esqueleto cayeron al suelo en un montón sin vida.
- ¡Weed-nim, aquí! – gritó Surka, con voz cansada.
La lucha contra los dos magos era demasiado dura para ella, y estaba cediendo terreno poco a poco.
Como monje, tenía una alta Agilidad, por lo que sus movimientos debían haber sido bastante rápidos. Pero en ese momento no lo eran.
Fuerza disminuida.
Velocidad disminuida.
Ambos efectos procedían de las heridas envenenadas y maldiciones que le habían dejado sangrando sin cesar. Las maldiciones hacían que estuviese rodeada por un humo oscuro. Las maldiciones eran más fuertes y rápidas que los Hechizos de Limpieza de Irene.
- … – Weed se lanzó al rescate de inmediato - ¡Hoja del Escultor!
Cada vez que reunía el maná necesario utilizaba la habilidad Hoja del Escultor, y un Mago esqueleto desaparecía en un destello gris. Morían rápido, porque Romuna ya los había bombardeado con magia hasta que se le había acabado el maná. El arquero restante fue eliminado rápidamente por una buena combinación de Pale y Romuna, quien acababa de recuperar algo de maná.
- ¡Guau! ¡Hemos ganado! – gritó Surka en cuanto terminó la batalla.
- Y hasta nuestros niveles han subido – respondió Pale, sonriendo.
Los esqueletos de nivel 80 que les llevaban más de 15 niveles, más los XPs doblados, suponía una impresionante cantidad de XPs para cada uno. Con un simple grupo de enemigos, ya estaban a punto de subir de nivel.
Como Romuna e Irene terminaron de gastar su maná eliminando las maldiciones, ambas se pusieron a Meditar para recuperarlo más rápidamente.
La Meditación duplicaba la velocidad de recuperación de maná. Por desgracia, era una habilidad exclusiva de magos y clérigos, por lo que Weed no podía aprenderla.
- ¿A ver qué hemos obtenido?
Normalmente hubiesen cogido lo que quisieran, pero esta vez la batalla había estado muy justa. Por lo que todos se reunieron alrededor del botín.
Guantes Gastados Manchados de Sangre
Durabilidad: 7/40
Defensa: 6
Objeto lleno del odio y los deseos de los muertos. Aunque hacen más fuerte al portador, es mejor evitarlos.
Mejoras :
+20 Fue
+10% Poder de Ataque.
-200 PV
Requisitos :
Nivel 50
100 Fue
Botas de los Fríos
Durabilidad: 9/50
Defensa: 5
Zapatos hechos para resistir el abrazo de la tierra. Al estar hechos con piel de búfalo de agua, son muy cómodos.
Mejoras:
+15% de Resistencia a la Magia de Hielo.
Requisitos
Nivel: 60
No estaban mal. Podían venderse, pero era mejor usarlos. Los guantes bajaban la salud, pero la defensa era lo bastante alta como para que valiese la pena el sacrificio.
Al haber descubierto la mazmorra, los botines se habían doblado, y aún tenían que identificar el mejor de ellos. El grupo se acercó a la espada del soldado esqueleto.
Espada de Arcilla
Durabilidad: 12/65
Daño: 23~25
Espada mágica imbuida con el espíritu del hielo.
Causa de 2 a 5 puntos de daño adicional por hielo a enemigos con armadura, y puede ralentizarlos.Requisitos
Nivel 60
200 Fue.
Mejoras
2~5 puntos adicionales de daño por frío.
La cara de Weed se transformó con una sonrisa.
¡Bingo!
Una espada de más de 100 monedas de oro en la tienda obtenida como botín. Por supuesto, comparada con la de la tienda tenía menos durabilidad. Además, la máxima durabilidad había caído por la falta de reparaciones.
- Esto es… – Pale se había quedado mirando el objeto.
Sintió como la avaricia le controlaba. Al fin y al cabo, era humano, ¿cómo no iba a sentirla? Pero Weed se adelantó lentamente al centro del grupo. Solo vestía un simple traje de cuero endurecido. Ni armadura, ni botas. Weed habló hacia Pale.
- El poder de ataque de ese bastardo era impresionante. De haber habido dos, podríamos haber tenido problemas.
- … – Pale se aguantó las ganas de llorar, y se hizo a un lado, permitiendo que Weed se quedase los 3 objetos. Si Weed, su escudo de carne, caía, ¿quién podría reemplazarle?
- Estos objetos deberían pertenecerle a Pale-nim… – dijo Weed con voz triste.
- …
- Pero como soy el que tiene que luchar cuerpo a cuerpo, sería buena idea ir bien equipado. Pero el próximo botín le pertenece a Surka-nim y a Pale-nim – era un clásico ejemplo del palo y la zanahoria.
Como Weed era quien más los aprovecharía, todos aceptaron su propuesta. Weed por fin iba a librarse de la espada de hierro que le había dado el instructor. De pronto, una voz sobresaltó al grupo.
- Humanos… los queridos soldados de los no-muertos… – un Caballero Esqueleto había aparecido de improviso.
Todo el mundo comete errores, pero este podía ser fatal. Hasta ahora, todos los enemigos que conocían solían quedarse en una zona fija. Pero los Caballeros esqueleto se movían con libertad por la mazmorra. Y sin haberlo sabido, el grupo había estado descansando despreocupadamente, cuando apareció repentinamente.
Un Caballero esqueleto, con sus espeluznantes ojos brillantes, y vistiendo una malla de escamas sobre los huesos, era un no-muerto con un nivel por encima de 100. Y esa formidable criatura estaba abalanzándose sobre el equipo.
- ¡Aaaah! – el esqueleto había atacado con un amplio movimiento de la espada y había cortado a Surka en la cadera. Por suerte no murió, pero perdió más de un tercio de sus PV.
- ¡Corran! – Weed se interpuso entre Surka y el caballero esqueleto, sujetando la espada de arcilla que acababa de conseguir. Su mente rápida era de gran ayuda en caso de crisis.
¡Un monstruo con un nivel superior a 100! Sus rodillas empezaron a temblar, pero no por miedo al enemigo (los 30 niveles de diferencia aún eran una lucha justa). Le preocupaba la lamentable durabilidad de la espada de arcilla. Si se rompía durante la lucha… Por desgracia, nadie podía cambiar armas con un enemigo a la vista.
Por favor, Dios…
- ¡Cuidado, Weed-nim!
- ¡Romuna, Irene, despierten! ¡Ha aparecido un Caballero Esqueleto!
Los miembros del equipo se prepararon rápidamente para el combate. Pero eso dio al Caballero esqueleto tiempo para lanzar el primer ataque: ¡una poderosa carga seguida por otro ataque! Por primera vez, Weed sintió que la frágil espada era necesaria.
¡No puedo perder esta espada!
Ya era muy tarde para huir, pero Weed confiaba en su movilidad y defensa. Más que bloquear, intentó esquivar. Una pequeña herida era inevitable, pero creía que era un buen sacrificio para proteger su hueso… y con el hueso, se refería a la espada.
Espera… ¿llegué a reparar los guantes y las botas?
¡Mierda!
La durabilidad de ambos objetos estaba casi terminada.
Una espada como la espada de arcilla no perdería mucha durabilidad sin un contacto físico, pero el resto del equipo, como guantes y botas, la perdían si el portador recibía un ataque. La durabilidad era un atributo extraño: si estaba casi llena, caía lentamente, pero si era baja, un simple ataque podría romper el objeto completamente.
Por qué me tienen que pasar estas cosas… Weed rodó por el suelo.
*CLANK* La espada del esqueleto impactó a su lado, fallando por poco.
Esos movimientos a veces aparecían en las novelas de artes marciales. Este en concreto era rodar por el suelo para intentar evitar un ataque. ¿Y su orgullo? Algo como el orgullo no tenía lugar en esa situación.
La idea de que su nuevo equipo se rompiese era mucho más dolorosa. Mientras hacía tiempo, su equipo se terminó de preparar: Pale disparó flechas, e Irene lanzó Protecciones Divinas y Bendiciones. Romuna lanzó hechizos poderosos, sin dudar en empezar con los más fuertes que podía.
- ¡Campo de Fuego! – para alcanzar los rápidos movimientos del enemigo, usó un hechizo con AoE[ii].
*FLASH* Las llamas empezaron a surgir en el punto en que estaba el Caballero esqueleto. Weed y Surka rápidamente se alejaron de las llamas. En ese momento de respiro, Weed guardó los nuevos objetos y se equipó la espada de hierro. Hubiese preferido usar Reparar con ellos, pero la situación solo le había dado tiempo a desequiparlos.
- No creo que eso baste para acabar con él – dijo Romuna con certeza. El Campo de Fuego causaba un gran daño a un gran número de enemigos. Además de la habilidad de Weed, la mayor fuente de poder en el equipo era el Dominio del Fuego de Romuna.
De entre todas las habilidades que mejoraban el poder y el efecto de los hechizos de fuego, el Dominio del Fuego era la 8ª más efectiva. Aún así, ninguno creyó que bastase para acabar con el enemigo con un nivel superior a 100.
Pronto se disiparon las llamas, mostrando al Caballero esqueleto aún de pie donde había estado antes. Su espada estaba al rojo vivo, y había fuego en sus cuencas vacías y en las costillas, dando el aspecto de un Caballero Esqueleto de Fuego. Aunque había recibido bastante daño, seguía bastante vivo.
- Esos… humanos… – se volvió a lanzar al ataque. Weed se le enfrentó, esta vez con más seguridad. No tenía nada que perder, ahora que usaba la espada de hierro en vez de la de arcilla.
- ¡Hoja del Escultor! – su espada bailó con soltura cortando al Caballero Esqueleto. La magia de Romuna, los puños de Surka y las flechas de Pale también le alcanzaron unos tras otros.
- Grr… – el esqueleto aún resistía, y la lucha empezaba a volverse peligrosa. El maná de Weed aún no se había recuperado de la pelea anterior; no podía usar ninguna de sus habilidades de espada. Hasta ahora, había esquivado los ataques del Caballero esqueleto con sus ágiles movimientos, pero no había podido hacer ningún daño considerable. El resto del grupo estaba en una situación similar. Al haber gastado todo su maná, hacían lo que podían por sobrevivir. En un par de minutos, la situación empeoró incluso más.
- No me queda nada de maná. Me temo que no puedo seguir curando… Lo siento – las palabras de Irene hundieron la moral del grupo. Aunque Weed y Surka aún podían luchar, en cuanto muriesen, los otros serían blancos fáciles.
En ese caso… Weed se decidió a usar el movimiento más poderoso que tenía.
- ¡Espada Kaiser! – es la técnica final de las Técnicas Imperiales de la Espada sin Forma. Pero ese era el nombre que él le había dado. Quería ver si realmente se merecía el nombre de “Kaiser de las Espadas”.
La espada empezó a emitir hilillos de luz azul, que rodearon el cuerpo de Weed. Weed atrajo la atención del esqueleto, pero su interés estaba en la espada de hierro, que parecía haber crecido hasta llegar al cielo.
La espada comprimió el aire, reuniendo un poder explosivo. Aunque Weed se preparó para lanzar una puñalada, la mayoría de sus habilidades eran de corte. Las puñaladas, en cambio tenían sus propios defectos. Si fallabas una, era muy posible que recibieses un contraataque.
Pero se añadió un sutil balanceo a la hoja, cambiando ligeramente el equilibrio entre la cadera, las muñecas y los pies del usuario. Weed sabía cómo aprovechar esa diferencia para esquivar un ataque enemigo, y contrarrestarlo integrando ataque y defensa.
Así era como había podido luchar con monstruos más fuertes a pesar de su baja salud y defensa en comparación con otros jugadores. Si no hubiese sido por esa estrategia, habría tenido problemas incluso contra el soldado esqueleto.
Aunque estaba a uno o dos pies, Weed notaba como perdía energía y maná, que se acumulaban en la punta de su espada. La mandíbula del Caballero esqueleto se abrió, asombrado del poder que Weed estaba demostrando.
Listo. Ese breve vistazo del poder de la habilidad bastaba para satisfacer a Weed. Pero notó el impacto antes incluso de golpear al enemigo.
*BUM* Polvo y suciedad volaron por todas partes, junto con la ensordecedora explosión.
Cuando el polvo se asentó, reveló a Weed en el mismo sitio, herido.
¿Cómo es posible? Espada Kaiser era una habilidad monstruosa que usaba 2.000 de maná. Si no tenía bastante, pagaba la diferencia en PVs. Le había dejado con menos de 50 PV.
- ¿Dó-dónde está? Weed empezó a buscar al Caballero esqueleto.
La espada de hierro estaba clavada en su abdomen. Unas grietas empezaron a aparecer desde ese punto, hasta que todo su cuerpo se vino abajo. Poco después, el resto del equipo se le acercó.
- Lo que nos ha costado vencerle… – Surka bajó la cabeza, exhausta. Con todo lo que habían pasado para ganar, el bastardo solo había soltado un trozo de hierro, unas pocas monedas de plata y un único hueso. Aunque habían arriesgado sus vidas a menudo, esta era la primera vez que les había costado tanto vencer. Por no mencionar que habían empezado el combate en unas pésimas condiciones.
Igual que Weed, todos habían estado luchando casi sin maná. A partir de ese momento, Romuna usaba el hechizo Alarma mientras luchaban para ver si se acercaba un Caballero. Si estaban en buenas condiciones, luchaban con él, y si no era así, lo evitaban.
En otras mazmorras o cuevas, tal vez se hubiesen visto forzados a luchar en esas malas condiciones por la competición por matar enemigos. Pero, por suerte, el grupo eran los únicos jugadores en esta mazmorra.
Pero eso suponía un peligro, ¡había un sobre-exceso de monstruos!
Ese era el tipo de situaciones en las que Weed más disfrutaba.
En cuanto habían entrado en la mazmorra, la habilidad única de los Escultores de la Luz Lunar se había activado. A la luz del día, sus habilidades no estaban al máximo. En la noche, o en una mazmorra, su verdadero poder se manifestaba, aumentando sus habilidades en un 30%.
Además, Weed ya conocía el estilo de lucha de los Caballeros esqueleto gracias a su innata capacidad de combate. Los bastardos ya no eran tan amenazadores ahora que sabía cómo esquivar sus ataques. Ese conocimiento por si mismo ya reducía a la mitad el daño que recibía. Con el apoyo de Pale, Surka y Romuna, y las Bendiciones de Irene, los solitarios caballeros no podían hacer nada salvo entregar sus huesos, y desaparecer.
* * * * *
- Jajaja – Weed sonrió, viendo a un grupo de esqueletos. ¡No podía evitarlo, al ver tantos XPs y objetos en potencia!
- Jejeje
- Jaja
- Jajajaja
- Jujuju
Todo el equipo empezó a reír.
¡Y pensar que ver un grupo de esqueletos les haría felices! Las espadas de los soldados esqueleto, aunque no siempre eran espadas de arcilla, podían venderse a mejor precio que la espada de acero. Bastaba con repararlas para venderlas por un buen precio. Era un gran terreno de caza, ya que los botines incluían escudos, guantes, y a veces, hasta pectorales. Y como los botines estaban duplicados, no era extraño que el inventario de Weed se llenase enseguida. Los solitarios Caballeros esqueleto, a pesar de sus altos niveles, ya no les preocupaban. Pero los Caballeros de la Muerte, que a veces vagaban por donde estaban, era su mayor preocupación,
- Hu…manos. Huele a… humanos… por aquí…
Un Caballero de la Muerte, cubierto con una armadura gris, apareció montado a caballo. Weed y el resto, que habían estado matando esqueletos y recogiendo objetos apenas unos momentos antes, se escondían nerviosos tras una roca.
No importaba qué hiciesen, no podrían derrotar a un Caballero de la Muerte, con un nivel superior al 200. La diferencia de niveles era tan grande que aunque sus ataques impactasen serían considerados fallos.
En Royal Road, no solo los jugadores, sino que también los NPCs podían ganar niveles. Un Caballero de la Muerte que llegase a su 2º avance tenía habilidades impresionantes.
Este Caballero de la Muerte, llamado Royan, tenía energía oscura emanando de su yelmo. Los Caballeros de la Muerte eran enemigos con nombre, por lo que cada uno tenía su propio nombre.
- El… olor… humanos… Oh… Yo… no tengo nariz…
El Caballero de la Muerte Royan miró alrededor un poco más, y se alejó lentamente a buscar por otras zonas. Los pasos del caballo aún se siguieron oyendo un buen rato tras su marcha.
- Fiuuu…
- Se ha ido
Weed y el grupo suspiraron aliviados. Ante los Caballeros de la Muerte que aparecían esporádicamente lo único que podían hacer era esconderse sobrecogidos por el miedo.
jueves, 12 de octubre de 2017
LEL VOL2CAP3
VOLUMEN 2 CAPITULO 3
EL TESORO PERDIDO DEL TEMPLO
- Buena suerte Weed-nim
- Te recompensaré si haces que la estatua se me parezca.
Decidieron que mientras Weed se dedicaba a tallar la estatua, el resto del equipo iría por los alrededores, cazando monstruos con los demás jugadores.
Los pocos hombres-lagarto que sobrevivieron la masacre seguían acosando a los habitantes locales, y había otros lugares cerca con buena caza.
Weed ya se había descubierto como escultor, por lo que los demás supusieron que su misión estaba relacionada con su profesión, y nadie hizo preguntas.
- Buena suerte!
Cuando todos se fueron, Weed se quedó inmóvil en la plaza central de la aldea.
Había un buen número de soldados de Rosenheim y aldeanos rescatados.
Todos lo observaban con esperanza en sus ojos.
- Debería encontrar una buena roca – se dijo.
Sin lugar a dudas, la estatua debía ser hecha de piedra.
Weed estaba más acostumbrado a tallar madera, y esta iba a ser la primera vez que esculpía con piedra.
Por suerte, se podían encontrar muchas rocas cerca de la aldea para tallar lo que tenía en mente. Baran era, después de todo, un pequeño pueblo atrapado al pie de las montañas.
De entre las rocas finalmente se decidió por una tan grande que un adulto no podría rodearla con los brazos.
- Vamos.
Weed sacó un martillo y un cincel para tallar la roca.
Los había comprado en la tienda de esculturas de la Ciudadela de Serabourg por si acaso, pero nunca se hubiese esperado que llegara el momento de utilizarlos en este viaje.
Martillo y Cincel para Esculpir
Durabilidad: 10/10
Conjunto de objetos para tallar piedras. Relativamente baratos, están desafilados y se rompen fácilmente. Se recomienda un uso cuidadoso.
*CLANG* *CLANG* *CLANG*
- La única diferencia con el tallado de madera es el material. En la escultura todo depende de la imagen mental, sobre la forma que se quiere dar al objeto. Solo tengo que reproducir esa imagen. Con eso extraeré la mejor estatua, Mi estatua, fuera de esta piedra.
Weed manejaba la roca con cuidado. Dar forma a la piedra requería más tiempo y energía de lo que te podrías haber imaginado. Un golpecito en el lugar equivocado, y podía formarse una raja por toda la piedra. Una estatua debía tener una vida larga garantizada. Por su frente corrían gotas de sudor.
Al segundo día, la roca había sido muy poco recortada a comparación del primero, ya que Weed aun no había logrado imaginar la imagen de una diosa.
La diosa Freya es conocida por ser la más grande belleza. Ningún ser vivo había visto jamás su aspecto real. Por eso escultores y pintores se solían sentir desafiados cuando tenían que representarla.
Los artistas no tienen claro como representar a la diosa Freya para exponer toda su belleza.
Por esa razón, nunca ha aparecido con la misma imagen en ninguna de las muchas obras o pinturas en las que se le representa.
El asunto es un verdadero dolor de cabeza para los artistas. Pero al mismo tiempo, es algo que estimula el orgullo del artista.
Si 2 rivales pintan o tallan a la diosa, ¿qué ocurre si una de las representaciones es más hermosa que la otra?
Independientemente de la habilidad del artista, la diosa de la belleza solo es apreciada si es la más hermosa de todas, solo la obra en la que esté la representación más bella podrá ser reconocida al final.
- Belleza. Tengo que crear la imagen más bella de la Diosa Freya en todo el continente – era la única idea en la mente de Weed.
Por eso Romuna había bromeado con lo de que le gustaría que la usara como modelo.
*CLANG* *CLANG*
La velocidad con la que las herramientas trabajaban la piedra iba disminuyendo lo más que Weed se sumergía en sus pensamientos.
¿Cómo quién, y que forma le debería dar a la estatua? Sus pensamientos se convirtieron en un laberinto
Aunque su profesión actual no había sido elegida por él, fallar en una misión recibida iba contra su personalidad.
Si el trabajo terminaba siendo mediocre, dañaría su orgullo de escultor. Además, su fama desaparecería, lo que no podía ignorar.
- A quien debería usar, a quien… – en ese momento su mente se llenó con la imagen de alguien.
*CLANG* *CLANG* *CLANG*
El martillo y el cincel por fin empezaron a ganar velocidad.
La roca estaba siendo recortada, delineando la figura final de la estatua poco a poco.
A medida que los pedazos de roca iban cayendo al suelo, la estatua empezaba a ganar forma. La belleza se iba desvelando.
Un ángel había descendido del cielo, y aprende a sonreír.
Su sonrisa envolvía al mundo con luz.
Era una simple muchacha.
Seoyoon.
La estatua de Weed se basaba en Seoyoon. Solo había observado su cara durante la cena en la casa del instructor, pero nunca había visto ninguna belleza comparable.
Ni una estrella de cine podría rivalizar con ella, que combinaba misterio y un aire noble de dignidad. Pero tenía un defecto obvio.
Nunca sonreía, y su cara estaba vacía de emoción.
Pero la estatua sonreía con serenidad.
Una dama con un traje de viaje y sosteniendo una espada en la mano.
Para su vergüenza, Weed estaba encantado por la estatua que él mismo estaba creando. Al principio había pensado limitarse en imitar la bonita cara de Seoyoon, pero a medida que pasaban las horas, sintió como su corazón se aceleraba cada vez que miraba la sonrisa de la estatua.
La estatua que tenía un misterioso encanto capaz de cautivar a todo el que la miraba estaba en camino a completarse.
- ¡Oh, vaya!
- ¡Mira eso!
Aunque apenas estaba diseñada la imagen general, los soldados de Rosenheim no podían apartar la mirada.
Hasta los aldeanos se reunieron a su alrededor, dejando a un lado los trabajos de reconstrucción, para apreciar el trabajo de Weed con la estatua.
* * * * *
La Estatua de la Diosa Freya.
Freya, diosa de la belleza y la prosperidad es la diosa patrona del pueblo de Baran. Su estatua estaba en la plaza central, pero se rompió cuando una inundación hizo que un pino le cayera encima.
Ghandilva, el Mayor de Baran se lamenta por la destrucción de la estatua, y te ha solicitado que localices y traigas una de repuesto.
Una jugadora entró al pueblo de Baran. Llevaba unas ropas de viaje, pero mantenía el rostro oculto con una tela.
Seoyoon.
Ya se había librado de la marca de Homicida de su frente al acabar con un gran número de monstruos, y ningún otro jugador. Su nombre ya no se mostraba en rojo.
Ahora hay más gente. Es incómodo. Solo quiero luchar.
Seoyoon avanzó lentamente hacia la casa de Ghandilva para completar su misión. En la mochila encantada, que podía almacenar 10 veces el peso y el volumen de su capacidad original, llevaba una estatua de la Diosa Freya.
La casa de Ghandilva, en la que no había estado desde hace meses, había sido completamente destruida por los hombres-lagarto.
En el momento en que abrió la puerta…
- Eres muy bueno. La diosa es realmente hermosa.
- Me halaga, señor. La estatua aún está a medio hacer.
Seoyoon podía oír gente hablando en el interior.
- No puedo expresar cuánto se lo agradezco, Weed-nim. Cuando la estatua de la diosa esté completa, mi aldea volverá a los tiempos de paz. Nunca podremos olvidar tu amabilidad. Por favor, toma lo que quieras.
*ÑAM* *ÑAM*
Ahora podía oír cómo alguien devoraba su comida.
Había halagado al instructor del Centro de Entrenamiento, y ahora estaba usando el mismo formidable truco con Ghandilva, el anciano del Poblado Baran.
- …
Seoyoon retiró la mano del pomo de la puerta.
* * * * *
Dos meses antes, Seoyoon había ido al sur tras dejar la casa del instructor.
Había vagado por zonas subdesarrolladas y pueblos casi deshabitados, luchando contra monstruos por donde quiera que fuera.
No le importaba el lugar, en tanto que hubiera muchos monstruos para luchar. Batalla tras batalla sin parar.
Seoyoon podía olvidarse de todo lo demás cuando estaba luchando. De esa forma, llegó al pueblo de Baran.
En esa época el pueblo había sido un lugar pacifico, mucho antes de la invasión de los hombres-lagarto y su captura.
- Vaya, ¿qué debería hacer ahora?
Seoyoon había ido al pueblo a comprar comida y vender todos los botines que había acumulado, cuando oyó accidentalmente el lamento de Ghandilva.
El anciano se había estado lamentando la destrucción de la estatua en donde antes estaba exhibida, y al ver a Seoyoon que estaba pasando a su lado, le había pedido un favor.
- Pareces la persona indicada para buscar un reemplazo para la destruida estatua de la Diosa Freya para mi aldea. ¿Podrías concederle este último deseo a un hombre al que le queda poco para morir?
Siempre en silencio, Seoyoon no podía aceptar la mayoría de las misiones disponibles para los demás. No había podido formar amistades con los NPCs, y aún menos con otros jugadores, y estaba casi ciega a la información de en el fondo.
Lo único que podía hacer en cualquier ciudad era vender los objetos que había acumulado y comprar los que necesitaba.
Inclino su cabeza en afirmación al dolorido Ghandilva, y aceptando la misión.
La forma correcta de acabarla habría sido ir de vuelta a la Ciudadela de Serabourg, comprar allí cualquier estatua de una mujer y traerla de vuelta. Pero ella se había decidido encontrar una estatua auténtica.
Su destino había sido la Orden de la Diosa Freya.
Atravesando el Reino de Brent al norte, y cruzando el bosque de Halkos al suroeste estaba la Ciudad Libre de Somren. Y allí se ubicada la Orden de la Diosa Freya.
Sería un largo viaje de 3 meses por el camino oficial, pero podía hacerlo en un mes si cruzaba las Montañas del Ladrido al Oeste.
Los viajeros en su sano juicio evitaban esa ruta porque tendrían que enfrentarse a un absurdo número de monstruos.
Seoyoon se había abierto paso a través de la montaña con la espada.
A través de incontables montañas de cadáveres de monstruos, había llegado a la Orden, donde compro una estatua de la Diosa, que hasta había recibido las bendiciones del Arzobispo Mandolin.
Para comprarla se había gastado casi todo su oro.
* * * * *
- …
Seoyoon le dio la espalda a la casa de Ghandilva. De camino a la entrada de la población pasó por la plaza central.
Allí había una estatua que no había visto nunca antes.
Una estatua a medio completar de la Diosa Freya.
- ¿No es en verdad la más hermosa de las diosas, viajera? – le preguntó una muchacha, con la mirada fija en la estatua – Weed, un heroico salvador de nuestra aldea está tallando la estatua de la Diosa. Cuando esté terminada, la aldea volverá a verse libre de monstruos y la paz volverá una vez más. No puedo ni pensar qué habría sido de nosotros de no haber contado con su ayuda…
Seoyoon miró la estatua de Weed. Estaba incompleta. Pero aún así era hermosa. Era deslumbrante.
La estatua de Freya radiaba un esplendor que relajaba al observador. Mostraba una sonrisa benevolente y reconfortante.
Sentía cómo la sonrisa hacía del mundo un sitio más brillante, y positivo.
La otra estatua de la Diosa Freya que había comprado era una obra maestra que había estado guardada en la Orden… Era de un gran valor estético, y emanaba un aura de piedad.
Pero ahora, mientras miraba la estatua tallada por Weed, le pareció insignificante, como el destello de una luciérnaga frente al sol naciente.
- …
Seoyoon observó la estatua un rato, y abandonó el Poblado Baran en silencio… sin llegar a darse cuenta de que Weed la había usado como referencia para la estatua.
* * * * *
*BRRR*
Aunque no temía nada en el mundo, Weed notó como los dedos le temblaban en ese momento. Se había entregado más de 10 días en ese trabajo.
Como las noticias de la creación de una nueva estatua de la Diosa se habían extendido, una legión de espectadores estaba en la plaza central del Poblado Baran.
Además de la fuerza de asalto y los soldados de Rosenheim, había gente de la cercana ciudad de Demeron. Con el último toque a los ojos, Weed terminó la estatua.
- ¡Que bella diosa!
- ¡La verdadera Diosa Freya ha descendido a nuestra aldea!
Exclamaron los aldeanos y los espectadores. El ambiente estaba cargado de charlas, y de las plegarias de los devotos que se habían arrodillado frente a la estatua.
En ese momento apareció una ventana de mensaje visible solo para él.
Obra Magnífica
¡Has completado La Estatua de la Diosa Freya!
El arte no solo es reconocido por el estilo y la habilidad de la obra en cuestión. Merece ser llamado gran arte si logra llegar a los corazones y despejar las mentes.
La Estatua de la Diosa Freya, de notable belleza, a pesar de un bajo Dominio de la Escultura, estará siempre a la vista del público.Valor Artístico150Efectos
Aumenta la velocidad de recuperación de PV y PM en un 15% durante 24 horas.
Estos efectos no se acumulan con los de otras estatuas.Obras magníficas creadas1
¡Una obra magnífica!
Un título que solo se concedía a obras de arte que eran reconocidas por los jugadores. Solo con un alto nivel de habilidad no se pueden crear obras Magníficas, Grandes ni Maestras en el Dominio de la Escultura,
Solo cuando un escultor se entregaba en cuerpo y alma en una obra que era apreciada por otros jugadores se merecía uno de los títulos anteriores.
En otras palabras, la Estatua de la Diosa Freya que acababa de completar era extraordinaria en todos los sentidos. Y como la estatua había alcanzado el título de obra magnífica, ofrecía opciones entre mejoras.
Aún estando en la fase básica del Dominio de la Escultura, Weed no estaba calificado para crear obras de arte con mejoras. Pero al incluir en el proceso el Cuchillo de Tallar de Zahab, su obra magnífica había adquirido un efecto adicional.
Un éxito que superaba todas sus expectativas.
Subes de Nivel: Dominio de la Artesanía [9]
Permite crear obras más delicadas y detalladas.
[+50 Fama] Tu Fama ha aumentado en 50 puntos.
[+15 Arte] Tu Arte ha aumentado en 15 puntos.
[+10 Agu] Tu Aguante ha aumentado en 15 puntos.
[+5 Vit] Tu Vitalidad ha aumentado en 5 puntos.
Como resultado de haber creado una obra magnífica, algunos de sus atributos mejoraron.
Su nivel en el Dominio de la Escultura por fin había llegado al 70% del nivel 9, a punto de pasar al nivel intermedio, y su fama también había subido considerablemente.
Aún así, se sentía como si le hubiesen timado.
- Mierda.
Una obra magnífica no sale en cualquier momento.
Su nivel de habilidad en el Dominio de la Escultura era 9, pero cuando estaba tallando la estatua era solo 8. Aunque con la ayuda del martillo y el Cuchillo de Tallar de Zahab, había podido aplicar un nivel de habilidad equivalente al del nivel intermedio siete.
Técnicamente, era prácticamente imposible crear una obra magnífica estando por debajo del nivel intermedio. Estaba consciente que, de no haber sido por la ayuda del Cuchillo de Tallar de Zahab, no hubiese podido crear una estatua de la diosa tan hermosa.
Su nivel de maestría en el Dominio de la Estatua era insuficiente.
Si hubiese alcanzado el nivel intermedio, o incluso el avanzado, antes de empezar a tallar la figura de la diosa, podría haber llegado a entrar en el panteón de las grandes obras, no muy lejos de las obras maestras.
Y en ese caso, habría recibido 5 aumentos en sus atributos, uno de los pocos privilegios reservados a los escultores.
Otros escultores, de los cuales hay muy pocos en el continente, sin contar a Weed el Legendario Escultor de la Luz Lunar, eran deficientes en habilidades de combate.
Se les negaba el acceso al lanzamiento de hechizos desde el principio, y tampoco era como si su Fuerza o su Defensa fuera más que mediocre.
La habilidad Artesanía les compensaba un poco por su bajo Poder de Ataque.
Ningún equipo en su sano juicio les permitiría unírseles, por lo que tenían que soportar un montón de baños de sangre por sí mismos.
Los escultores dependían en tener atributos más altos que la mayoría de jugadores en sus mismos niveles.
Aunque eso no significaba que un escultor pudiese avanzar su Dominio de la Escultura y crear obras magníficas cada vez que quisiera. Hasta un escultor con una gran reputación era incapaz de crear piezas magníficas o grandes obras a voluntad.
Una obra se consideraba magnífica solo cuando un escultor vierte su alma en la creación de una imagen con belleza absoluta.
Pon que tienes que sufrir durante 10 días tallando una estatua, y termina por ser un trabajo mediocre, afectando ligeramente tus atributos, ¿cómo te sentirías? Y aún peor, ¿si por encima disminuye tu difícilmente adquirida reputación de buen escultor?
Merecerías un premio por no ir a saltar por un precipicio. De hecho, muchos escultores habían borrado sus personajes tras sufrir exactamente esa misma pérdida.
Así de difícil y dura era la profesión de Weed.
Ghandilva se le acercó y le agarro las manos.
- Gracias, Weed-nim. Habéis creado una magnífica estatua de la Diosa Freya, y los aldeanos podremos volver a disfrutar de la protección de la diosa gracias a ella. Además, las noticias de la estatua atraerán a más viajeros. Se te podría considerar como un segundo fundador de Poblado Baran.
¡Misión Completada!
La Estatua de la Diosa Freya.
¡Ghandilva te está sinceramente agradecido!
La estatua erigida en Poblado Baran traerá esperanza y coraje al futuro de los aldeanos. Siempre serás bienvenido en la aldea.Recompensa
[+30 Fama] Fama aumentada.
XPs.
Subes de Nivel
Subes de Nivel
Subes de Nivel
Tu influencia en Poblado Baran ha llegado al 60%.
1º.- Weed.............................. 60%
2º.- Darius.............................. 45%
3º.- Seoyoon.......................... 33%
Como el trabajo había superado hasta las más descabelladas expectativas, las recompensas por la misión fueron igualmente sorprendentes.
Una misión con 3 aumentos de nivel podía evaluarse entre las más complicadas del nivel de dificultad D.
Y además, sus puntos de servicios a la aldea habían disparado su influencia en la misma a la primera posición.
Los servicios públicos dependían de varios factores. Si eras reconocido por tus servicios en una comunidad, tu influencia sobre la población aumentaba, lo que te permitía comprar con grandes descuentos, y hasta optar a posiciones gubernamentales como “Mayor” de una aldea, o “Señor Feudal” de una región.
Weed había ganado puntos de servicios públicos rápidamente gracias a la misión de rescate de los aldeanos cautivos, a la creación de la Estatua de la Diosa Freya, y también a la venta de las armas y armaduras que su equipo había acumulado en el fuerte de los hombres-lagarto.
Darius los había conseguido, como era de esperar, por ser el líder de la fuerza que había recuperado el control de la aldea.
Y por último, los de Seoyoon venían de acabar con una amenazadora cantidad de monstruos en las proximidades del Poblado Baran y por la venta de pieles y objetos en la tienda.
Antes de que Weed y Darius llegaran a la aldea, la influencia de Seoyoon había sido la indiscutible número 1.
- ¿Seoyoon está tercera? ¿Ha pasado por aquí? – su corazón dio un vuelco.
Cuando había estado usándola como modelo para crear la estatua, lo había hecho porque estaba convencido de que ella nunca pasaría por este sitio, y por eso nunca podría ver que se trataba de su propia imagen.
El Continente de Versailles era muy amplio.
Si ella veía la estatua, se limitaría a sonreír con frialdad… antes de cortarle la cabeza. Sin preguntas. Sin defensa posible.
Es una Homicida, así que no es una posibilidad remota.
Y sobre todo, si leía lo que Weed había grabado a los pies de la estatua, tal vez lo matara una y otra vez hasta que volviera a llegar al nivel 1, cientos de veces con facilidad. No, seguramente podría esperar lo peor.
Al completar la estatua, Weed se había mostrado muy satisfecho con su creación.
Aún no había sabido si iba a resultar una obra buena, normal o mediocre, pero aún así había estado encantado con su trabajo artístico.
Así que, por razones puramente sentimentales, había inscrito una breve inscripción en la base de la Estatua de la Diosa Freya con el Cuchillo de Tallar de Zahab.
¡Una costumbre de la que ningún coreano puede librarse!
Weed se mostró reservado.
- Perdóneme, Anciano Ghandilva.
- ¿Si, Weed-nim?
- ¿No sería a Seoyoon a quien le solicitaste que le trajese una nueva estatua de la diosa, por casualidad?
- Así es, fue a ella. ¿Así que también le conoces? Es una buna chica. Aceptó mi extraña petición, a pesar de que aún no ha regresado…
- Ya veo.
Weed se alivió al enterarse de que Seoyoon aún no había regresado. De haberlo hecho mientras estaba tallando la estatua, temía qué clase de infierno podría haberse desatado en él.
Tal vez me hubiera matado en revancha por robarle la misión.
Habiendo terminado el trabajo, quería salir hacia la Ciudad del Cielo lo antes posible. Quería escapar de esta aldea antes de que cruzara de nuevo con Seoyoon. Pero Ghandilva no le soltaba las manos.
Ghandilva, bajando la voz, le dijo:
- Tengo algo más que contarle, oh, Weed-nim, salvador de mi gente.
- Continúe, por favor.
- ¿Crees en el destino? No creo que vinieras a esta aldea por casualidad.
- ¿Cómo dices?
- Un sacerdote de la Orden de la Diosa Freya que visitó la aldea en cierta ocasión nos comentó que el mal se estaba alzando. Están extendiendo su influencia en el reino de lo invisible, por debajo del nuestro, en donde gobiernan el frío y la oscuridad. ¡El sacerdote declaró que solo El Elegido podría derrotarlo! Y a continuación me concedió el poder de seleccionar a El Elegido.
- …
- En su momento no comprendí bien qué había querido decir, pero ahora lo veo claro. No te lo había revelado con anterioridad, pero la semilla que ha estado en mi familia desde hace varias generaciones ayudara de guía a una nueva tierra. El sacerdote me dijo que buscaras a alguien llamado Gaviota para poder recuperar el Tesoro Perdido del Templo de Freya. Encontrarlo. ¡Conviértete en El Elegido que derrotará al mal!
Has descubierto una pista sobre:
El Tesoro Perdido del Templo de Freya.
¡Es una continuación de la misión de la Estatua de la Diosa Freya! Y no parece que tenga ninguna desventaja. Genial. Y pensar que me encontraría con una oportunidad así.
Weed volvió a considerarse afortunado. En parte, gracias al hecho de que Seoyoon no había aparecido con la nueva estatua, lo que le había permitido ser quien se encargara de crearla.
- Es el deseo de mi vida evitar que el mal consuma el mundo. Haré todo lo que esté en mi poder por recuperar el Tesoro Perdido del Templo de Freya.
- Muchas gracias.
Has aceptado la misión.
Weed dio por finalizada la conversación con Ghandilva y se fue hacia sus compañeros, que habían estado esperándolo desde hace un tiempo.
- Que buen trabajo, Weed-nim. Nunca pensé que una estatua pudiera ser tan hermosa – dijo Pale, mirando con intensidad hacia la estatua, que le resultaba muy inusual.
Surka, Irene y Romuna también parecían muy impresionadas por la imagen.
Habían estado cazando monstruos casi sin descanso, mientras Weed estaba con la estatua, por lo que habían llegado a niveles de 60’s.
- Es impresionante. Parece real. Es la estatua más hermosa que haya visto.
- Seguro que ni la misma Diosa Freya es tan hermosa.
- ¿Cómo has podido crear una imagen así? No puedo evitar admirar tu exquisito sentido estético y tu espíritu artístico…
Weed se sentía un poco avergonzado ante tantos halagos.
¿Exquisito sentido estético? ¿Espíritu artístico?
Sus ojos declamaban sus sentimientos, que se sentían vergonzosamente ciegos al no reconocer a un artista único, a pesar de haber estado a su lado casi desde el principio.
¿Quién? ¿Te refieres a Weed?
Decir que tenía sed de poder habría sido más creíble.
¿Creerían si les digo que no tenía idea que iba a hacer, hasta el momento que empezó? No, no lo creo.
¿De qué serviría que les contara algo que, de todos modos, no iban a creer?
Un buen vendedor no te lo cuenta todo, cuando te llama a la puerta para venderte un producto. Ocultaba los defectos y destacaba las ventajas del producto.
Lo que es bueno para uno es la mejor línea de acción.
- Irene, Surka, Romuna, mientras creaba la estatua, era a ustedes a quienes tenía en mente. Sus corazones puros y hermosas caras están representadas en la estatua, por eso resultó tan bella.
- ¡Oh!
Las chicas son criaturas muy simples, ¿verdad?
Todas las chicas del equipo estaban encantadas al oír su endeble mentira.
- Oye, ¿tú eres Weed-nim? – Darius se acercó al grupo – Pareces bastante bueno con el Dominio de la Escultura. ¿Es una Gran obra?
Darius estaba bien informado en muchos aspectos. Con su nivel en 140, tenía que haber ido encontrando fragmentos de información sobre los escultores aquí y allá.
- No – respondió él.
- ¿Entonces es una Obra Magnífica?
- Si.
- Oh, nunca me hubiese esperado ver una obra magnífica. Según he oído, hay menos de un centenar de escultores que puedan crear una… – Darius se mostró exageradamente sorprendido. Y justo a continuación mostró una sonrisa felina – Felicidades. Supongo que has ganado unos cuantos puntos de atributos. Al menos es un punto de buena suerte en comparación a las patéticas habilidades de los escultores.
Darius menospreció abiertamente a Weed, solo porque era un escultor.
De hecho, la mayoría de los escultores eran débiles. Sus habilidades de combate eran insignificantes, ya que tenían que aplicar los puntos de atributos a aquellos que eran más necesarios para la creación de obras de arte.
Y aunque contaran con una habilidad de combate poderosa, no sabían cómo usarla apropiadamente.
¿Por qué alguien escogería ser un escultor?
Porque, de entrada, como ya se ha explicado, son débiles en caso de lucha. Ya que la forma de aprender a luchar, es luchando.
La mayoría de jugadores de las clases no combatientes eran ineptos luchadores. Por lo general se quedaban bloqueados, sin poder reaccionar ante el ataque de un enemigo, perdiendo la oportunidad de ocupar un puesto en un equipo.
Las habilidades de combate elementales que aprendían eran inútiles en general, e incluso el nivel al que las tenían era patético comparado con el de sus compañeros.
Y, para llegar a ser escultores decentes, tenían que practicar con el Dominio de la Escultura, por lo que eran más débiles que sus iguales en todo, incluido el nivel general, suponiendo que se dedique el mismo número de horas a mejorar al avatar.
¡Excepto en el caso de Weed, claro!
- ¡Ey! ¡Cuidadito con lo que dices! – Pale, uno de los compañeros de Weed, se adelantó en un momento de pasión. No podía soportar que Darius menospreciase a su compañero.
Y a continuación todo se descontroló.
- ¿Pero qué se ha creído?
- Su cara es como una sartén en la que se acaban de hacer unas salchichas…
- Los idiotas nunca piensan antes de hablar. Weed-nim es tan buen luchador…
Surka, Romuna e Irene también reaccionaron ante las insultantes palabras de Darius.
¡La joven Surka era lo bastante temperamental como para decir algo así! En el caso de Romuna, que estallaba de ira de vez en cuando, también era algo comprensible. Pero lo que realmente desconcertó a Weed y a Pale era que, de toda la gente, Irene, que siempre era tan sensible y tranquila, también había saltado.
Mujeres.
Para los densos Pale y Weed era imposible saber que las 3 chicas juntas podían fácilmente cambiar el estado de alguien al de matar-al-ver.
Aunque Weed hubiese tenido el doble, o hasta el triple, del juicio que tenía, ni en toda su vida podría llegar a comprender ni la mitad de los aspectos de la vida de una mujer.
Era absurdo asumir que conocías a una por el mero hecho de haberle hecho feliz con unos pocos cumplidos.
- … – Weed había perdido el chance y voluntad, de enfadarse.
Su venganza estaba en la explosiva respuesta de las chicas.
- ¿Qué… qué ha sido eso? – los ojos de Darius lanzaban chispas. Pero ninguna de las chicas se echó para atrás.
- ¿Por qué, hemos dicho algo que no sea verdad?
- Cómo se atreven…
- ¿Y qué vas a hacer? ¿Matarnos?
- ¿Creen que van a salir impunes de esta? – Darius estaba a punto de sacar su espada.
Si él, un nivel 140, estaba decidido a causar una carnicería, Weed y sus compañeros no podrían hacerle frente.
No, Weed tendría una posibilidad si lograba aprovechar todo su potencial.
Su nivel era tan solo de 70. Pero con sus atributos inflados estaba cerca de igualar a un guerrero de nivel 100.
Considerando las poderosas habilidades, que eran casi trampa, y sus habilidades de combate, estaba convencido de que podría vencer a Darius.
Aprovechando el elemento sorpresa, y dado que Darius despreciaba a Weed, si aprovechaba para atacar cuando menos se lo esperaría, Weed podría vencerlo rápidamente.
El problema era que el duelo durase más de un minuto. En ese caso, Weed se quedaría sin maná, y estaría muerto.
Weed no temía a Darius por sus atributos, pero sabía que su debilidad era una batalla extendida.
Era, por así decirlo, un caso típico de eyaculación precoz, el mayor temor de todo hombre.
Y, desde luego, él era más fuerte que un jugador normal con su mismo nivel que estuviera dependiendo siempre de atributos mejorados mágicamente.
- ¡Darius, tranquilo!
- ¡Suéltame! ¡Les voy a enseñar un poco de modales a estas perras!
- Eres el comandante de la fuerza de asalto. No puedes tener un duelo con tus subordinados. ¿Sabes cuánta Fama perderías? ¿No te importa fallar la misión?
Parros y los compañeros de Darius lo contuvieron. Le hablaron mientras duraba su ira, hasta que por fin se calmo.
- Muy bien. Por esta vez lo dejaré pasar.
Ante el comentario de Darius, Romuna se burlo con desdén.
- ¿Y quién te crees que eres para decidir quién perdona a quién?
- Todo el mundo se equivoca, pero es que él actúa como si fuera un miembro de la realeza, o algo así – el golpe final de Surka estuvo a punto de volver a calentar el ambiente, pero a esas alturas otros miembros de la fuerza de asalto se habían reunido a su alrededor, atraídos por la conmoción.
Darius y los suyos ya habían perdido todo el respeto y la credibilidad. Por otro lado, Weed y sus compañeros eran considerados como un grupo respetable. De entrada, Weed les había cocinado grandes platos durante la marcha.
Hasta les había reparado armas y armaduras cuando se desgastaban, y con los objetos sin identificar, su servicio gratuito de identificación casi no tenía precio.
Sus otros compañeros habían sido amables con todo el mundo salvo con Darius y su grupo, por lo que su reputación general también era bastante buena.
Mientras Weed había estado ocupado tallando la estatua, Pale y las chicas se habían unido a distintos equipos para ir de caza, y sus bien desarrolladas habilidades y sus rápidas técnicas de caza les hacían ser bien recibidos en todas partes.
Más adelante Weed se enteraría de que Darius y sus compañeros habían tenido que cazar solos porque nadie se había molestado en invitarles. Así que dadas las circunstancias, Weed estaba en una posición muy superior a la de Darius.
Parros, el amigo de Darius, habló con arrogancia en vez de Darius, que tenía la boca apretada con fuerza, forzándose a mantenerse en silencio.
- Somos miembros del Clan Ica. Estoy convencido de que has oído hablar de nosotros. Somos uno de los mayores clanes de Rosenheim.
Weed claro que había oído hablar del Clan Ica. Era muy conocido por su mal comportamiento, y el comportamiento de Darius demostraba la verdad tras los rumores.
- Tenemos previsto ocupar una ciudad muy pronto, por lo que necesitamos un buen cartel. ¿Podrías venir más tarde a tallárnoslo? Te pagaremos bien.
Al final, la razón por la que Darius había ido a ver a Weed era esa. Pero había estado de un humor terrible.
Aunque estaba feliz por los buenos resultados de la misión de asalto, había obtenido muchos menos beneficios de los que había esperado.
Y todo porque alguien había arrasado con el fuerte de los hombres-lagarto y todos los objetos que hubiera habido.
Enfadados, Darius y su gente habían estado buscando a los culpables, pero nunca hubieran sospechado de Weed, el simple escultor que había estado tallando la Estatua de la Diosa Freya, y sus compañeros, cuyos niveles en el momento de los hechos les liberaba de todas las listas de sospechosos.
Durante las investigaciones, habían cometido una serie de meteduras de pata bastante graves, que habían aumentado los roces con los demás jugadores, mientras Weed había recibido una buena misión del anciano Ghandilva y había completado la estatua, como si hubiera querido echarles sal en las heridas.
En otras palabras, Darius estaba celoso.
Por eso se había mostrado tan rudo, y al final había complicado aún más la situación.
* * * * *
En el momento que acabaron con lo que tenían que hacer en el pueblo Baran, la fuerza de asalto dirigida por Darius empacó sus cosas y se dirigió hacia el norte, de vuelta a la Ciudadela.
Había algunos jugadores a los que les habían gustado las zonas de caza cercanas, pero la aldea en sí era poco atractiva. No había un bar en el que sea posible beber una cerveza fría tras un día de caza.
Todos extrañaban el suave sabor deslizándose por su paladar, así que se apresuraron en abandonar la aldea.
Se había determinado que los soldados del Ejército de Rosenheim se quedarían a proteger la aldea.
Weed y su grupo informaron del resultado de la misión de asalto directamente a Ghandilva.
- Gracias por sus servicios. Siempre recordaremos lo que has hecho por el bien de nuestra gente.
Como recompensa de la misión, Ghandilva le otorgó a Weed 20 puntos de Fama.
Como había estado tallando la estatua mientras los demás habían estado cazando el resto de los hombres-lagarto, casi se había dado por vencido, pero al final había terminado saliéndole muy bien.
Otros jugadores con niveles 80 y tanto de la fuerza de asalto habían recibido entre 10 y 15 puntos de fama.
Weed supuso que el rescate de los aldeanos y el saqueo del fuerte habían creado un pequeño milagro.
Weed y los demás le habían dicho a Darius que preferían quedarse a cazar monstruos, con la excusa de sus bajos niveles.
- Es el momento – dijo Weed.
Al oír el comentario, los demás sonrieron expectantes.
- Si.
- Vamos a un lugar discreto y tranquilo.
- Por supuesto, un lugar muy, muy tranquilo… A un sitio en donde no puedan vernos – Romuna se tapó la boca con la mano y empezó a reír con coquetería.
Cualquiera que oyera la risa, podría pensar cosas erróneas.
Dos chicos y tres chicas fueron hacia la Montaña del Oeste. Donde antes había estado el fuerte de los hombres-lagarto, era ahora un espacio lo bastante recluido para cubrir sus requisitos de silencio y tranquilidad.
- La-lalala – las chicas estaban tarareando una musiquilla.
Se dirigían a un lugar muy, muy silencioso y lejos de todo.
Pronto llegaron a los pies de la montaña, a millas de la persona más cercana. Ya estaban preparados para un largo viaje.
- Este parece un buen sitio.
- Muy bien, chicos, prepárense.
Weed hizo un agujero en el suelo con cuidado, en el que plantó la semilla. A continuación la regó un poco.
Al principio no hubo ninguna reacción, pero al poco tiempo, la tierra que cubría la semilla empezó a ponerse roja.
*BRRRRM*
- ¡Aaaah! – gritó Surka.
¡Un gran terremoto empezó a sacudir el suelo!
El centro del movimiento estaba donde Weed había plantado la semilla. La tierra se abrió, y un ancho tronco salió disparado hacia el cielo.
Diez metros, veinte metros…
En un momento, delante del grupo se alzaba un inmenso pilar cuyo extremo no podían ver. Y el tronco seguía creciendo.
Al ver que el tronco se alzaba hasta las nubes, Weed empezó a hablar.
- La Ciudad del Cielo debe estar allí arriba. Creo que este tallo nos llevará hasta allí.
- Entonces…
- ¿Nos vamos a amilanar ahora que hemos llegado hasta aquí? Sujétense rápidamente. O podríamos terminar teniendo que trepar la mitad del camino.
- ¡Ups! ¡No, eso no me gustaría nada!
Weed sacó una cuerda de su mochila y la ató alrededor de sus compañeros.
- Juntos vivimos, juntos morimos.
- ¡Si!
Weed y Pale decidieron que ellos serían los primeros en agarrarse del tronco. De esta manera si Irene o Romuna, las más débiles, se soltaban, los chicos podrían evitar que se cayeran desde las alturas.
Weed y los demás se sujetaron al tronco que había surgido de la raíz del Árbol Celeste. Y salieron disparados hacia el cielo.
EL TESORO PERDIDO DEL TEMPLO
- Buena suerte Weed-nim
- Te recompensaré si haces que la estatua se me parezca.
Decidieron que mientras Weed se dedicaba a tallar la estatua, el resto del equipo iría por los alrededores, cazando monstruos con los demás jugadores.
Los pocos hombres-lagarto que sobrevivieron la masacre seguían acosando a los habitantes locales, y había otros lugares cerca con buena caza.
Weed ya se había descubierto como escultor, por lo que los demás supusieron que su misión estaba relacionada con su profesión, y nadie hizo preguntas.
- Buena suerte!
Cuando todos se fueron, Weed se quedó inmóvil en la plaza central de la aldea.
Había un buen número de soldados de Rosenheim y aldeanos rescatados.
Todos lo observaban con esperanza en sus ojos.
- Debería encontrar una buena roca – se dijo.
Sin lugar a dudas, la estatua debía ser hecha de piedra.
Weed estaba más acostumbrado a tallar madera, y esta iba a ser la primera vez que esculpía con piedra.
Por suerte, se podían encontrar muchas rocas cerca de la aldea para tallar lo que tenía en mente. Baran era, después de todo, un pequeño pueblo atrapado al pie de las montañas.
De entre las rocas finalmente se decidió por una tan grande que un adulto no podría rodearla con los brazos.
- Vamos.
Weed sacó un martillo y un cincel para tallar la roca.
Los había comprado en la tienda de esculturas de la Ciudadela de Serabourg por si acaso, pero nunca se hubiese esperado que llegara el momento de utilizarlos en este viaje.
Martillo y Cincel para Esculpir
Durabilidad: 10/10
Conjunto de objetos para tallar piedras. Relativamente baratos, están desafilados y se rompen fácilmente. Se recomienda un uso cuidadoso.
*CLANG* *CLANG* *CLANG*
- La única diferencia con el tallado de madera es el material. En la escultura todo depende de la imagen mental, sobre la forma que se quiere dar al objeto. Solo tengo que reproducir esa imagen. Con eso extraeré la mejor estatua, Mi estatua, fuera de esta piedra.
Weed manejaba la roca con cuidado. Dar forma a la piedra requería más tiempo y energía de lo que te podrías haber imaginado. Un golpecito en el lugar equivocado, y podía formarse una raja por toda la piedra. Una estatua debía tener una vida larga garantizada. Por su frente corrían gotas de sudor.
Al segundo día, la roca había sido muy poco recortada a comparación del primero, ya que Weed aun no había logrado imaginar la imagen de una diosa.
La diosa Freya es conocida por ser la más grande belleza. Ningún ser vivo había visto jamás su aspecto real. Por eso escultores y pintores se solían sentir desafiados cuando tenían que representarla.
Los artistas no tienen claro como representar a la diosa Freya para exponer toda su belleza.
Por esa razón, nunca ha aparecido con la misma imagen en ninguna de las muchas obras o pinturas en las que se le representa.
El asunto es un verdadero dolor de cabeza para los artistas. Pero al mismo tiempo, es algo que estimula el orgullo del artista.
Si 2 rivales pintan o tallan a la diosa, ¿qué ocurre si una de las representaciones es más hermosa que la otra?
Independientemente de la habilidad del artista, la diosa de la belleza solo es apreciada si es la más hermosa de todas, solo la obra en la que esté la representación más bella podrá ser reconocida al final.
- Belleza. Tengo que crear la imagen más bella de la Diosa Freya en todo el continente – era la única idea en la mente de Weed.
Por eso Romuna había bromeado con lo de que le gustaría que la usara como modelo.
*CLANG* *CLANG*
La velocidad con la que las herramientas trabajaban la piedra iba disminuyendo lo más que Weed se sumergía en sus pensamientos.
¿Cómo quién, y que forma le debería dar a la estatua? Sus pensamientos se convirtieron en un laberinto
Aunque su profesión actual no había sido elegida por él, fallar en una misión recibida iba contra su personalidad.
Si el trabajo terminaba siendo mediocre, dañaría su orgullo de escultor. Además, su fama desaparecería, lo que no podía ignorar.
- A quien debería usar, a quien… – en ese momento su mente se llenó con la imagen de alguien.
*CLANG* *CLANG* *CLANG*
El martillo y el cincel por fin empezaron a ganar velocidad.
La roca estaba siendo recortada, delineando la figura final de la estatua poco a poco.
A medida que los pedazos de roca iban cayendo al suelo, la estatua empezaba a ganar forma. La belleza se iba desvelando.
Un ángel había descendido del cielo, y aprende a sonreír.
Su sonrisa envolvía al mundo con luz.
Era una simple muchacha.
Seoyoon.
La estatua de Weed se basaba en Seoyoon. Solo había observado su cara durante la cena en la casa del instructor, pero nunca había visto ninguna belleza comparable.
Ni una estrella de cine podría rivalizar con ella, que combinaba misterio y un aire noble de dignidad. Pero tenía un defecto obvio.
Nunca sonreía, y su cara estaba vacía de emoción.
Pero la estatua sonreía con serenidad.
Una dama con un traje de viaje y sosteniendo una espada en la mano.
Para su vergüenza, Weed estaba encantado por la estatua que él mismo estaba creando. Al principio había pensado limitarse en imitar la bonita cara de Seoyoon, pero a medida que pasaban las horas, sintió como su corazón se aceleraba cada vez que miraba la sonrisa de la estatua.
La estatua que tenía un misterioso encanto capaz de cautivar a todo el que la miraba estaba en camino a completarse.
- ¡Oh, vaya!
- ¡Mira eso!
Aunque apenas estaba diseñada la imagen general, los soldados de Rosenheim no podían apartar la mirada.
Hasta los aldeanos se reunieron a su alrededor, dejando a un lado los trabajos de reconstrucción, para apreciar el trabajo de Weed con la estatua.
* * * * *
La Estatua de la Diosa Freya.
Freya, diosa de la belleza y la prosperidad es la diosa patrona del pueblo de Baran. Su estatua estaba en la plaza central, pero se rompió cuando una inundación hizo que un pino le cayera encima.
Ghandilva, el Mayor de Baran se lamenta por la destrucción de la estatua, y te ha solicitado que localices y traigas una de repuesto.
Una jugadora entró al pueblo de Baran. Llevaba unas ropas de viaje, pero mantenía el rostro oculto con una tela.
Seoyoon.
Ya se había librado de la marca de Homicida de su frente al acabar con un gran número de monstruos, y ningún otro jugador. Su nombre ya no se mostraba en rojo.
Ahora hay más gente. Es incómodo. Solo quiero luchar.
Seoyoon avanzó lentamente hacia la casa de Ghandilva para completar su misión. En la mochila encantada, que podía almacenar 10 veces el peso y el volumen de su capacidad original, llevaba una estatua de la Diosa Freya.
La casa de Ghandilva, en la que no había estado desde hace meses, había sido completamente destruida por los hombres-lagarto.
En el momento en que abrió la puerta…
- Eres muy bueno. La diosa es realmente hermosa.
- Me halaga, señor. La estatua aún está a medio hacer.
Seoyoon podía oír gente hablando en el interior.
- No puedo expresar cuánto se lo agradezco, Weed-nim. Cuando la estatua de la diosa esté completa, mi aldea volverá a los tiempos de paz. Nunca podremos olvidar tu amabilidad. Por favor, toma lo que quieras.
*ÑAM* *ÑAM*
Ahora podía oír cómo alguien devoraba su comida.
Había halagado al instructor del Centro de Entrenamiento, y ahora estaba usando el mismo formidable truco con Ghandilva, el anciano del Poblado Baran.
- …
Seoyoon retiró la mano del pomo de la puerta.
* * * * *
Dos meses antes, Seoyoon había ido al sur tras dejar la casa del instructor.
Había vagado por zonas subdesarrolladas y pueblos casi deshabitados, luchando contra monstruos por donde quiera que fuera.
No le importaba el lugar, en tanto que hubiera muchos monstruos para luchar. Batalla tras batalla sin parar.
Seoyoon podía olvidarse de todo lo demás cuando estaba luchando. De esa forma, llegó al pueblo de Baran.
En esa época el pueblo había sido un lugar pacifico, mucho antes de la invasión de los hombres-lagarto y su captura.
- Vaya, ¿qué debería hacer ahora?
Seoyoon había ido al pueblo a comprar comida y vender todos los botines que había acumulado, cuando oyó accidentalmente el lamento de Ghandilva.
El anciano se había estado lamentando la destrucción de la estatua en donde antes estaba exhibida, y al ver a Seoyoon que estaba pasando a su lado, le había pedido un favor.
- Pareces la persona indicada para buscar un reemplazo para la destruida estatua de la Diosa Freya para mi aldea. ¿Podrías concederle este último deseo a un hombre al que le queda poco para morir?
Siempre en silencio, Seoyoon no podía aceptar la mayoría de las misiones disponibles para los demás. No había podido formar amistades con los NPCs, y aún menos con otros jugadores, y estaba casi ciega a la información de en el fondo.
Lo único que podía hacer en cualquier ciudad era vender los objetos que había acumulado y comprar los que necesitaba.
Inclino su cabeza en afirmación al dolorido Ghandilva, y aceptando la misión.
La forma correcta de acabarla habría sido ir de vuelta a la Ciudadela de Serabourg, comprar allí cualquier estatua de una mujer y traerla de vuelta. Pero ella se había decidido encontrar una estatua auténtica.
Su destino había sido la Orden de la Diosa Freya.
Atravesando el Reino de Brent al norte, y cruzando el bosque de Halkos al suroeste estaba la Ciudad Libre de Somren. Y allí se ubicada la Orden de la Diosa Freya.
Sería un largo viaje de 3 meses por el camino oficial, pero podía hacerlo en un mes si cruzaba las Montañas del Ladrido al Oeste.
Los viajeros en su sano juicio evitaban esa ruta porque tendrían que enfrentarse a un absurdo número de monstruos.
Seoyoon se había abierto paso a través de la montaña con la espada.
A través de incontables montañas de cadáveres de monstruos, había llegado a la Orden, donde compro una estatua de la Diosa, que hasta había recibido las bendiciones del Arzobispo Mandolin.
Para comprarla se había gastado casi todo su oro.
* * * * *
- …
Seoyoon le dio la espalda a la casa de Ghandilva. De camino a la entrada de la población pasó por la plaza central.
Allí había una estatua que no había visto nunca antes.
Una estatua a medio completar de la Diosa Freya.
- ¿No es en verdad la más hermosa de las diosas, viajera? – le preguntó una muchacha, con la mirada fija en la estatua – Weed, un heroico salvador de nuestra aldea está tallando la estatua de la Diosa. Cuando esté terminada, la aldea volverá a verse libre de monstruos y la paz volverá una vez más. No puedo ni pensar qué habría sido de nosotros de no haber contado con su ayuda…
Seoyoon miró la estatua de Weed. Estaba incompleta. Pero aún así era hermosa. Era deslumbrante.
La estatua de Freya radiaba un esplendor que relajaba al observador. Mostraba una sonrisa benevolente y reconfortante.
Sentía cómo la sonrisa hacía del mundo un sitio más brillante, y positivo.
La otra estatua de la Diosa Freya que había comprado era una obra maestra que había estado guardada en la Orden… Era de un gran valor estético, y emanaba un aura de piedad.
Pero ahora, mientras miraba la estatua tallada por Weed, le pareció insignificante, como el destello de una luciérnaga frente al sol naciente.
- …
Seoyoon observó la estatua un rato, y abandonó el Poblado Baran en silencio… sin llegar a darse cuenta de que Weed la había usado como referencia para la estatua.
* * * * *
*BRRR*
Aunque no temía nada en el mundo, Weed notó como los dedos le temblaban en ese momento. Se había entregado más de 10 días en ese trabajo.
Como las noticias de la creación de una nueva estatua de la Diosa se habían extendido, una legión de espectadores estaba en la plaza central del Poblado Baran.
Además de la fuerza de asalto y los soldados de Rosenheim, había gente de la cercana ciudad de Demeron. Con el último toque a los ojos, Weed terminó la estatua.
- ¡Que bella diosa!
- ¡La verdadera Diosa Freya ha descendido a nuestra aldea!
Exclamaron los aldeanos y los espectadores. El ambiente estaba cargado de charlas, y de las plegarias de los devotos que se habían arrodillado frente a la estatua.
En ese momento apareció una ventana de mensaje visible solo para él.
Obra Magnífica
¡Has completado La Estatua de la Diosa Freya!
El arte no solo es reconocido por el estilo y la habilidad de la obra en cuestión. Merece ser llamado gran arte si logra llegar a los corazones y despejar las mentes.
La Estatua de la Diosa Freya, de notable belleza, a pesar de un bajo Dominio de la Escultura, estará siempre a la vista del público.Valor Artístico150Efectos
Aumenta la velocidad de recuperación de PV y PM en un 15% durante 24 horas.
Estos efectos no se acumulan con los de otras estatuas.Obras magníficas creadas1
¡Una obra magnífica!
Un título que solo se concedía a obras de arte que eran reconocidas por los jugadores. Solo con un alto nivel de habilidad no se pueden crear obras Magníficas, Grandes ni Maestras en el Dominio de la Escultura,
Solo cuando un escultor se entregaba en cuerpo y alma en una obra que era apreciada por otros jugadores se merecía uno de los títulos anteriores.
En otras palabras, la Estatua de la Diosa Freya que acababa de completar era extraordinaria en todos los sentidos. Y como la estatua había alcanzado el título de obra magnífica, ofrecía opciones entre mejoras.
Aún estando en la fase básica del Dominio de la Escultura, Weed no estaba calificado para crear obras de arte con mejoras. Pero al incluir en el proceso el Cuchillo de Tallar de Zahab, su obra magnífica había adquirido un efecto adicional.
Un éxito que superaba todas sus expectativas.
Subes de Nivel: Dominio de la Artesanía [9]
Permite crear obras más delicadas y detalladas.
[+50 Fama] Tu Fama ha aumentado en 50 puntos.
[+15 Arte] Tu Arte ha aumentado en 15 puntos.
[+10 Agu] Tu Aguante ha aumentado en 15 puntos.
[+5 Vit] Tu Vitalidad ha aumentado en 5 puntos.
Como resultado de haber creado una obra magnífica, algunos de sus atributos mejoraron.
Su nivel en el Dominio de la Escultura por fin había llegado al 70% del nivel 9, a punto de pasar al nivel intermedio, y su fama también había subido considerablemente.
Aún así, se sentía como si le hubiesen timado.
- Mierda.
Una obra magnífica no sale en cualquier momento.
Su nivel de habilidad en el Dominio de la Escultura era 9, pero cuando estaba tallando la estatua era solo 8. Aunque con la ayuda del martillo y el Cuchillo de Tallar de Zahab, había podido aplicar un nivel de habilidad equivalente al del nivel intermedio siete.
Técnicamente, era prácticamente imposible crear una obra magnífica estando por debajo del nivel intermedio. Estaba consciente que, de no haber sido por la ayuda del Cuchillo de Tallar de Zahab, no hubiese podido crear una estatua de la diosa tan hermosa.
Su nivel de maestría en el Dominio de la Estatua era insuficiente.
Si hubiese alcanzado el nivel intermedio, o incluso el avanzado, antes de empezar a tallar la figura de la diosa, podría haber llegado a entrar en el panteón de las grandes obras, no muy lejos de las obras maestras.
Y en ese caso, habría recibido 5 aumentos en sus atributos, uno de los pocos privilegios reservados a los escultores.
Otros escultores, de los cuales hay muy pocos en el continente, sin contar a Weed el Legendario Escultor de la Luz Lunar, eran deficientes en habilidades de combate.
Se les negaba el acceso al lanzamiento de hechizos desde el principio, y tampoco era como si su Fuerza o su Defensa fuera más que mediocre.
La habilidad Artesanía les compensaba un poco por su bajo Poder de Ataque.
Ningún equipo en su sano juicio les permitiría unírseles, por lo que tenían que soportar un montón de baños de sangre por sí mismos.
Los escultores dependían en tener atributos más altos que la mayoría de jugadores en sus mismos niveles.
Aunque eso no significaba que un escultor pudiese avanzar su Dominio de la Escultura y crear obras magníficas cada vez que quisiera. Hasta un escultor con una gran reputación era incapaz de crear piezas magníficas o grandes obras a voluntad.
Una obra se consideraba magnífica solo cuando un escultor vierte su alma en la creación de una imagen con belleza absoluta.
Pon que tienes que sufrir durante 10 días tallando una estatua, y termina por ser un trabajo mediocre, afectando ligeramente tus atributos, ¿cómo te sentirías? Y aún peor, ¿si por encima disminuye tu difícilmente adquirida reputación de buen escultor?
Merecerías un premio por no ir a saltar por un precipicio. De hecho, muchos escultores habían borrado sus personajes tras sufrir exactamente esa misma pérdida.
Así de difícil y dura era la profesión de Weed.
Ghandilva se le acercó y le agarro las manos.
- Gracias, Weed-nim. Habéis creado una magnífica estatua de la Diosa Freya, y los aldeanos podremos volver a disfrutar de la protección de la diosa gracias a ella. Además, las noticias de la estatua atraerán a más viajeros. Se te podría considerar como un segundo fundador de Poblado Baran.
¡Misión Completada!
La Estatua de la Diosa Freya.
¡Ghandilva te está sinceramente agradecido!
La estatua erigida en Poblado Baran traerá esperanza y coraje al futuro de los aldeanos. Siempre serás bienvenido en la aldea.Recompensa
[+30 Fama] Fama aumentada.
XPs.
Subes de Nivel
Subes de Nivel
Subes de Nivel
Tu influencia en Poblado Baran ha llegado al 60%.
1º.- Weed.............................. 60%
2º.- Darius.............................. 45%
3º.- Seoyoon.......................... 33%
Como el trabajo había superado hasta las más descabelladas expectativas, las recompensas por la misión fueron igualmente sorprendentes.
Una misión con 3 aumentos de nivel podía evaluarse entre las más complicadas del nivel de dificultad D.
Y además, sus puntos de servicios a la aldea habían disparado su influencia en la misma a la primera posición.
Los servicios públicos dependían de varios factores. Si eras reconocido por tus servicios en una comunidad, tu influencia sobre la población aumentaba, lo que te permitía comprar con grandes descuentos, y hasta optar a posiciones gubernamentales como “Mayor” de una aldea, o “Señor Feudal” de una región.
Weed había ganado puntos de servicios públicos rápidamente gracias a la misión de rescate de los aldeanos cautivos, a la creación de la Estatua de la Diosa Freya, y también a la venta de las armas y armaduras que su equipo había acumulado en el fuerte de los hombres-lagarto.
Darius los había conseguido, como era de esperar, por ser el líder de la fuerza que había recuperado el control de la aldea.
Y por último, los de Seoyoon venían de acabar con una amenazadora cantidad de monstruos en las proximidades del Poblado Baran y por la venta de pieles y objetos en la tienda.
Antes de que Weed y Darius llegaran a la aldea, la influencia de Seoyoon había sido la indiscutible número 1.
- ¿Seoyoon está tercera? ¿Ha pasado por aquí? – su corazón dio un vuelco.
Cuando había estado usándola como modelo para crear la estatua, lo había hecho porque estaba convencido de que ella nunca pasaría por este sitio, y por eso nunca podría ver que se trataba de su propia imagen.
El Continente de Versailles era muy amplio.
Si ella veía la estatua, se limitaría a sonreír con frialdad… antes de cortarle la cabeza. Sin preguntas. Sin defensa posible.
Es una Homicida, así que no es una posibilidad remota.
Y sobre todo, si leía lo que Weed había grabado a los pies de la estatua, tal vez lo matara una y otra vez hasta que volviera a llegar al nivel 1, cientos de veces con facilidad. No, seguramente podría esperar lo peor.
Al completar la estatua, Weed se había mostrado muy satisfecho con su creación.
Aún no había sabido si iba a resultar una obra buena, normal o mediocre, pero aún así había estado encantado con su trabajo artístico.
Así que, por razones puramente sentimentales, había inscrito una breve inscripción en la base de la Estatua de la Diosa Freya con el Cuchillo de Tallar de Zahab.
¡Una costumbre de la que ningún coreano puede librarse!
Weed se mostró reservado.
- Perdóneme, Anciano Ghandilva.
- ¿Si, Weed-nim?
- ¿No sería a Seoyoon a quien le solicitaste que le trajese una nueva estatua de la diosa, por casualidad?
- Así es, fue a ella. ¿Así que también le conoces? Es una buna chica. Aceptó mi extraña petición, a pesar de que aún no ha regresado…
- Ya veo.
Weed se alivió al enterarse de que Seoyoon aún no había regresado. De haberlo hecho mientras estaba tallando la estatua, temía qué clase de infierno podría haberse desatado en él.
Tal vez me hubiera matado en revancha por robarle la misión.
Habiendo terminado el trabajo, quería salir hacia la Ciudad del Cielo lo antes posible. Quería escapar de esta aldea antes de que cruzara de nuevo con Seoyoon. Pero Ghandilva no le soltaba las manos.
Ghandilva, bajando la voz, le dijo:
- Tengo algo más que contarle, oh, Weed-nim, salvador de mi gente.
- Continúe, por favor.
- ¿Crees en el destino? No creo que vinieras a esta aldea por casualidad.
- ¿Cómo dices?
- Un sacerdote de la Orden de la Diosa Freya que visitó la aldea en cierta ocasión nos comentó que el mal se estaba alzando. Están extendiendo su influencia en el reino de lo invisible, por debajo del nuestro, en donde gobiernan el frío y la oscuridad. ¡El sacerdote declaró que solo El Elegido podría derrotarlo! Y a continuación me concedió el poder de seleccionar a El Elegido.
- …
- En su momento no comprendí bien qué había querido decir, pero ahora lo veo claro. No te lo había revelado con anterioridad, pero la semilla que ha estado en mi familia desde hace varias generaciones ayudara de guía a una nueva tierra. El sacerdote me dijo que buscaras a alguien llamado Gaviota para poder recuperar el Tesoro Perdido del Templo de Freya. Encontrarlo. ¡Conviértete en El Elegido que derrotará al mal!
Has descubierto una pista sobre:
El Tesoro Perdido del Templo de Freya.
¡Es una continuación de la misión de la Estatua de la Diosa Freya! Y no parece que tenga ninguna desventaja. Genial. Y pensar que me encontraría con una oportunidad así.
Weed volvió a considerarse afortunado. En parte, gracias al hecho de que Seoyoon no había aparecido con la nueva estatua, lo que le había permitido ser quien se encargara de crearla.
- Es el deseo de mi vida evitar que el mal consuma el mundo. Haré todo lo que esté en mi poder por recuperar el Tesoro Perdido del Templo de Freya.
- Muchas gracias.
Has aceptado la misión.
Weed dio por finalizada la conversación con Ghandilva y se fue hacia sus compañeros, que habían estado esperándolo desde hace un tiempo.
- Que buen trabajo, Weed-nim. Nunca pensé que una estatua pudiera ser tan hermosa – dijo Pale, mirando con intensidad hacia la estatua, que le resultaba muy inusual.
Surka, Irene y Romuna también parecían muy impresionadas por la imagen.
Habían estado cazando monstruos casi sin descanso, mientras Weed estaba con la estatua, por lo que habían llegado a niveles de 60’s.
- Es impresionante. Parece real. Es la estatua más hermosa que haya visto.
- Seguro que ni la misma Diosa Freya es tan hermosa.
- ¿Cómo has podido crear una imagen así? No puedo evitar admirar tu exquisito sentido estético y tu espíritu artístico…
Weed se sentía un poco avergonzado ante tantos halagos.
¿Exquisito sentido estético? ¿Espíritu artístico?
Sus ojos declamaban sus sentimientos, que se sentían vergonzosamente ciegos al no reconocer a un artista único, a pesar de haber estado a su lado casi desde el principio.
¿Quién? ¿Te refieres a Weed?
Decir que tenía sed de poder habría sido más creíble.
¿Creerían si les digo que no tenía idea que iba a hacer, hasta el momento que empezó? No, no lo creo.
¿De qué serviría que les contara algo que, de todos modos, no iban a creer?
Un buen vendedor no te lo cuenta todo, cuando te llama a la puerta para venderte un producto. Ocultaba los defectos y destacaba las ventajas del producto.
Lo que es bueno para uno es la mejor línea de acción.
- Irene, Surka, Romuna, mientras creaba la estatua, era a ustedes a quienes tenía en mente. Sus corazones puros y hermosas caras están representadas en la estatua, por eso resultó tan bella.
- ¡Oh!
Las chicas son criaturas muy simples, ¿verdad?
Todas las chicas del equipo estaban encantadas al oír su endeble mentira.
- Oye, ¿tú eres Weed-nim? – Darius se acercó al grupo – Pareces bastante bueno con el Dominio de la Escultura. ¿Es una Gran obra?
Darius estaba bien informado en muchos aspectos. Con su nivel en 140, tenía que haber ido encontrando fragmentos de información sobre los escultores aquí y allá.
- No – respondió él.
- ¿Entonces es una Obra Magnífica?
- Si.
- Oh, nunca me hubiese esperado ver una obra magnífica. Según he oído, hay menos de un centenar de escultores que puedan crear una… – Darius se mostró exageradamente sorprendido. Y justo a continuación mostró una sonrisa felina – Felicidades. Supongo que has ganado unos cuantos puntos de atributos. Al menos es un punto de buena suerte en comparación a las patéticas habilidades de los escultores.
Darius menospreció abiertamente a Weed, solo porque era un escultor.
De hecho, la mayoría de los escultores eran débiles. Sus habilidades de combate eran insignificantes, ya que tenían que aplicar los puntos de atributos a aquellos que eran más necesarios para la creación de obras de arte.
Y aunque contaran con una habilidad de combate poderosa, no sabían cómo usarla apropiadamente.
¿Por qué alguien escogería ser un escultor?
Porque, de entrada, como ya se ha explicado, son débiles en caso de lucha. Ya que la forma de aprender a luchar, es luchando.
La mayoría de jugadores de las clases no combatientes eran ineptos luchadores. Por lo general se quedaban bloqueados, sin poder reaccionar ante el ataque de un enemigo, perdiendo la oportunidad de ocupar un puesto en un equipo.
Las habilidades de combate elementales que aprendían eran inútiles en general, e incluso el nivel al que las tenían era patético comparado con el de sus compañeros.
Y, para llegar a ser escultores decentes, tenían que practicar con el Dominio de la Escultura, por lo que eran más débiles que sus iguales en todo, incluido el nivel general, suponiendo que se dedique el mismo número de horas a mejorar al avatar.
¡Excepto en el caso de Weed, claro!
- ¡Ey! ¡Cuidadito con lo que dices! – Pale, uno de los compañeros de Weed, se adelantó en un momento de pasión. No podía soportar que Darius menospreciase a su compañero.
Y a continuación todo se descontroló.
- ¿Pero qué se ha creído?
- Su cara es como una sartén en la que se acaban de hacer unas salchichas…
- Los idiotas nunca piensan antes de hablar. Weed-nim es tan buen luchador…
Surka, Romuna e Irene también reaccionaron ante las insultantes palabras de Darius.
¡La joven Surka era lo bastante temperamental como para decir algo así! En el caso de Romuna, que estallaba de ira de vez en cuando, también era algo comprensible. Pero lo que realmente desconcertó a Weed y a Pale era que, de toda la gente, Irene, que siempre era tan sensible y tranquila, también había saltado.
Mujeres.
Para los densos Pale y Weed era imposible saber que las 3 chicas juntas podían fácilmente cambiar el estado de alguien al de matar-al-ver.
Aunque Weed hubiese tenido el doble, o hasta el triple, del juicio que tenía, ni en toda su vida podría llegar a comprender ni la mitad de los aspectos de la vida de una mujer.
Era absurdo asumir que conocías a una por el mero hecho de haberle hecho feliz con unos pocos cumplidos.
- … – Weed había perdido el chance y voluntad, de enfadarse.
Su venganza estaba en la explosiva respuesta de las chicas.
- ¿Qué… qué ha sido eso? – los ojos de Darius lanzaban chispas. Pero ninguna de las chicas se echó para atrás.
- ¿Por qué, hemos dicho algo que no sea verdad?
- Cómo se atreven…
- ¿Y qué vas a hacer? ¿Matarnos?
- ¿Creen que van a salir impunes de esta? – Darius estaba a punto de sacar su espada.
Si él, un nivel 140, estaba decidido a causar una carnicería, Weed y sus compañeros no podrían hacerle frente.
No, Weed tendría una posibilidad si lograba aprovechar todo su potencial.
Su nivel era tan solo de 70. Pero con sus atributos inflados estaba cerca de igualar a un guerrero de nivel 100.
Considerando las poderosas habilidades, que eran casi trampa, y sus habilidades de combate, estaba convencido de que podría vencer a Darius.
Aprovechando el elemento sorpresa, y dado que Darius despreciaba a Weed, si aprovechaba para atacar cuando menos se lo esperaría, Weed podría vencerlo rápidamente.
El problema era que el duelo durase más de un minuto. En ese caso, Weed se quedaría sin maná, y estaría muerto.
Weed no temía a Darius por sus atributos, pero sabía que su debilidad era una batalla extendida.
Era, por así decirlo, un caso típico de eyaculación precoz, el mayor temor de todo hombre.
Y, desde luego, él era más fuerte que un jugador normal con su mismo nivel que estuviera dependiendo siempre de atributos mejorados mágicamente.
- ¡Darius, tranquilo!
- ¡Suéltame! ¡Les voy a enseñar un poco de modales a estas perras!
- Eres el comandante de la fuerza de asalto. No puedes tener un duelo con tus subordinados. ¿Sabes cuánta Fama perderías? ¿No te importa fallar la misión?
Parros y los compañeros de Darius lo contuvieron. Le hablaron mientras duraba su ira, hasta que por fin se calmo.
- Muy bien. Por esta vez lo dejaré pasar.
Ante el comentario de Darius, Romuna se burlo con desdén.
- ¿Y quién te crees que eres para decidir quién perdona a quién?
- Todo el mundo se equivoca, pero es que él actúa como si fuera un miembro de la realeza, o algo así – el golpe final de Surka estuvo a punto de volver a calentar el ambiente, pero a esas alturas otros miembros de la fuerza de asalto se habían reunido a su alrededor, atraídos por la conmoción.
Darius y los suyos ya habían perdido todo el respeto y la credibilidad. Por otro lado, Weed y sus compañeros eran considerados como un grupo respetable. De entrada, Weed les había cocinado grandes platos durante la marcha.
Hasta les había reparado armas y armaduras cuando se desgastaban, y con los objetos sin identificar, su servicio gratuito de identificación casi no tenía precio.
Sus otros compañeros habían sido amables con todo el mundo salvo con Darius y su grupo, por lo que su reputación general también era bastante buena.
Mientras Weed había estado ocupado tallando la estatua, Pale y las chicas se habían unido a distintos equipos para ir de caza, y sus bien desarrolladas habilidades y sus rápidas técnicas de caza les hacían ser bien recibidos en todas partes.
Más adelante Weed se enteraría de que Darius y sus compañeros habían tenido que cazar solos porque nadie se había molestado en invitarles. Así que dadas las circunstancias, Weed estaba en una posición muy superior a la de Darius.
Parros, el amigo de Darius, habló con arrogancia en vez de Darius, que tenía la boca apretada con fuerza, forzándose a mantenerse en silencio.
- Somos miembros del Clan Ica. Estoy convencido de que has oído hablar de nosotros. Somos uno de los mayores clanes de Rosenheim.
Weed claro que había oído hablar del Clan Ica. Era muy conocido por su mal comportamiento, y el comportamiento de Darius demostraba la verdad tras los rumores.
- Tenemos previsto ocupar una ciudad muy pronto, por lo que necesitamos un buen cartel. ¿Podrías venir más tarde a tallárnoslo? Te pagaremos bien.
Al final, la razón por la que Darius había ido a ver a Weed era esa. Pero había estado de un humor terrible.
Aunque estaba feliz por los buenos resultados de la misión de asalto, había obtenido muchos menos beneficios de los que había esperado.
Y todo porque alguien había arrasado con el fuerte de los hombres-lagarto y todos los objetos que hubiera habido.
Enfadados, Darius y su gente habían estado buscando a los culpables, pero nunca hubieran sospechado de Weed, el simple escultor que había estado tallando la Estatua de la Diosa Freya, y sus compañeros, cuyos niveles en el momento de los hechos les liberaba de todas las listas de sospechosos.
Durante las investigaciones, habían cometido una serie de meteduras de pata bastante graves, que habían aumentado los roces con los demás jugadores, mientras Weed había recibido una buena misión del anciano Ghandilva y había completado la estatua, como si hubiera querido echarles sal en las heridas.
En otras palabras, Darius estaba celoso.
Por eso se había mostrado tan rudo, y al final había complicado aún más la situación.
* * * * *
En el momento que acabaron con lo que tenían que hacer en el pueblo Baran, la fuerza de asalto dirigida por Darius empacó sus cosas y se dirigió hacia el norte, de vuelta a la Ciudadela.
Había algunos jugadores a los que les habían gustado las zonas de caza cercanas, pero la aldea en sí era poco atractiva. No había un bar en el que sea posible beber una cerveza fría tras un día de caza.
Todos extrañaban el suave sabor deslizándose por su paladar, así que se apresuraron en abandonar la aldea.
Se había determinado que los soldados del Ejército de Rosenheim se quedarían a proteger la aldea.
Weed y su grupo informaron del resultado de la misión de asalto directamente a Ghandilva.
- Gracias por sus servicios. Siempre recordaremos lo que has hecho por el bien de nuestra gente.
Como recompensa de la misión, Ghandilva le otorgó a Weed 20 puntos de Fama.
Como había estado tallando la estatua mientras los demás habían estado cazando el resto de los hombres-lagarto, casi se había dado por vencido, pero al final había terminado saliéndole muy bien.
Otros jugadores con niveles 80 y tanto de la fuerza de asalto habían recibido entre 10 y 15 puntos de fama.
Weed supuso que el rescate de los aldeanos y el saqueo del fuerte habían creado un pequeño milagro.
Weed y los demás le habían dicho a Darius que preferían quedarse a cazar monstruos, con la excusa de sus bajos niveles.
- Es el momento – dijo Weed.
Al oír el comentario, los demás sonrieron expectantes.
- Si.
- Vamos a un lugar discreto y tranquilo.
- Por supuesto, un lugar muy, muy tranquilo… A un sitio en donde no puedan vernos – Romuna se tapó la boca con la mano y empezó a reír con coquetería.
Cualquiera que oyera la risa, podría pensar cosas erróneas.
Dos chicos y tres chicas fueron hacia la Montaña del Oeste. Donde antes había estado el fuerte de los hombres-lagarto, era ahora un espacio lo bastante recluido para cubrir sus requisitos de silencio y tranquilidad.
- La-lalala – las chicas estaban tarareando una musiquilla.
Se dirigían a un lugar muy, muy silencioso y lejos de todo.
Pronto llegaron a los pies de la montaña, a millas de la persona más cercana. Ya estaban preparados para un largo viaje.
- Este parece un buen sitio.
- Muy bien, chicos, prepárense.
Weed hizo un agujero en el suelo con cuidado, en el que plantó la semilla. A continuación la regó un poco.
Al principio no hubo ninguna reacción, pero al poco tiempo, la tierra que cubría la semilla empezó a ponerse roja.
*BRRRRM*
- ¡Aaaah! – gritó Surka.
¡Un gran terremoto empezó a sacudir el suelo!
El centro del movimiento estaba donde Weed había plantado la semilla. La tierra se abrió, y un ancho tronco salió disparado hacia el cielo.
Diez metros, veinte metros…
En un momento, delante del grupo se alzaba un inmenso pilar cuyo extremo no podían ver. Y el tronco seguía creciendo.
Al ver que el tronco se alzaba hasta las nubes, Weed empezó a hablar.
- La Ciudad del Cielo debe estar allí arriba. Creo que este tallo nos llevará hasta allí.
- Entonces…
- ¿Nos vamos a amilanar ahora que hemos llegado hasta aquí? Sujétense rápidamente. O podríamos terminar teniendo que trepar la mitad del camino.
- ¡Ups! ¡No, eso no me gustaría nada!
Weed sacó una cuerda de su mochila y la ató alrededor de sus compañeros.
- Juntos vivimos, juntos morimos.
- ¡Si!
Weed y Pale decidieron que ellos serían los primeros en agarrarse del tronco. De esta manera si Irene o Romuna, las más débiles, se soltaban, los chicos podrían evitar que se cayeran desde las alturas.
Weed y los demás se sujetaron al tronco que había surgido de la raíz del Árbol Celeste. Y salieron disparados hacia el cielo.
LEL VOL2CAP2
VOLUMEN 2 CAPITULO 2
LA ESTATUA DE LA DIOSA FREYA
A medida que Weed y sus compañeros se aproximaban al fuerte de los hombres-lagarto, el número de monstruos que aparecía en su camino para morir aumentaba rápidamente.
- Ya hemos acabado con más de cuarenta hombres-lagarto…
- Aún estamos en la frontera. ¿Cuántos más crees que estarán reunidos en el interior? – Irene y Romuna hablaban por turnos, pero Weed se limitó a sonreír.
- A ver, todos sabéis que los hombres-lagartos suelen vivir en grupos, ¿verdad?
- Si, Weed-nim. están más unidos que los orcos – respondió Irene.
- Ajá. También son muy celosos en la defensa de su territorio. ¿Qué pasa cuando alguien se cuela en su terreno? – preguntó Weed.
- ¡Qué van a luchar para expulsar al intruso! – respondió Surka.
- Así es. Eso es lo que hace tan temibles a los hombres-lagartos entre los jugadores.
- ¿No significa eso que ahora estamos en problemas?
Weed y los demás estaban avanzando por un valle. A menudo se paraban donde podían para recuperar maná y no malgastar las fuerzas.
En ese momento, decidió que era el momento de poner las cartas sobre la mesa.
- En circunstancias normales yo también diría que estaríamos en peligro, pero en esta ocasión podemos contar con la ayuda de Darius.
Al oír ese comentario, los demás comprendieron de dónde surgía la tranquilidad de Weed.
- ¿Y eso que signi…? ¡Oh, ya entiendo! – dijo Surka.
- ¡Es verdad, podemos contar con Darius! – corroboró Romuna.
El fuerte de los hombres-lagarto.
En esos momentos debían estar luchando ferozmente contra la fuerza de asalto que había invadido su territorio.
En otras palabras, el campamento base debía estar casi abandonado, protegido únicamente por un puñado de hombres-lagarto guerreros.
Además, Weed suponía que los tesoros que los hombres-lagarto habían saqueado de los poblados cercanos tendrían que estar almacenado allí también.
A la vista de la opinión general, su objetivo al explorar el valle del oeste era para completar la misión de Ghandilva, pero sus verdaderas intenciones eran otras.
- A partir de ahora nos esperan enemigos más fuertes. ¿Qué les parece si empezamos a separarlos? – preguntó Weed.
- ¡Entendido! – respondió Surka de inmediato.
- Deberíamos tener cuidado. No podemos dejar que se nos acerquen demasiados a la vez – continuó Weed.
Surka hizo un gran trabajo atrayendo a los hombres-lagarto uno a uno. Su alta Agilidad le permitía seleccionar y atraer a enemigos individualmente.
- ¡Vengan, sucios reptiles!
- ¡Kruuu!
- ¡Humana, estás muerta! los enfurecidos hombres-lagarto empezaron a perseguir a Surka. Weed y Pale rápidamente cargaron flechas en sus arcos, apuntaron y dispararon a los perseguidores.
*Shuiii* Mientras Weed disparaba las flechas una a una, Pale disparaba varias a la vez tan rápido que sus manos parecían casi invisibles.
Sus niveles en Arquería eran muy diferentes, por no mencionar los efectos sinérgicos de las otras habilidades de Pale.
La Arquería de Weed había avanzado por encima de su nivel mientras cazaba goblins, pero aun así no era nivel para Pale, cuyas manos nunca abandonaban el arco.
Pale, aún antes de que una de sus flechas alcanzase su objetivo, ya había cargado y disparado la siguiente.
Desde el nivel 5, cuando se convirtió a la clase explorador, había estado aumentando las habilidades Tiros Encadenados y Penetrante, lo que había aumentado el poder de sus disparos.
Weed seguía disparando flechas hasta que los hombres-lagartos se le acercaban demasiado. El daño que causaba era bajo, pero su experiencia con la habilidad no dejaba de subir.
No, al fin y al cabo, su personalidad no le permitía esperar sentado a que el enemigo se le acercase.
¿Por qué debería esperar a que los XPs… no, los enemigos, se me acerquen?
Adoraba luchar, nunca se cansaba de ellos. En ese momento era imparable.
- ¡Iai! ¡Iai! ¡Iai! – de su boca surgían una y otra vez gritos de combate.
Irene y Romuna se rieron al oírlos. Ya se lo habían mencionado anteriormente a Weed, quien había reconocido que era algo que no podía evitar.
Para él, era como un rugido de triunfo que se le escapaba solo cuando estaba muy animado.
Por suerte, aún tenía que llegar la ocasión en que otros monstruos le oyesen gritar y cargasen hacia su equipo, aunque su involuntario hábito le hacía pasar cierta vergüenza cuando estaba luchando hombro con hombro junto a otros jugadores.
Weed siempre muestra una actitud serena, pero a veces se descontrola y se vuelve bastante infantil, pensó Irene.
En una ocasión tuvieron una batalla ridícula contra 6 hombres-lagartos.
En el momento en que empezó la pelea, 2 de los monstruos fueron destruidos por la espada de Weed, así que solo quedaban 4.
Dejó a esos 4 en paz porque si hubiese acabado con ellos, Romuna, Surka y Pale se hubiesen visto privados de unos preciosos XPs.
Peor aún, el maná de Weed estaría demasiado vacío, mientras el de Irene estaría casi sin usar, lo que obligaría a todo el equipo a descansar para que él pudiese rellenarlo. Estarían desperdiciando un valioso tiempo, corriendo el riesgo de retrasarse más allá del límite temporal de la misión.
Dos de los hombres-lagartos fueron tras Surka, pero los otros 2 cargaron hacia Weed para vengarse por sus camaradas caídos.
La espada de Weed necesitaba una reparación, estando como estaba por debajo de 10 puntos de durabilidad. Además de que una poderosa técnica ejercía una gran carga en el arma que se usaba, disminuyendo la durabilidad más rápidamente, había estado luchando sin descanso.
- Des-equipar la espada de hierro.
Weed devolvió su espada al inventario y apretó los puños.
¡La habilidad característica de Surka!
- ¡Yon-han-kwon! – los puños de Weed lanzaron una incesante descarga de ataques sobre su desafortunada víctima.
Aunque había gritado el nombre de la habilidad, no era como si la habilidad se hubiese activado realmente. De entrada, ni siquiera la había aprendido, por lo que no le era posible utilizarla.
Lo que había hecho era imitar la forma en la que Surka había utilizado los puños lo mejor que pudo sobre el hombre-lagarto.
Había aprendido artes marciales durante todo un año con la esperanza de poder golpear a los monstruos con las manos desnudas, y por fin había llegado el momento.
Y, ni falta hace decirlo, el efecto de sus puñetazos era terrorífico.
*PAM-PAM-PAM-PAM* Las manos de Weed se movían a un ritmo imposible de seguir.
Mientras vapuleaba sin piedad al enemigo, su habilidad de Artesanías intermedia añadía un 50% al Poder de Ataque de sus puñetazos.
- ¡Ugh!
- ¡Puños humanos, duelen!
Weed se pegó a su rival, golpeando cada vez que veía un hueco en su defensa. Los hombres-lagarto atacaban con sus espadas en represalia.
La cosa era que tanto el monstruo como Weed estaban obsesionados con terminar con el otro antes de que el otro terminase con ellos.
Los pasos de Weed eran ligeros. Cada vez que su cuerpo se mecía, lanzaba un puñetazo al hombre-lagarto. Sus tobillos y su cintura se movían según su voluntad, añadiendo fuerza a sus puños, que impactaban en el estómago y el pecho de los hombres-lagarto.
- ¡Ugh!
- ¡Traicionero humano! ¡Golpea el mismo punto una y otra vez! – los hombres-lagartos retrocedían ante el dolor.
- ¡Weed-nim, sigue presionando! – Irene estaba ocupada sanando a los que estaban en primera línea desde la retaguardia. Su experiencia sanando era aceptada por todos. Cuando la vida de cualquiera de los otros bajaba del 70%, su Mano Sanadora restauraba la salud. Una táctica con pocos riesgos y muy efectiva.
Weed estaba disfrutando la experiencia de golpear a los enemigos con las manos desnudas. Prefería este combate a la espada, ya que, como podía sentirlo mejor, parecía más real.
Los hombres-lagarto y Weed se estaban vapuleando mutuamente, pero el resultado no era el mismo. Las caras de los monstruos estaban retorcidas por el dolor, pero en la de Weed había una sonrisa.
Estaba lanzando sus poderosos puños, gritando de placer.
Mientras tanto, Romuna y Pale lanzaban hechizos y flechas respectivamente, para deshacerse de los otros dos enemigos que se habían abalanzado sobre Surka.
Sin rastro de esperanza, los dos hombres-lagarto que se enfrentaban con Weed estaban recibiendo la paliza de sus vidas, pero aún seguían vivos.
Nuevo Atributo: Resistencia.
El nuevo atributo solían recibirlo los guerreros en sus primeras aventuras.
A medida que se desarrollaba, reducía el daño causado por el enemigo, e incluso aumentaba ligeramente la vida del jugador.
Podías invertir algunos de los puntos de atributo de la subida de nivel en ese atributo, pero la mayoría decidía dejar que se desarrollase por sí mismo al recibir ataques cuerpo a cuerpo.
Después de que el nuevo atributo se hubiese añadido a su lista los movimientos de Weed empezaron a ser más tácticos. Comprobó cuanto maná tenía Irene y dejó que los hombres-lagartos le alcanzasen con sus espadas.
La habilidad crecía según recibía daños.
Este era realmente un poder que se obtenía mediante dolor y sufrimiento.
Weed era un tipo de persona que aceptaba encantado los ataques de los hombres-lagarto mientras fuese aceptable según el nivel de maná de Irene.
En Royal Road, sientes el dolor cuando recibes un ataque. Weed hasta lo estaba disfrutando.
- ¡Kuiiihh!
Uno de los hombres-lagarto por fin cayó con un grito de agonía.
Weed había conseguido el nada desdeñable logro de vapulear al hombre-lagarto hasta la muerte en medio de una batalla.
Los otros 3 hombres-lagartos se vieron rodeados por Romuna, Pale y Surka, y ofrecieron algo de resistencia antes de morir.
Weed había matado por su cuenta a 3, pero no hubiese sido fácil ni con la espada de hierro de no haber contado con que Irene regenerase constantemente su salud. La victoria había requerido la participación de los 5 miembros del equipo.
* * * * *
Surka iba a atraer grupos de hombres-lagarto cuando había 2 o más grupos en las inmediaciones del grupo.
De no ser así, Pale simplemente les disparaba una flecha, y lo más habitual era que Weed se limitase a cargar abiertamente al enemigo.
Weed se abalanzaba hacia las filas de los hombres-lagarto blandiendo su hoja a diestro y siniestro. Sus compañeros corrían tras él para ayudarle a acabar con los monstruos. Y a continuación se alejaban victoriosos del lugar de la batalla. Eso era lo que a Weed más le gustaba de sus compañeros:
Normalmente mientras avanzaban eran charlatanes y ruidosos, pero en el momento de empezar una batalla, se callaban y se ponían en serio.
Habían sido completamente domesticados por Weed.
Desde que cazaban zorros delante de la Ciudadela, habían aprendido cómo cazar monstruos de forma rápida y eficiente.
Cuando por fin entraron en el fuerte de los hombres-lagarto tras neutralizar a algunos guardias-lagarto vieron un puñado de cabañas de paja repartidas por el desolado valle.
Los cautivos están por ahí, pensó Weed. Sus ojos brillaron.
Los padres de los críos habían sido confinados en una jaula de madera de ramas entrelazadas.
Weed estudió un rato la situación.
Había 10 hombres y mujeres encerrados en la jaula, y había localizado 8 hombres-lagarto montando guardia en las inmediaciones.
¡Ocho!
Si no se preocupaba por el maná, podría acabar con dos, tres como mucho, en un ataque sorpresa, pero en ese caso sus compañeros tendrían que encargarse de los cinco restantes.
Estaba convencido de que al final saldrían victoriosos, pero Irene y Romuna, que tenían poca vida y defensa, podían acabar muertas. Los magos y los clérigos estarían en peligro tras solo un par de ataques de un hombre-lagarto.
- Será mejor que rescatemos primero a los cautivos. Yo alejaré al grupo de enemigos – Surka sabía que era el momento de actuar, y se puso en marcha.
- ¡Humana!
- ¿Cómo ha llegado hasta aquí…?
- ¡Matar primero!
Cuando Surka se mostró a los hombres-lagarto, cinco de ellos empezaron a perseguirla. En vez de ir tras ella, los otros tres se quedaron detrás para vigilar a los cautivos.
No son tan tontos como pensaba. Weed miró a Surka a los ojos mientras esta corría. Ambos asintieron.
Weed-nim, correré en un círculo por donde hemos venido, antes de traerlos de vuelta.
Gracias, Surka-nim. Con eso tendremos suficiente.
Weed y Surka dialogaron rápidamente mediante susurros.
Tranquilizados al ver que Surka y sus perseguidores desaparecían, Weed y Pale aparecieron delante del resto de los hombres-lagartos.
- ¡Más humanos!
- Humanos vuelven.
Los 3 monstruos estaban sorprendidos.
- ¡Técnica del Cuchillo de Tallar!
- ¡Flecha de Fuego! ¡Tiro Poderoso!
Los guardias apenas resistieron un segundo ante los intrusos. Weed y Pale los eliminaron rápidamente y abrieron la puerta de la celda. Los padres estaban en el interior, pero completamente aterrorizados. Weed podía comprender lo aterrorizados que estaban, habiendo sido capturados por los hombres-lagarto y esperando su muerte en cualquier momento.
- Hemos venido a petición de Ghandilva, el anciano del Poblado Baran – le dijo a los prisioneros.
- El… el anciano…
- Si, nos pidió que les llevásemos a salvo de regreso. ¿Hay algún herido?
- Por aquí, por favor…
Weed entró en la jaula de madera y realizó unos primeros auxilios con hierbas y vendajes.
Solo con eso, la salud de los heridos mejoró notablemente.
- Weed-nim, Surka-nim ya está de regreso – advirtió Pale.
Surka, que había estado alejando a los hombres-lagarto de la jaula, estaba volviendo.
- Sigan en la jaula un minuto más. Pero prepárense para irnos. Quieren volver a ver a sus hijos, ¿no? – dijo Weed con ternura a los cautivos.
Algunos hubiesen pensado que los aldeanos eran una carga, y, de hecho, en cierto modo, tendrían razón, ya que el equipo tenía la responsabilidad de rescatarlos de los hombres-lagartos y garantizar su regreso a salvo al Poblado Baran.
Pero el pensamiento de Weed iba un paso más allá.
¡Esos adorables XPs! Lo que Weed estaba haciendo era una misión de rescate.
Por cada persona que logarse devolver a salvo al poblado, recibiría una cantidad adicional de XPs como recompensa al completar la misión. Había abandonado los XPs y la fama que se podían haber obtenido al participar en la misión de la fuerza de asalto de exterminar a los hombres-lagarto que habían asaltado el poblado, pero aun así era un buen negocio.
Weed y su grupo terminaron con los cinco hombres-lagarto que habían regresado tras Surka. Rápidamente ocultaron a los aldeanos en un lugar seguro, y fueron a buscar más cautivos, a los que también fueron rescatando.
La decepción llegó al ver lo que los hombres-lagarto habían reunido y apilado en sus saqueos.
Orcos y goblins recopilaban oro y gemas. En clara oposición a esas criaturas avariciosas, los hombres-lagarto, al ser reptiles, no habían reunido nada de valor al atacar la civilización humana.
Por lo que todo lo que el equipo encontró fue una montaña de escudos, armaduras y armas de hierro.
* * * * *
Weed y sus compañeros recogieron hasta la última pieza de armamento sin dejarse nada atrás. El peso máximo que un jugador podía llevar dependía de su Fuerza y Aguante. Hasta Irene y Romuna iban a tropiezos hacia el poblado con una gran carga a cuestas.
Aunque, por supuesto, no solo los miembros del equipo cargaban armas.
- Les hemos salvado – dijo Weed a los rescatados aldeanos. Sus caras mostraron incomodidad ante esas palabras – por supuesto, no les estamos pidiendo ningún tipo de compensación por nuestras acciones. Todo lo que queremos es una semilla que Ghandilva, el anciano, nos ha prometido. Les digo esto para que vean que no les hemos ayudado con la esperanza de obtener una recompensa.
Tranquilizados, los aldeanos parecían menos ansiosos que un momento antes.
Sonriendo tranquilizadoramente, Weed añadió:
- Sé que acaban de sufrir mucho, pero, ¿no podrían ayudarnos a cargar todas estas armas hasta el poblado?
- … – la expresión de los aldeanos cambió una vez más.
Estaban extremadamente agotados por la falta de alimentos. No estaban dispuestos a hacer nada que retrasase aún más su regreso a casa.
- Ah, verán, este valle es casi una fortaleza impenetrable, y además, por lo que he oído, los orcos aparecen por aquí a menudo – ante la palabra “orco”, todos y cada uno de los ciudadanos tuvieron un escalofrío de pánico. Apenas habían sobrevivido a los hombres-lagarto, si lo siguiente que les atacaba era un grupo de orcos, estaban muertos.
>> Ahora imagínense que los orcos dan con este sitio, estarán encantados al dar con este arsenal. Podrían utilizarlo para asaltar el Poblado Baran, que está justo descendiendo del valle. Por eso creo que hay que llevarse todas las armas de aquí. Por favor, ayúdennos.
Persuadidos por Weed, los aldeanos terminaron llevando tanto como podían mientras descendían del valle.
Mientras, los hombres-lagartos habían sido barridos fuera del Poblado Baran por Darius y sus tropas.
El poblado estaba devastado, pero los aldeanos rescatados lloraban de placer por haber podido regresar a su hogar, aunque estuviese en esas condiciones.
En la puerta principal del Poblado Baran, Weed les volvió a hablar.
- Muchas, muchísimas gracias, amigos míos. No podríamos haber llegado a salvo hasta aquí de no haber contado con su ayuda. Nosotros nos encargaremos del resto, así que ya pueden volver con sus pequeños. Están esperando desesperados que sus papis y mamis vuelvan.
En cuanto hubo terminado de hablar, los aldeanos soltaron la pesada carga y se separaron por todas partes, buscando cada uno a sus hijos.
Ghandilva estaba esperando con los críos en un claro cerca de la puerta.
- ¡Madre!
- ¡Padre!
- ¡Selen! ¡Estás bien!
- ¡Maron! ¡Menos mal que estás vivo!
Era una conmovedora reunión entre padres e hijos. Ghandilva se acercó a Weed, acariciándose la blanca barba.
- Has completado la misión, Weed-nim.
- Así es, señor – dijo Weed lo más humildemente posible.
- Estoy agradecido de que hayas rescatado a mis queridos aldeanos. Si le soy honesto, no esperaba que lograras tanto… Has hecho un gran trabajo. Ninguno de nosotros olvidará jamás lo que has hecho por nosotros.
¡Misión Completada!
Calamidad en el Poblado Baran.
Las familias separadas han sido reunidas por los valientes héroes que buscaban justicia.
El poblado había sido destruido por los hombres-lagarto, pero el canto de los gallos y los ladridos de los perros pronto volverán a animar sus calles.
Los pequeños se relajaron al ver a sus padres a salvo. Hasta el día que sus ojos se llenen de lágrimas por una regañina de sus padres, los niños estarán agradecidos a los bravos héroes.Recompensa
[+15 Fama] Fama aumentada.
XPs
Semilla sin Nombre
Subes de Nivel
La fama y los XPs fueron distribuidos a partes iguales entre todos los miembros del equipo, pero la semilla la recibió Weed, que era el líder del equipo.
- La gente del Poblado Baran está en deuda con ustedes.
- No, señor. Solo hemos hecho lo que debíamos. Siempre haremos todo lo que podamos con la esperanza de mantener la paz y la prosperidad del Poblado Baran.
Había muchos factores involucrados en el hecho de recibir una misión.
Si un NPC necesitaba que una misión se cumpliese inmediatamente, se la ofrecían a la primera persona que se encontrasen, pero la mayoría esperaran a que aparezca uno de sus jugadores favoritos, de haberlos, para que le ayude con el problema antes que confiárselo a un completo desconocido.
- Darius, creo que esto lo vas a lamentar.
Weed había ganado una gran cantidad de confianza de Ghandilva el anciano. Los aldeanos que habían sido rescatados por Weed y su equipo se sentirían en deuda con ellos, y eso actuaría a su favor al comprar o usar varios de los servicios del poblado.
Si Darius pensaba que no había mucho que ganar del Poblado Baran, no estaría preocupado. Pero si había planeado extender su influencia a la provincia del sur utilizando su posición como comandante de la fuerza de asalto, tendría que pagar por su error.
Obviamente, era más probable que una sutil amistad fuese una mejor baza para el futuro que una recompensa material.
Bajo circunstancias normales, Darius no habría rechazado la misión, pero en este caso, había sido el líder de la fuerza de asalto.
Habría sido una difícil decisión abandonar su misión de dirigir a las tropas a derrotar a los hombres-lagarto por una gran recompensa, simplemente para rescatar a un puñado de aldeanos del fuerte de los monstruos.
Por esa razón, Weed comprendía la decisión de Darius, pero sentía pena por él al mismo tiempo.
Las oportunidades no se muestran a menudo. Como accidentes completamente imprevistos, vienen y van.
De repente Ghandilva cogió las manos de Weed.
- Acabo de recordar que tengo otro favor que pedirle, Weed-nim. Sé que eres un hombre digno de confianza. Según comentan los soldados de la fuerza de asalto, eres un escultor. ¿Es eso cierto?
- Así es – respondió Weed con calma.
- Antes teníamos una estatua de Freya en el centro de la aldea a la que venerábamos.
Freya era la diosa más venerada en el reino de Rosenheim. Era conocida por gobernar la prosperidad y la belleza.
- Siempre rezábamos para conseguir paz y prosperidad a la estatua – dijo Ghandilva con rostro apesadumbrado – Pero a principios de años se rompió accidentalmente. Ahora que lo pienso, me temo que el origen de todas nuestras recientes desgracias se remontan a aquella época.
- ¿Quieres que restaure la estatua de la diosa?
- Así es, Weed-nim. Quisiera que tallaras una nueva estatua de Freya. Hace tiempo le pedí a una extranjera de confianza que trajese una nueva estatua, pero no he tenido noticias de ella desde entonces. ¿Quisieras tallarnos una estatua, por favor?
Estatua de la Diosa Freya.
Freya, diosa de la belleza y la prosperidad es la diosa patrona del Poblado Baran. Su estatua estaba en la plaza central, pero se rompió cuando una inundación hizo que un pino le cayese encima. Aunque los hombres-lagarto hayan sido derrotados, los aldeanos no podrán vivir en paz hasta que se haya restaurado la estatua de la diosa.
Nivel de Dificultad Misión de clase.
Requisitos :
Solo disponible para escultores.
Era una misión de clase exclusiva para escultores. El nivel de dificultad y las recompensas estaban sin definir, ya que dependían directamente del resultado.
Las recompensas de muchas misiones se basaban en esa misma regla. Salvo en misiones muy definidas, como trasladar un objeto o enviar un mensaje, las recompensas podían variar en gran medida dependiendo del resultado.
- Por favor, déme un momento. Tengo que consultarlo con mis compañeros.
Tras este intercambio, sus compañeros, que habían estado escuchando sin prestar demasiada atención, sonrieron y le felicitaron.
- ¡Enhorabuena, Weed-nim! Buena suerte – dijo Surka.
- Cuando dejamos la fuerza de asalto creí que estábamos cometiendo un error, pero ahora estoy orgullosa de haberlo hecho – dijo Romuna, sonriendo.
- Surka-nim, Romuna-nim, gracias – respondió él – Pero, si acepto esta misión, no podré ir a cazar con ustedes en unos cuantos días.
Weed estaba buscando consejo en sus amigos, y Pale se mostró más que dispuesto a dárselo.
- A nosotros nos parece bien. Lo que queda de la misión de la fuerza de asalto es acabar con los grupos de resistencia aquí y allá. Y como ya hemos luchado con unos cuantos hombres-lagarto, creo que estamos preparados para seguir por nuestra cuenta. Si te somos honestos, Weed-nim, tienes mucho más nivel que cualquiera de nosotros, por eso quisiéramos que aceptaras esta misión.
Pale le quitó el peso de los hombros. La verdad era que sus compañeros se sentían un poco avergonzados de ir con él tras descubrir cuántos niveles les sacaba.
Como Weed hacía de líder y hacia el mayor daño en casi todas las batallas, se sentían como accesorios en su aventura. Para ser verdaderos compañeros de equipo, todos tienen que estar en igualdad de condiciones, y el equipo no puede trabajar bien si algunos están siempre pensando que están dependiendo de las habilidades de otro de los miembros.
- Ya veo. Entonces, aceptaré la misión – dijo Weed, que regresó al lado de Ghandilva – Haré la estatua de Freya, señor.
Has aceptado la misión.
- ¡Gracias, Weed-nim! Por favor, empieza lo antes posible a crearla – respondió el anciano.
Cuando Weed y sus compañeros abandonaron la aldea, Becker y Hosram se les acercaron con sus subordinados.
- Me alegro de volver a verle, Comandante – dijo Becker.
- ¿Y los demás? – preguntó Weed.
- Han salido a perseguir a los hombres-lagarto que huyeron – respondió Hosram.
Weed supuso que el resto de las fuerzas estarían persiguiendo los restos del ejército que había sido expulsado de la aldea.
- ¿Y vosotros? – volvió a preguntar.
- Sir Darius nos ordenó a los soldados del Ejército de Rosenheim que nos quedásemos atrás – respondió Becker.
Si Weed no se equivocaba, Darius había asignado a los soldados para que defendiesen la aldea, para así poder quedarse todo el reconocimiento de la misión para sí mismo.
Solo los soldados de Rosenheim se habían quedado atrás, en misión de guardia.
* * * * *
Weed llevó a su equipo a un lugar aislado. En su mano estaba la semilla.
- Ah, por cierto, esa es la recompensa que obtuvimos por rescatar a los aldeanos, ¿para qué diablos es?
Al oír la pregunta de Surka, Weed se limitó a mirar la semilla, y dijo:
- Para ser honesto, tengo un libro bastante extraño. En ese libro hay una historia, según la cual…
¡La Ciudad del Cielo!
Cuando Weed les habló del libro que había recibido de Volk, hasta el normalmente tranquilo Pale se sorprendió.
Todos los aventureros del continente de Versailles tenían un sueño.
Un continente fantástico. Una tierra en la que vivían las leyendas y los misterios. Todos querían dejar su huella en un territorio desconocido, en el que nadie hubiese estado antes.
Explorar una mazmorra desconocida y desentrañar sus secretos.
Un hombre que descubría un nuevo territorio obtenía muchas oportunidades, además de un aumento de su fama: la oportunidad de crecer… y la de morir.
- La Ciudad del Cielo… ¿De verdad crees que ese sitio existe? Había oído hablar de la Ciudad Bajo Tierra, pero… – dijo Pale.
- ¿La Ciudad Bajo Tierra? – esta vez le tocó a Weed preguntar.
- Si, es una conocida ciudad subterránea a gran profundidad construida por los enanos. Allí está el palacio de su raza.
- ¿Los jugadores que eligen la raza de los enanos pueden empezar allí?
- La verdad es que no. Según lo que he oído, no todos los enanos pueden entrar. Hay muy poca gente que lo haya visto. Si vas, puedes adquirir el nivel intermedio de la habilidad Herrería, y aprender la habilidad Artesanía.
Los enanos.
Para Weed, que había escogido la clase Escultor, eran un dolor de cabeza.
Para que un humano pudiese aprender la habilidad Artesanía, tenía que escoger una clase relacionada con las habilidades artesanales.
Un escultor podía aprenderla con un nivel básico de la habilidad Dominio de la Escultura.
En el caso de Weed, la había obtenido aún antes de adquirir la clase, al completar la exclusiva misión encadenada del heredero de Zahab. Pero no todo el mundo podía esperar tener tanta suerte como él.
Y menos gente aún recibía semejante posibilidad.
Cocineros y herreros tenían que llevar su habilidad hasta, al menos, el nivel intermedio para aprender la habilidad Artesanía. Un sastre podía aprenderla cuando llegaba al nivel básico 8 de su habilidad Sastrería.
A menos que seleccionases una profesión artesanal, no podías llegar al nivel intermedio de ninguna habilidad artesanal, por lo que si querías adquirir la habilidad Artesanía era imprescindible la habilidad Sastrería.
Pero los enanos nacían con la habilidad Artesanía en cuanto activaban su cuenta.
¡Con cantidades ingentes de Aguante y una Fuerza imponente por naturaleza, los enanos tenían incluso una notable Artesanía!
Weed no podía dejar de observar con atención las actividades de esa raza.
En cambio, los enanos eran bajos, y estaban penalizados en el lanzamiento de hechizos, la monta a caballo y las habilidades de combate.
Weed quería visitar la Ciudad Bajo Tierra algún día.
- Si me surge la oportunidad, me gustaría ir allí – dijo en voz alta.
- No será fácil. Por lo que he oído, son muy hostiles hacia los humanos. Allí solo se repetían a los buenos artesanos. A menos que obtengas un cierto nivel de reconocimiento entre ellos, no te darán permiso para entrar – explicó Pale.
Los maestros de la Escultura como Zahab y Geihar Von Arpen podían haber estado en la Ciudad Bajo Tierra.
Tengo la corazonada de que allí abajo tiene que haber información relevante sobre el misterio del arte escultórico.
Olvidando su corazonada por el momento, Weed volvió a la misteriosa semilla que le había dado Ghandilva.
- Muy bien. Vamos. Si me equivoco, habremos perdido el tiempo en nada – dijo.
- Seguro que tomaste la decisión correcta.
- Tengo un buen presentimiento sobre todo esto.
Irene y Romuna le animaron.
- ¡Identificar! – animado por las expectativas de sus compañeras, Weed usó con tensión su habilidad.
Semilla del Árbol Celestial
Durabilidad: 1/1
Efectos:
Guía a la Ciudad del Cielo.
Requisitos:
Debes plantarlo cerca del Poblado Baran.
Cuando hubo terminado de leer la ventana del objeto, cerró los ojos un momento, y entonces los volvió a abrir lentamente.
Sus compañeros esperaban impacientes para oír las noticias.
- Es real.
En cuanto lo confirmó, el resto del grupo se alborozó. Pero aún quedaban asuntos que discutir.
- No quiero que me vean sembrando la semilla y subiendo a la Ciudad del Cielo.
Weed iba a llevar a su grupo, pero enseñárselo a Darius y sus seguidores, o a los demás miembros de la fuerza de asalto, no le interesaba.
Egoísmo.
O podría ser considerado egocentrismo si se desea.
Aun así, habían sido Pale, Surka, Irene y Romuna quienes habían estado en la misión secreta con él para obtener la semilla.
- Estoy de acuerdo. Si hay una Ciudad del Cielo, alguien terminará descubriéndola y permitirá que todo el mundo pueda acceder, pero no tenemos por qué ser nosotros – dijo Pale, apoyando la idea de Weed.
No se trataba de monopolizar la información. Era más que quien adquiría un conocimiento tenía el derecho a explotarlo.
Si todo el mundo descubría la existencia de la Ciudad del Cielo, el mérito de su descubrimiento disminuiría, y todos sus esfuerzos hasta ese momento se quedarían en nada.
Vivir por un estricto código moral era una decisión absurda.
Imagina que la Ciudad del Cielo se hiciese pública, ¿quién le revelaría sus secretos o compartiría sus misiones para compensar su inocencia?
- Supongo. Es muy pronto para comentárselo a nadie – dijo Irene.
- ¡Vamos a ir solos! – exclamó Surka.
Pronto llegaron a un acuerdo general sobre ese punto.
Así que la partida hacia la Ciudad del Cielo fue pospuesta por el momento.
Weed tenía que terminar la misión de la Estatua de la Diosa, y la fuerza de asalto de sus compañeros aún seguía en marcha.
Decidieron que partirían hacia la Ciudad del Cielo en cuanto hubiesen terminado con todo lo que tenían que hacer.
Estaban medio excitados, y medio preocupados por la idea de ponerse a explorar una nueva región. Si resultaba ser demasiado difícil para ellos, seguramente disfrutarían brevemente del nuevo escenario antes de volver con las manos vacías. Toda exploración siempre tenía esas dolorosas posibilidades.
* * * * *
Weed se creó una buena excusa para Darius y sus secuaces, que acababan de regresar a la aldea. Le preocupaba que le pudiesen preguntar por qué su grupo no había dado señales de vida en la batalla.
Pero cuando regresaron al Poblado Baran, las cansadas tropas eran menos de un centenar, y estaban peleando entre sí intensamente.
- ¡La culpa es tuya!
- ¿De qué quieres responsabilizarme ahora?
- ¡Tu patético plan ha hecho que mi amigo muriese!
- Era su responsabilidad cuidar de su propia vida.
- ¡Y encima le echas la culpa a la víctima!
Mientras recuperaban a la fuerza el Poblado Baran y acababan con los restos de los hombres-lagarto, las tropas habían sufrido un gran número de bajas.
Para empezar, el grupo de desconocidos no podía ejecutar tácticas con un mínimo de complejidad, por lo que habían perdido un gran número de jugadores desconcertados en una lucha sin cuartel.
Como consecuencia, no había aprecio entre Darius y los demás miembros de la fuerza de asalto.
- Acabamos de participar en una batalla, parte de una guerra – respondió Darius – unas pocas bajas son un aspecto inevitable de las guerras, ¿no? Supéralo.
- ¿Unas pocas bajas? ¿Estás diciendo que la muerte de mi amigo es una baja inevitable? ¿Es que no te importa un carajo? ¡Todo esto es culpa de tu mal liderazgo! – gritaron los jugadores enfadados por la muerte de su amigo.
- ¿No estaban ansiosos por aceptar seguir mi mal liderazgo? Me estoy cansando de tantas quejas, después de la aplastante victoria de hoy.
- ¡Pero qué diablos!
La disputa entre Darius y sus hombres subió de tono.
Con tantas bajas, a nadie le importaba si Weed y su grupo se habían ausentado durante la misión.
Weed estudió a Darius y sus compañeros. Ninguno parecía herido, todos estaban sanos y salvos.
- Seguro que se han quedado con la mayoría de los XPs de la fuerza de asalto. Lanzaron a los demás hacia una trampa, y solo cuando los hombres-lagarto empezaron a estar débiles y cansados se metieron en la batalla y se dedicaron a acabar con los monstruos.
En una batalla de tamaño medio, dependía del líder del ejército decidir cómo luchar, lo que podía cambiar completamente el resultado de la batalla.
Más adelante Weed descubrió que los hombres-lagarto se habían escondido en el bosque y mandado a algunos para atraer a las tropas.
En el bosque tenían más poder.
Un gran ejército estaba bastante inmovilizado en un bosque, en el que los defensores estaban mejor situados que los atacantes.
Darius y los suyos se habían enfrentado al cebo, y el cuerpo principal había recibido la orden de penetrar en el bosque.
Mientras ellos jugaban con los hombres-lagarto que hacían de cebo, la fuerza principal se había visto atrapada por el ataque de los hombres-lagarto.
¡Cuando los jugadores por fin hubieron cansado y herido a la mayoría de los rivales, Darius y su gente, que habían terminado con el cebo, aparecieron de pronto, acabando con ellos!
En resumen, Darius y su gente habían acumulado la mayor cantidad de fama y XPs.
- Hice lo que pude. Maté a la mayoría de los hombres-lagarto, y mis amigos les salvaron la vida. Deberían mostrarme más respeto – dijo con calma.
- ¿Qué? ¿Te crees que no entendemos cuál es tu plan?
- ¿Cómo puede decir algo así? No es tan listo como se piensa.
- No es más que un líder de segunda.
Cuando los jugadores de la fuerza de asalto empezaron a acusar en voz alta a su comandante, Darius y los suyos por fin reaccionaron.
- Si tienes lo que hay que tener, deja de hablar, y rétame a un duelo como un hombre – dijo – y tú, mujer, no estarías en la fuerza de asalto si no te hubiese escogido.
Weed observó la situación con cinismo.
Vaya un puñado de estúpidos.
Darius se había ganado una mala reputación entre los jugadores a cambio de un poco de fama y algunos puntos de servicios públicos.
Había abandonado el pez grande para coger uno más pequeño que tenía delante.
Tienes que coger los pequeños discretamente, sin llamar la atención, y los grandes de forma llamativa. Después, tienes que volver a mirar por si te has dejado algo. Esa es la forma correcta de hacer las cosas.
Aun así, los demás tampoco se libraban por su estupidez colectiva.
¿Qué habían visto en Darius para seguirle sin hacer preguntas? Si se hubiesen parado a cuestionarse sus intenciones, no habrían estado a su merced.
Era su falta por confiar demasiado en un desconocido. Si hubiesen sido más cautos, sus amigos no habrían muerto.
LA ESTATUA DE LA DIOSA FREYA
A medida que Weed y sus compañeros se aproximaban al fuerte de los hombres-lagarto, el número de monstruos que aparecía en su camino para morir aumentaba rápidamente.
- Ya hemos acabado con más de cuarenta hombres-lagarto…
- Aún estamos en la frontera. ¿Cuántos más crees que estarán reunidos en el interior? – Irene y Romuna hablaban por turnos, pero Weed se limitó a sonreír.
- A ver, todos sabéis que los hombres-lagartos suelen vivir en grupos, ¿verdad?
- Si, Weed-nim. están más unidos que los orcos – respondió Irene.
- Ajá. También son muy celosos en la defensa de su territorio. ¿Qué pasa cuando alguien se cuela en su terreno? – preguntó Weed.
- ¡Qué van a luchar para expulsar al intruso! – respondió Surka.
- Así es. Eso es lo que hace tan temibles a los hombres-lagartos entre los jugadores.
- ¿No significa eso que ahora estamos en problemas?
Weed y los demás estaban avanzando por un valle. A menudo se paraban donde podían para recuperar maná y no malgastar las fuerzas.
En ese momento, decidió que era el momento de poner las cartas sobre la mesa.
- En circunstancias normales yo también diría que estaríamos en peligro, pero en esta ocasión podemos contar con la ayuda de Darius.
Al oír ese comentario, los demás comprendieron de dónde surgía la tranquilidad de Weed.
- ¿Y eso que signi…? ¡Oh, ya entiendo! – dijo Surka.
- ¡Es verdad, podemos contar con Darius! – corroboró Romuna.
El fuerte de los hombres-lagarto.
En esos momentos debían estar luchando ferozmente contra la fuerza de asalto que había invadido su territorio.
En otras palabras, el campamento base debía estar casi abandonado, protegido únicamente por un puñado de hombres-lagarto guerreros.
Además, Weed suponía que los tesoros que los hombres-lagarto habían saqueado de los poblados cercanos tendrían que estar almacenado allí también.
A la vista de la opinión general, su objetivo al explorar el valle del oeste era para completar la misión de Ghandilva, pero sus verdaderas intenciones eran otras.
- A partir de ahora nos esperan enemigos más fuertes. ¿Qué les parece si empezamos a separarlos? – preguntó Weed.
- ¡Entendido! – respondió Surka de inmediato.
- Deberíamos tener cuidado. No podemos dejar que se nos acerquen demasiados a la vez – continuó Weed.
Surka hizo un gran trabajo atrayendo a los hombres-lagarto uno a uno. Su alta Agilidad le permitía seleccionar y atraer a enemigos individualmente.
- ¡Vengan, sucios reptiles!
- ¡Kruuu!
- ¡Humana, estás muerta! los enfurecidos hombres-lagarto empezaron a perseguir a Surka. Weed y Pale rápidamente cargaron flechas en sus arcos, apuntaron y dispararon a los perseguidores.
*Shuiii* Mientras Weed disparaba las flechas una a una, Pale disparaba varias a la vez tan rápido que sus manos parecían casi invisibles.
Sus niveles en Arquería eran muy diferentes, por no mencionar los efectos sinérgicos de las otras habilidades de Pale.
La Arquería de Weed había avanzado por encima de su nivel mientras cazaba goblins, pero aun así no era nivel para Pale, cuyas manos nunca abandonaban el arco.
Pale, aún antes de que una de sus flechas alcanzase su objetivo, ya había cargado y disparado la siguiente.
Desde el nivel 5, cuando se convirtió a la clase explorador, había estado aumentando las habilidades Tiros Encadenados y Penetrante, lo que había aumentado el poder de sus disparos.
Weed seguía disparando flechas hasta que los hombres-lagartos se le acercaban demasiado. El daño que causaba era bajo, pero su experiencia con la habilidad no dejaba de subir.
No, al fin y al cabo, su personalidad no le permitía esperar sentado a que el enemigo se le acercase.
¿Por qué debería esperar a que los XPs… no, los enemigos, se me acerquen?
Adoraba luchar, nunca se cansaba de ellos. En ese momento era imparable.
- ¡Iai! ¡Iai! ¡Iai! – de su boca surgían una y otra vez gritos de combate.
Irene y Romuna se rieron al oírlos. Ya se lo habían mencionado anteriormente a Weed, quien había reconocido que era algo que no podía evitar.
Para él, era como un rugido de triunfo que se le escapaba solo cuando estaba muy animado.
Por suerte, aún tenía que llegar la ocasión en que otros monstruos le oyesen gritar y cargasen hacia su equipo, aunque su involuntario hábito le hacía pasar cierta vergüenza cuando estaba luchando hombro con hombro junto a otros jugadores.
Weed siempre muestra una actitud serena, pero a veces se descontrola y se vuelve bastante infantil, pensó Irene.
En una ocasión tuvieron una batalla ridícula contra 6 hombres-lagartos.
En el momento en que empezó la pelea, 2 de los monstruos fueron destruidos por la espada de Weed, así que solo quedaban 4.
Dejó a esos 4 en paz porque si hubiese acabado con ellos, Romuna, Surka y Pale se hubiesen visto privados de unos preciosos XPs.
Peor aún, el maná de Weed estaría demasiado vacío, mientras el de Irene estaría casi sin usar, lo que obligaría a todo el equipo a descansar para que él pudiese rellenarlo. Estarían desperdiciando un valioso tiempo, corriendo el riesgo de retrasarse más allá del límite temporal de la misión.
Dos de los hombres-lagartos fueron tras Surka, pero los otros 2 cargaron hacia Weed para vengarse por sus camaradas caídos.
La espada de Weed necesitaba una reparación, estando como estaba por debajo de 10 puntos de durabilidad. Además de que una poderosa técnica ejercía una gran carga en el arma que se usaba, disminuyendo la durabilidad más rápidamente, había estado luchando sin descanso.
- Des-equipar la espada de hierro.
Weed devolvió su espada al inventario y apretó los puños.
¡La habilidad característica de Surka!
- ¡Yon-han-kwon! – los puños de Weed lanzaron una incesante descarga de ataques sobre su desafortunada víctima.
Aunque había gritado el nombre de la habilidad, no era como si la habilidad se hubiese activado realmente. De entrada, ni siquiera la había aprendido, por lo que no le era posible utilizarla.
Lo que había hecho era imitar la forma en la que Surka había utilizado los puños lo mejor que pudo sobre el hombre-lagarto.
Había aprendido artes marciales durante todo un año con la esperanza de poder golpear a los monstruos con las manos desnudas, y por fin había llegado el momento.
Y, ni falta hace decirlo, el efecto de sus puñetazos era terrorífico.
*PAM-PAM-PAM-PAM* Las manos de Weed se movían a un ritmo imposible de seguir.
Mientras vapuleaba sin piedad al enemigo, su habilidad de Artesanías intermedia añadía un 50% al Poder de Ataque de sus puñetazos.
- ¡Ugh!
- ¡Puños humanos, duelen!
Weed se pegó a su rival, golpeando cada vez que veía un hueco en su defensa. Los hombres-lagarto atacaban con sus espadas en represalia.
La cosa era que tanto el monstruo como Weed estaban obsesionados con terminar con el otro antes de que el otro terminase con ellos.
Los pasos de Weed eran ligeros. Cada vez que su cuerpo se mecía, lanzaba un puñetazo al hombre-lagarto. Sus tobillos y su cintura se movían según su voluntad, añadiendo fuerza a sus puños, que impactaban en el estómago y el pecho de los hombres-lagarto.
- ¡Ugh!
- ¡Traicionero humano! ¡Golpea el mismo punto una y otra vez! – los hombres-lagartos retrocedían ante el dolor.
- ¡Weed-nim, sigue presionando! – Irene estaba ocupada sanando a los que estaban en primera línea desde la retaguardia. Su experiencia sanando era aceptada por todos. Cuando la vida de cualquiera de los otros bajaba del 70%, su Mano Sanadora restauraba la salud. Una táctica con pocos riesgos y muy efectiva.
Weed estaba disfrutando la experiencia de golpear a los enemigos con las manos desnudas. Prefería este combate a la espada, ya que, como podía sentirlo mejor, parecía más real.
Los hombres-lagarto y Weed se estaban vapuleando mutuamente, pero el resultado no era el mismo. Las caras de los monstruos estaban retorcidas por el dolor, pero en la de Weed había una sonrisa.
Estaba lanzando sus poderosos puños, gritando de placer.
Mientras tanto, Romuna y Pale lanzaban hechizos y flechas respectivamente, para deshacerse de los otros dos enemigos que se habían abalanzado sobre Surka.
Sin rastro de esperanza, los dos hombres-lagarto que se enfrentaban con Weed estaban recibiendo la paliza de sus vidas, pero aún seguían vivos.
Nuevo Atributo: Resistencia.
El nuevo atributo solían recibirlo los guerreros en sus primeras aventuras.
A medida que se desarrollaba, reducía el daño causado por el enemigo, e incluso aumentaba ligeramente la vida del jugador.
Podías invertir algunos de los puntos de atributo de la subida de nivel en ese atributo, pero la mayoría decidía dejar que se desarrollase por sí mismo al recibir ataques cuerpo a cuerpo.
Después de que el nuevo atributo se hubiese añadido a su lista los movimientos de Weed empezaron a ser más tácticos. Comprobó cuanto maná tenía Irene y dejó que los hombres-lagartos le alcanzasen con sus espadas.
La habilidad crecía según recibía daños.
Este era realmente un poder que se obtenía mediante dolor y sufrimiento.
Weed era un tipo de persona que aceptaba encantado los ataques de los hombres-lagarto mientras fuese aceptable según el nivel de maná de Irene.
En Royal Road, sientes el dolor cuando recibes un ataque. Weed hasta lo estaba disfrutando.
- ¡Kuiiihh!
Uno de los hombres-lagarto por fin cayó con un grito de agonía.
Weed había conseguido el nada desdeñable logro de vapulear al hombre-lagarto hasta la muerte en medio de una batalla.
Los otros 3 hombres-lagartos se vieron rodeados por Romuna, Pale y Surka, y ofrecieron algo de resistencia antes de morir.
Weed había matado por su cuenta a 3, pero no hubiese sido fácil ni con la espada de hierro de no haber contado con que Irene regenerase constantemente su salud. La victoria había requerido la participación de los 5 miembros del equipo.
* * * * *
Surka iba a atraer grupos de hombres-lagarto cuando había 2 o más grupos en las inmediaciones del grupo.
De no ser así, Pale simplemente les disparaba una flecha, y lo más habitual era que Weed se limitase a cargar abiertamente al enemigo.
Weed se abalanzaba hacia las filas de los hombres-lagarto blandiendo su hoja a diestro y siniestro. Sus compañeros corrían tras él para ayudarle a acabar con los monstruos. Y a continuación se alejaban victoriosos del lugar de la batalla. Eso era lo que a Weed más le gustaba de sus compañeros:
Normalmente mientras avanzaban eran charlatanes y ruidosos, pero en el momento de empezar una batalla, se callaban y se ponían en serio.
Habían sido completamente domesticados por Weed.
Desde que cazaban zorros delante de la Ciudadela, habían aprendido cómo cazar monstruos de forma rápida y eficiente.
Cuando por fin entraron en el fuerte de los hombres-lagarto tras neutralizar a algunos guardias-lagarto vieron un puñado de cabañas de paja repartidas por el desolado valle.
Los cautivos están por ahí, pensó Weed. Sus ojos brillaron.
Los padres de los críos habían sido confinados en una jaula de madera de ramas entrelazadas.
Weed estudió un rato la situación.
Había 10 hombres y mujeres encerrados en la jaula, y había localizado 8 hombres-lagarto montando guardia en las inmediaciones.
¡Ocho!
Si no se preocupaba por el maná, podría acabar con dos, tres como mucho, en un ataque sorpresa, pero en ese caso sus compañeros tendrían que encargarse de los cinco restantes.
Estaba convencido de que al final saldrían victoriosos, pero Irene y Romuna, que tenían poca vida y defensa, podían acabar muertas. Los magos y los clérigos estarían en peligro tras solo un par de ataques de un hombre-lagarto.
- Será mejor que rescatemos primero a los cautivos. Yo alejaré al grupo de enemigos – Surka sabía que era el momento de actuar, y se puso en marcha.
- ¡Humana!
- ¿Cómo ha llegado hasta aquí…?
- ¡Matar primero!
Cuando Surka se mostró a los hombres-lagarto, cinco de ellos empezaron a perseguirla. En vez de ir tras ella, los otros tres se quedaron detrás para vigilar a los cautivos.
No son tan tontos como pensaba. Weed miró a Surka a los ojos mientras esta corría. Ambos asintieron.
Weed-nim, correré en un círculo por donde hemos venido, antes de traerlos de vuelta.
Gracias, Surka-nim. Con eso tendremos suficiente.
Weed y Surka dialogaron rápidamente mediante susurros.
Tranquilizados al ver que Surka y sus perseguidores desaparecían, Weed y Pale aparecieron delante del resto de los hombres-lagartos.
- ¡Más humanos!
- Humanos vuelven.
Los 3 monstruos estaban sorprendidos.
- ¡Técnica del Cuchillo de Tallar!
- ¡Flecha de Fuego! ¡Tiro Poderoso!
Los guardias apenas resistieron un segundo ante los intrusos. Weed y Pale los eliminaron rápidamente y abrieron la puerta de la celda. Los padres estaban en el interior, pero completamente aterrorizados. Weed podía comprender lo aterrorizados que estaban, habiendo sido capturados por los hombres-lagarto y esperando su muerte en cualquier momento.
- Hemos venido a petición de Ghandilva, el anciano del Poblado Baran – le dijo a los prisioneros.
- El… el anciano…
- Si, nos pidió que les llevásemos a salvo de regreso. ¿Hay algún herido?
- Por aquí, por favor…
Weed entró en la jaula de madera y realizó unos primeros auxilios con hierbas y vendajes.
Solo con eso, la salud de los heridos mejoró notablemente.
- Weed-nim, Surka-nim ya está de regreso – advirtió Pale.
Surka, que había estado alejando a los hombres-lagarto de la jaula, estaba volviendo.
- Sigan en la jaula un minuto más. Pero prepárense para irnos. Quieren volver a ver a sus hijos, ¿no? – dijo Weed con ternura a los cautivos.
Algunos hubiesen pensado que los aldeanos eran una carga, y, de hecho, en cierto modo, tendrían razón, ya que el equipo tenía la responsabilidad de rescatarlos de los hombres-lagartos y garantizar su regreso a salvo al Poblado Baran.
Pero el pensamiento de Weed iba un paso más allá.
¡Esos adorables XPs! Lo que Weed estaba haciendo era una misión de rescate.
Por cada persona que logarse devolver a salvo al poblado, recibiría una cantidad adicional de XPs como recompensa al completar la misión. Había abandonado los XPs y la fama que se podían haber obtenido al participar en la misión de la fuerza de asalto de exterminar a los hombres-lagarto que habían asaltado el poblado, pero aun así era un buen negocio.
Weed y su grupo terminaron con los cinco hombres-lagarto que habían regresado tras Surka. Rápidamente ocultaron a los aldeanos en un lugar seguro, y fueron a buscar más cautivos, a los que también fueron rescatando.
La decepción llegó al ver lo que los hombres-lagarto habían reunido y apilado en sus saqueos.
Orcos y goblins recopilaban oro y gemas. En clara oposición a esas criaturas avariciosas, los hombres-lagarto, al ser reptiles, no habían reunido nada de valor al atacar la civilización humana.
Por lo que todo lo que el equipo encontró fue una montaña de escudos, armaduras y armas de hierro.
* * * * *
Weed y sus compañeros recogieron hasta la última pieza de armamento sin dejarse nada atrás. El peso máximo que un jugador podía llevar dependía de su Fuerza y Aguante. Hasta Irene y Romuna iban a tropiezos hacia el poblado con una gran carga a cuestas.
Aunque, por supuesto, no solo los miembros del equipo cargaban armas.
- Les hemos salvado – dijo Weed a los rescatados aldeanos. Sus caras mostraron incomodidad ante esas palabras – por supuesto, no les estamos pidiendo ningún tipo de compensación por nuestras acciones. Todo lo que queremos es una semilla que Ghandilva, el anciano, nos ha prometido. Les digo esto para que vean que no les hemos ayudado con la esperanza de obtener una recompensa.
Tranquilizados, los aldeanos parecían menos ansiosos que un momento antes.
Sonriendo tranquilizadoramente, Weed añadió:
- Sé que acaban de sufrir mucho, pero, ¿no podrían ayudarnos a cargar todas estas armas hasta el poblado?
- … – la expresión de los aldeanos cambió una vez más.
Estaban extremadamente agotados por la falta de alimentos. No estaban dispuestos a hacer nada que retrasase aún más su regreso a casa.
- Ah, verán, este valle es casi una fortaleza impenetrable, y además, por lo que he oído, los orcos aparecen por aquí a menudo – ante la palabra “orco”, todos y cada uno de los ciudadanos tuvieron un escalofrío de pánico. Apenas habían sobrevivido a los hombres-lagarto, si lo siguiente que les atacaba era un grupo de orcos, estaban muertos.
>> Ahora imagínense que los orcos dan con este sitio, estarán encantados al dar con este arsenal. Podrían utilizarlo para asaltar el Poblado Baran, que está justo descendiendo del valle. Por eso creo que hay que llevarse todas las armas de aquí. Por favor, ayúdennos.
Persuadidos por Weed, los aldeanos terminaron llevando tanto como podían mientras descendían del valle.
Mientras, los hombres-lagartos habían sido barridos fuera del Poblado Baran por Darius y sus tropas.
El poblado estaba devastado, pero los aldeanos rescatados lloraban de placer por haber podido regresar a su hogar, aunque estuviese en esas condiciones.
En la puerta principal del Poblado Baran, Weed les volvió a hablar.
- Muchas, muchísimas gracias, amigos míos. No podríamos haber llegado a salvo hasta aquí de no haber contado con su ayuda. Nosotros nos encargaremos del resto, así que ya pueden volver con sus pequeños. Están esperando desesperados que sus papis y mamis vuelvan.
En cuanto hubo terminado de hablar, los aldeanos soltaron la pesada carga y se separaron por todas partes, buscando cada uno a sus hijos.
Ghandilva estaba esperando con los críos en un claro cerca de la puerta.
- ¡Madre!
- ¡Padre!
- ¡Selen! ¡Estás bien!
- ¡Maron! ¡Menos mal que estás vivo!
Era una conmovedora reunión entre padres e hijos. Ghandilva se acercó a Weed, acariciándose la blanca barba.
- Has completado la misión, Weed-nim.
- Así es, señor – dijo Weed lo más humildemente posible.
- Estoy agradecido de que hayas rescatado a mis queridos aldeanos. Si le soy honesto, no esperaba que lograras tanto… Has hecho un gran trabajo. Ninguno de nosotros olvidará jamás lo que has hecho por nosotros.
¡Misión Completada!
Calamidad en el Poblado Baran.
Las familias separadas han sido reunidas por los valientes héroes que buscaban justicia.
El poblado había sido destruido por los hombres-lagarto, pero el canto de los gallos y los ladridos de los perros pronto volverán a animar sus calles.
Los pequeños se relajaron al ver a sus padres a salvo. Hasta el día que sus ojos se llenen de lágrimas por una regañina de sus padres, los niños estarán agradecidos a los bravos héroes.Recompensa
[+15 Fama] Fama aumentada.
XPs
Semilla sin Nombre
Subes de Nivel
La fama y los XPs fueron distribuidos a partes iguales entre todos los miembros del equipo, pero la semilla la recibió Weed, que era el líder del equipo.
- La gente del Poblado Baran está en deuda con ustedes.
- No, señor. Solo hemos hecho lo que debíamos. Siempre haremos todo lo que podamos con la esperanza de mantener la paz y la prosperidad del Poblado Baran.
Había muchos factores involucrados en el hecho de recibir una misión.
Si un NPC necesitaba que una misión se cumpliese inmediatamente, se la ofrecían a la primera persona que se encontrasen, pero la mayoría esperaran a que aparezca uno de sus jugadores favoritos, de haberlos, para que le ayude con el problema antes que confiárselo a un completo desconocido.
- Darius, creo que esto lo vas a lamentar.
Weed había ganado una gran cantidad de confianza de Ghandilva el anciano. Los aldeanos que habían sido rescatados por Weed y su equipo se sentirían en deuda con ellos, y eso actuaría a su favor al comprar o usar varios de los servicios del poblado.
Si Darius pensaba que no había mucho que ganar del Poblado Baran, no estaría preocupado. Pero si había planeado extender su influencia a la provincia del sur utilizando su posición como comandante de la fuerza de asalto, tendría que pagar por su error.
Obviamente, era más probable que una sutil amistad fuese una mejor baza para el futuro que una recompensa material.
Bajo circunstancias normales, Darius no habría rechazado la misión, pero en este caso, había sido el líder de la fuerza de asalto.
Habría sido una difícil decisión abandonar su misión de dirigir a las tropas a derrotar a los hombres-lagarto por una gran recompensa, simplemente para rescatar a un puñado de aldeanos del fuerte de los monstruos.
Por esa razón, Weed comprendía la decisión de Darius, pero sentía pena por él al mismo tiempo.
Las oportunidades no se muestran a menudo. Como accidentes completamente imprevistos, vienen y van.
De repente Ghandilva cogió las manos de Weed.
- Acabo de recordar que tengo otro favor que pedirle, Weed-nim. Sé que eres un hombre digno de confianza. Según comentan los soldados de la fuerza de asalto, eres un escultor. ¿Es eso cierto?
- Así es – respondió Weed con calma.
- Antes teníamos una estatua de Freya en el centro de la aldea a la que venerábamos.
Freya era la diosa más venerada en el reino de Rosenheim. Era conocida por gobernar la prosperidad y la belleza.
- Siempre rezábamos para conseguir paz y prosperidad a la estatua – dijo Ghandilva con rostro apesadumbrado – Pero a principios de años se rompió accidentalmente. Ahora que lo pienso, me temo que el origen de todas nuestras recientes desgracias se remontan a aquella época.
- ¿Quieres que restaure la estatua de la diosa?
- Así es, Weed-nim. Quisiera que tallaras una nueva estatua de Freya. Hace tiempo le pedí a una extranjera de confianza que trajese una nueva estatua, pero no he tenido noticias de ella desde entonces. ¿Quisieras tallarnos una estatua, por favor?
Estatua de la Diosa Freya.
Freya, diosa de la belleza y la prosperidad es la diosa patrona del Poblado Baran. Su estatua estaba en la plaza central, pero se rompió cuando una inundación hizo que un pino le cayese encima. Aunque los hombres-lagarto hayan sido derrotados, los aldeanos no podrán vivir en paz hasta que se haya restaurado la estatua de la diosa.
Nivel de Dificultad Misión de clase.
Requisitos :
Solo disponible para escultores.
Era una misión de clase exclusiva para escultores. El nivel de dificultad y las recompensas estaban sin definir, ya que dependían directamente del resultado.
Las recompensas de muchas misiones se basaban en esa misma regla. Salvo en misiones muy definidas, como trasladar un objeto o enviar un mensaje, las recompensas podían variar en gran medida dependiendo del resultado.
- Por favor, déme un momento. Tengo que consultarlo con mis compañeros.
Tras este intercambio, sus compañeros, que habían estado escuchando sin prestar demasiada atención, sonrieron y le felicitaron.
- ¡Enhorabuena, Weed-nim! Buena suerte – dijo Surka.
- Cuando dejamos la fuerza de asalto creí que estábamos cometiendo un error, pero ahora estoy orgullosa de haberlo hecho – dijo Romuna, sonriendo.
- Surka-nim, Romuna-nim, gracias – respondió él – Pero, si acepto esta misión, no podré ir a cazar con ustedes en unos cuantos días.
Weed estaba buscando consejo en sus amigos, y Pale se mostró más que dispuesto a dárselo.
- A nosotros nos parece bien. Lo que queda de la misión de la fuerza de asalto es acabar con los grupos de resistencia aquí y allá. Y como ya hemos luchado con unos cuantos hombres-lagarto, creo que estamos preparados para seguir por nuestra cuenta. Si te somos honestos, Weed-nim, tienes mucho más nivel que cualquiera de nosotros, por eso quisiéramos que aceptaras esta misión.
Pale le quitó el peso de los hombros. La verdad era que sus compañeros se sentían un poco avergonzados de ir con él tras descubrir cuántos niveles les sacaba.
Como Weed hacía de líder y hacia el mayor daño en casi todas las batallas, se sentían como accesorios en su aventura. Para ser verdaderos compañeros de equipo, todos tienen que estar en igualdad de condiciones, y el equipo no puede trabajar bien si algunos están siempre pensando que están dependiendo de las habilidades de otro de los miembros.
- Ya veo. Entonces, aceptaré la misión – dijo Weed, que regresó al lado de Ghandilva – Haré la estatua de Freya, señor.
Has aceptado la misión.
- ¡Gracias, Weed-nim! Por favor, empieza lo antes posible a crearla – respondió el anciano.
Cuando Weed y sus compañeros abandonaron la aldea, Becker y Hosram se les acercaron con sus subordinados.
- Me alegro de volver a verle, Comandante – dijo Becker.
- ¿Y los demás? – preguntó Weed.
- Han salido a perseguir a los hombres-lagarto que huyeron – respondió Hosram.
Weed supuso que el resto de las fuerzas estarían persiguiendo los restos del ejército que había sido expulsado de la aldea.
- ¿Y vosotros? – volvió a preguntar.
- Sir Darius nos ordenó a los soldados del Ejército de Rosenheim que nos quedásemos atrás – respondió Becker.
Si Weed no se equivocaba, Darius había asignado a los soldados para que defendiesen la aldea, para así poder quedarse todo el reconocimiento de la misión para sí mismo.
Solo los soldados de Rosenheim se habían quedado atrás, en misión de guardia.
* * * * *
Weed llevó a su equipo a un lugar aislado. En su mano estaba la semilla.
- Ah, por cierto, esa es la recompensa que obtuvimos por rescatar a los aldeanos, ¿para qué diablos es?
Al oír la pregunta de Surka, Weed se limitó a mirar la semilla, y dijo:
- Para ser honesto, tengo un libro bastante extraño. En ese libro hay una historia, según la cual…
¡La Ciudad del Cielo!
Cuando Weed les habló del libro que había recibido de Volk, hasta el normalmente tranquilo Pale se sorprendió.
Todos los aventureros del continente de Versailles tenían un sueño.
Un continente fantástico. Una tierra en la que vivían las leyendas y los misterios. Todos querían dejar su huella en un territorio desconocido, en el que nadie hubiese estado antes.
Explorar una mazmorra desconocida y desentrañar sus secretos.
Un hombre que descubría un nuevo territorio obtenía muchas oportunidades, además de un aumento de su fama: la oportunidad de crecer… y la de morir.
- La Ciudad del Cielo… ¿De verdad crees que ese sitio existe? Había oído hablar de la Ciudad Bajo Tierra, pero… – dijo Pale.
- ¿La Ciudad Bajo Tierra? – esta vez le tocó a Weed preguntar.
- Si, es una conocida ciudad subterránea a gran profundidad construida por los enanos. Allí está el palacio de su raza.
- ¿Los jugadores que eligen la raza de los enanos pueden empezar allí?
- La verdad es que no. Según lo que he oído, no todos los enanos pueden entrar. Hay muy poca gente que lo haya visto. Si vas, puedes adquirir el nivel intermedio de la habilidad Herrería, y aprender la habilidad Artesanía.
Los enanos.
Para Weed, que había escogido la clase Escultor, eran un dolor de cabeza.
Para que un humano pudiese aprender la habilidad Artesanía, tenía que escoger una clase relacionada con las habilidades artesanales.
Un escultor podía aprenderla con un nivel básico de la habilidad Dominio de la Escultura.
En el caso de Weed, la había obtenido aún antes de adquirir la clase, al completar la exclusiva misión encadenada del heredero de Zahab. Pero no todo el mundo podía esperar tener tanta suerte como él.
Y menos gente aún recibía semejante posibilidad.
Cocineros y herreros tenían que llevar su habilidad hasta, al menos, el nivel intermedio para aprender la habilidad Artesanía. Un sastre podía aprenderla cuando llegaba al nivel básico 8 de su habilidad Sastrería.
A menos que seleccionases una profesión artesanal, no podías llegar al nivel intermedio de ninguna habilidad artesanal, por lo que si querías adquirir la habilidad Artesanía era imprescindible la habilidad Sastrería.
Pero los enanos nacían con la habilidad Artesanía en cuanto activaban su cuenta.
¡Con cantidades ingentes de Aguante y una Fuerza imponente por naturaleza, los enanos tenían incluso una notable Artesanía!
Weed no podía dejar de observar con atención las actividades de esa raza.
En cambio, los enanos eran bajos, y estaban penalizados en el lanzamiento de hechizos, la monta a caballo y las habilidades de combate.
Weed quería visitar la Ciudad Bajo Tierra algún día.
- Si me surge la oportunidad, me gustaría ir allí – dijo en voz alta.
- No será fácil. Por lo que he oído, son muy hostiles hacia los humanos. Allí solo se repetían a los buenos artesanos. A menos que obtengas un cierto nivel de reconocimiento entre ellos, no te darán permiso para entrar – explicó Pale.
Los maestros de la Escultura como Zahab y Geihar Von Arpen podían haber estado en la Ciudad Bajo Tierra.
Tengo la corazonada de que allí abajo tiene que haber información relevante sobre el misterio del arte escultórico.
Olvidando su corazonada por el momento, Weed volvió a la misteriosa semilla que le había dado Ghandilva.
- Muy bien. Vamos. Si me equivoco, habremos perdido el tiempo en nada – dijo.
- Seguro que tomaste la decisión correcta.
- Tengo un buen presentimiento sobre todo esto.
Irene y Romuna le animaron.
- ¡Identificar! – animado por las expectativas de sus compañeras, Weed usó con tensión su habilidad.
Semilla del Árbol Celestial
Durabilidad: 1/1
Efectos:
Guía a la Ciudad del Cielo.
Requisitos:
Debes plantarlo cerca del Poblado Baran.
Cuando hubo terminado de leer la ventana del objeto, cerró los ojos un momento, y entonces los volvió a abrir lentamente.
Sus compañeros esperaban impacientes para oír las noticias.
- Es real.
En cuanto lo confirmó, el resto del grupo se alborozó. Pero aún quedaban asuntos que discutir.
- No quiero que me vean sembrando la semilla y subiendo a la Ciudad del Cielo.
Weed iba a llevar a su grupo, pero enseñárselo a Darius y sus seguidores, o a los demás miembros de la fuerza de asalto, no le interesaba.
Egoísmo.
O podría ser considerado egocentrismo si se desea.
Aun así, habían sido Pale, Surka, Irene y Romuna quienes habían estado en la misión secreta con él para obtener la semilla.
- Estoy de acuerdo. Si hay una Ciudad del Cielo, alguien terminará descubriéndola y permitirá que todo el mundo pueda acceder, pero no tenemos por qué ser nosotros – dijo Pale, apoyando la idea de Weed.
No se trataba de monopolizar la información. Era más que quien adquiría un conocimiento tenía el derecho a explotarlo.
Si todo el mundo descubría la existencia de la Ciudad del Cielo, el mérito de su descubrimiento disminuiría, y todos sus esfuerzos hasta ese momento se quedarían en nada.
Vivir por un estricto código moral era una decisión absurda.
Imagina que la Ciudad del Cielo se hiciese pública, ¿quién le revelaría sus secretos o compartiría sus misiones para compensar su inocencia?
- Supongo. Es muy pronto para comentárselo a nadie – dijo Irene.
- ¡Vamos a ir solos! – exclamó Surka.
Pronto llegaron a un acuerdo general sobre ese punto.
Así que la partida hacia la Ciudad del Cielo fue pospuesta por el momento.
Weed tenía que terminar la misión de la Estatua de la Diosa, y la fuerza de asalto de sus compañeros aún seguía en marcha.
Decidieron que partirían hacia la Ciudad del Cielo en cuanto hubiesen terminado con todo lo que tenían que hacer.
Estaban medio excitados, y medio preocupados por la idea de ponerse a explorar una nueva región. Si resultaba ser demasiado difícil para ellos, seguramente disfrutarían brevemente del nuevo escenario antes de volver con las manos vacías. Toda exploración siempre tenía esas dolorosas posibilidades.
* * * * *
Weed se creó una buena excusa para Darius y sus secuaces, que acababan de regresar a la aldea. Le preocupaba que le pudiesen preguntar por qué su grupo no había dado señales de vida en la batalla.
Pero cuando regresaron al Poblado Baran, las cansadas tropas eran menos de un centenar, y estaban peleando entre sí intensamente.
- ¡La culpa es tuya!
- ¿De qué quieres responsabilizarme ahora?
- ¡Tu patético plan ha hecho que mi amigo muriese!
- Era su responsabilidad cuidar de su propia vida.
- ¡Y encima le echas la culpa a la víctima!
Mientras recuperaban a la fuerza el Poblado Baran y acababan con los restos de los hombres-lagarto, las tropas habían sufrido un gran número de bajas.
Para empezar, el grupo de desconocidos no podía ejecutar tácticas con un mínimo de complejidad, por lo que habían perdido un gran número de jugadores desconcertados en una lucha sin cuartel.
Como consecuencia, no había aprecio entre Darius y los demás miembros de la fuerza de asalto.
- Acabamos de participar en una batalla, parte de una guerra – respondió Darius – unas pocas bajas son un aspecto inevitable de las guerras, ¿no? Supéralo.
- ¿Unas pocas bajas? ¿Estás diciendo que la muerte de mi amigo es una baja inevitable? ¿Es que no te importa un carajo? ¡Todo esto es culpa de tu mal liderazgo! – gritaron los jugadores enfadados por la muerte de su amigo.
- ¿No estaban ansiosos por aceptar seguir mi mal liderazgo? Me estoy cansando de tantas quejas, después de la aplastante victoria de hoy.
- ¡Pero qué diablos!
La disputa entre Darius y sus hombres subió de tono.
Con tantas bajas, a nadie le importaba si Weed y su grupo se habían ausentado durante la misión.
Weed estudió a Darius y sus compañeros. Ninguno parecía herido, todos estaban sanos y salvos.
- Seguro que se han quedado con la mayoría de los XPs de la fuerza de asalto. Lanzaron a los demás hacia una trampa, y solo cuando los hombres-lagarto empezaron a estar débiles y cansados se metieron en la batalla y se dedicaron a acabar con los monstruos.
En una batalla de tamaño medio, dependía del líder del ejército decidir cómo luchar, lo que podía cambiar completamente el resultado de la batalla.
Más adelante Weed descubrió que los hombres-lagarto se habían escondido en el bosque y mandado a algunos para atraer a las tropas.
En el bosque tenían más poder.
Un gran ejército estaba bastante inmovilizado en un bosque, en el que los defensores estaban mejor situados que los atacantes.
Darius y los suyos se habían enfrentado al cebo, y el cuerpo principal había recibido la orden de penetrar en el bosque.
Mientras ellos jugaban con los hombres-lagarto que hacían de cebo, la fuerza principal se había visto atrapada por el ataque de los hombres-lagarto.
¡Cuando los jugadores por fin hubieron cansado y herido a la mayoría de los rivales, Darius y su gente, que habían terminado con el cebo, aparecieron de pronto, acabando con ellos!
En resumen, Darius y su gente habían acumulado la mayor cantidad de fama y XPs.
- Hice lo que pude. Maté a la mayoría de los hombres-lagarto, y mis amigos les salvaron la vida. Deberían mostrarme más respeto – dijo con calma.
- ¿Qué? ¿Te crees que no entendemos cuál es tu plan?
- ¿Cómo puede decir algo así? No es tan listo como se piensa.
- No es más que un líder de segunda.
Cuando los jugadores de la fuerza de asalto empezaron a acusar en voz alta a su comandante, Darius y los suyos por fin reaccionaron.
- Si tienes lo que hay que tener, deja de hablar, y rétame a un duelo como un hombre – dijo – y tú, mujer, no estarías en la fuerza de asalto si no te hubiese escogido.
Weed observó la situación con cinismo.
Vaya un puñado de estúpidos.
Darius se había ganado una mala reputación entre los jugadores a cambio de un poco de fama y algunos puntos de servicios públicos.
Había abandonado el pez grande para coger uno más pequeño que tenía delante.
Tienes que coger los pequeños discretamente, sin llamar la atención, y los grandes de forma llamativa. Después, tienes que volver a mirar por si te has dejado algo. Esa es la forma correcta de hacer las cosas.
Aun así, los demás tampoco se libraban por su estupidez colectiva.
¿Qué habían visto en Darius para seguirle sin hacer preguntas? Si se hubiesen parado a cuestionarse sus intenciones, no habrían estado a su merced.
Era su falta por confiar demasiado en un desconocido. Si hubiesen sido más cautos, sus amigos no habrían muerto.
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