Volumen 1 Capítulo 1
El Nacimiento de un Jugador Oscuro
Imagina una vida noble, elegante y pintoresca en un entorno de máxima pobreza, de las que solo se ven en las telenovelas. Sin importar lo pobre que fuera esa persona, que nunca dejase de mostrar un amor incondicional hacia el prójimo, e incluso llegando a compartir un pedazo de pan con una sonrisa.
Si alguien le asegurase a Lee Hyun que semejante ilusión podía ser cierta, Lee Hyun le daría una paliza, y después, volvería a golpearlo de nuevo para rematarlo.
La vida era cruel con los pobres. La Ley de Bienestar Laboral aprobada por el Parlamento hacía ilegal el empleo infantil. Pero, por muy ilegal que fuese, Lee Hyun había aceptado todo tipo de trabajos inimaginables.
Desde los 14 años empezó a coser en una fábrica. El sueldo era realmente miserable, pero al menos podía comer gratis. Pero al estar en un sótano con tan solo un par de ventiladores, su salud quedó gravemente tocada. Y el daño pulmonar solo le trajo más gastos médicos.
Después fue un trabajo en una gasolinera, y ocasionalmente, él incluso llegó a tirar de un carrito de mano con el que recogía y vendía productos reciclados.
Pero sin importar que tan duro trabajase, el dinero que quedaba en su bolsillo era una miseria. Al ser menor, estaba obligado a trabajar de forma ilegal. Y sus jefes se aprovechaban de esto para explotarle sin piedad.
Siguió con esa vida de explotación hasta los veinte años. Gracias a eso, Lee Hyun conocía mejor que nadie el valor del dinero. Pero ahora las cosas iban a cambiar. Por fin era considerado un adulto, y había obtenido el carné que le permitiría trabajar legalmente.
“Tengo que trabajar hasta que mi cuerpo se venga abajo” – dijo, guardándose el nuevo carné en la cartera – “Seguramente pueda tener 3 trabajos a la vez.”
Sus padres habían muerto cuando él aún era pequeño, y ahora su hermana y su abuela eran su única familia.
‘Muy bien, a partir de ahora, vamos a ser ricos.’
Con esa promesa, regresó a su casa.
“¿Acabas de llegar?”
Su abuela estaba tumbada en la cama, acurrucada bajo la manta. Tras caerse por las escaleras unos días antes, se dislocó la cadera, quedando incapacitada para trabajar.
Aunque se tomaba sus medicamentos, con los problemas económicos que sufrían no podía recibir un buen tratamiento en el hospital, así que solo podía descansar en casa.
Y al no recibir un tratamiento, cada noche gemía de dolor.
Cada vez que entraba en casa, Lee Hyun se sentía angustiado. Era un hogar sin vida, con una hermana pequeña distante y una abuela anciana. Ser consciente de ello, seguramente, hacía que se sintiese aún más incómodo en su propia casa.
“¿Y Hayan?”
“No lo sé. Salió y aún no ha vuelto. Tal vez esté por ahí con malas compañías, no estoy segura.”
Lee Hayan era su hermana pequeña. Últimamente no la veía mucho.
“Todo irá bien. ¿Qué podría pasarle?”
“Eres su único hermano. Deberías cuidar mejor de ella.”
“Tienes razón” – y sonriendo sin ganas, Hyun se fue a su cuarto. Aunque se viese obligado a trabajos físicos o a conducir un taxi, quería mandar a su hermana a la universidad.
Llevaba un tiempo descarriada del buen camino pero, a diferencia de él, era alegre e inteligente. Él creía que en la universidad hallaría un buen marido y que podría tener una buena vida. También quería pagar a su buena y anciana abuela por todos los sacrificios con los que les había criado.
‘Bueno, y mañana, a buscar trabajo. Seguramente tendré una entrevista…’
Rodeado de ruidos, Lee Hyun encendió el ordenador. El viejo equipo empezó a funcionar entre zumbidos. En cuanto tuvo acceso a internet, como de costumbre accedió a un juego. El Continent of Magic. Un juego clásico de hacía más de veinte años. Un juego online que en su momento tuvo una legión de seguidores en toda la República de Corea.
El juego se mantuvo en la cima hasta hacía tan solo tres años. El viejo equipo de Lee Hyun, ensamblado con partes encontradas aquí y allá no soportaba casi ningún juego. Salvo Continent of Magic, ningún otro juego funcionaba correctamente.
Era el primer juego que había probado pero, sólo mientras jugaba, podía tener una pequeña sensación de placer.
Su estilo de juego era muy peculiar. No se asociaba con los demás, sino que se pasaba el día cazando. Tras matar monstruos y subir de nivel, se desplazaba a zonas de caza más complicadas. Nunca se involucraba en asedios ni en guerras de clanes.
Disfrutaba del juego subiendo las habilidades de su personaje y mejorando su equipamiento gradualmente. En una ocasión, estuvo cazando durante doscientas horas seguidas sin dormir. No era raro verlo esforzándose todo un mes para subir un nivel, o para derrotar a un determinado monstruo.
Otros podían preguntarse qué tenía de divertido, pero le encantaba ver crecer a su personaje y, cuando podía derrotar a monstruos antes intocables, su placer era inmenso.
En poco tiempo había alcanzado el nivel máximo, el estado definitivo en el que ya no podía seguir creciendo.
Había sido el primero y el único en tener ese récord en toda la historia del Continent of Magic. Para cuando se dio cuenta, nadie podía rivalizar contra la supremacía de su personaje. En las zonas de caza en que los grupos tenían problemas, él acababa en solitario con todos los monstruos.
Tras alcanzar el máximo nivel, derrotó a todos los enemigos finales, incluidos los Dragones.
Así que Lee Hyun había perdido el interés. Hoy en día, con todos los avances tecnológicos, el objetivo de los juegos era introducirse en el sistema de Realidad Virtual.
Entre ellos se encontraba uno llamado Royal Road, que estaba considerado como el máximo exponente de los juegos de Realidad Virtual. Contando con un mundo completamente implementado, el juego contenía miles de razas y millones de usuarios. Miles y miles de trabajos estaban disponibles, y contaba con cientos de miles de habilidades.
Podías disfrutar de aventuras a tu medida o, incluso, irte a pescar con los amigos durante días… siempre que no te cruzases con un tifón en el camino, claro.
La absoluta libertad era increíble, pero lo más impresionante de todo era el sistema de juego. Royal Road tenía la reputación de generar la diversión definitiva que cualquier ser humano podría esperar de un juego.
‘Bueno, para mí todo esto no son más que castillos en el aire.’
¿Qué podía esperar Lee Hyun con un equipo que empezaba a ralentizarse al cargar una página web medio decente?
Con lo popular que era el juego, instalar el equipo que habilitaba la Realidad Virtual costaba más de diez millones de wons. De tener tal cantidad de dinero, iría destinado directamente a los gastos médicos de su abuela, o a la matrícula de la universidad para su hermana. Y ahora, para empezar a ganar dinero lo más diligentemente posible, el juego tenía que terminar.
¿Está seguro de que desea eliminar su cuenta?
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Sí / No
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Lee Hyun puso el cursor del mouse sobre el ‘Sí’. En ese momento, con un simple click del ratón, el personaje en que había trabajado con tanto esmero desaparecería para siempre. En el momento en que empezó a doblar el dedo, se le ocurrió una idea.
‘¿Podría vender mi personaje por dinero real? Creo que se conoce como vender la cuenta.’
Recordaba haber leído en un periódico hacía tiempo que la compraventa de personajes era algo habitual. Y eso significaba dinero. Y ya que él iba a eliminar la cuenta de todos modos, bien podía intentar vendérsela a otra persona.
Empezó a buscar por internet una página de compraventa de personajes. Con una sola búsqueda dio con docenas de sitios y, entre ellas, escogió la que tenía un mayor volumen de ventas.
‘¿Así que muestro aquí mi personaje con un precio… y ya está?’
Lee Hyun subió algunas imágenes de su personaje.
Personaje de Continent of Magic con el máximo nivel. Incluye el mejor equipamiento concedido por los Dragones, valorado en unos treinta mil millones de marcos.
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Decidió iniciar la subasta con el precio inicial de cincuenta mil wons. Temía que nadie ofreciese si ponía un precio inicial demasiado alto.
El límite de la subasta era de veinticuatro horas.
Era ilógico esperar mucho tiempo por una gran suma. Y para conseguir un trabajo necesitaba urgentemente un traje decente, así que tenía prisa por lograr el dinero.
Normalmente, podía comparar los personajes y objetos de otros, pero los contenidos de los demás solo podían ser vistos por miembros de pago de la página, algo a lo que Weed no tenía acceso.
Terminó de hacer el anuncio y se fue a dormir. Planeaba levantarse temprano al día siguiente para ir de inmediato a la oficina de empleo.
Ni una hora después de poner la subasta, los habitantes del ciberespacio empezaron a calentar la red.
* * *
Al principio, nadie creía en el contenido del anuncio. Era bien sabido que la última actualización de Continent of Magic había aumentado notablemente los niveles máximos disponibles.
El nuevo nivel máximo se había puesto en 200.
En todo el servidor nadie había alcanzado aún ese nivel, seguramente porque era algo imposible para cualquier ser humano.
Y, de pronto, aparecía una subasta en la que se vende un personaje con ese mismo nivel.
Este tipo nos toma por tontos.
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¿Qué clase de tonto se entretiene con estas estupideces?
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Esto lo han hecho tantas veces que ya no tiene ni gracia.
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Había muchos comentarios como esos. Algunos aconsejaban que nadie picase, y otros agradecían el buen rato de risas que habían pasado con la noticia.
Desde principios del siglo XXI, las estafas por internet ya eran algo habitual y, por eso, todo el mundo pensó que no era más que otro caso de publicidad engañosa.
No… Es imposible.
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No podría ser verdad.
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Los habituales de la red intentaron ignorar la subasta. Pero algunos no pudieron contener su curiosidad y volvieron a examinar el hilo.
Los foros de subastas exigen que siempre se incluyan capturas de pantalla del personaje a la venta. Abrieron todos los archivos adjuntos al mensaje. La información del personaje era impactante. Algunos atributos estaban al máximo y los elementos equipados eran, simplemente, increíbles.
¿Dónde diablos ha conseguido esas armas?
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¿El conjunto completo de la Armadura de Dragón Rojo y el escudo de Columna Vertebral del Dragón Rojo? Guau…
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Dice que se lo otorgó el Dios Negro del Valor.
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La gente estaba bastante impresionada. Por alguna razón, no parecía un simple engaño. Para falsificar esas imágenes hacía falta un gran esfuerzo.
Este tipo se ha pasado un montón de tiempo con esto…
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La interfaz es la del Continent of Magic, pero… ¿de qué juego ha importado ese equipamiento?
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Entre los visitantes el hilo, había algunos diseñadores gráficos. Estos examinaron la foto con mucho cuidado.
No importa lo bien manipulada que este la imagen, una falsificación
siempre tiene restos microscópicos. Aunque para una persona normal
parezca real, si se aplica la última tecnología siempre se pueden
encontrar las partes modificadas.
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Los diseñadores ampliaron diez mil veces la imagen, siguiendo los rastros de píxeles, estudiando cada sombra y hasta escaneando los archivos de las imágenes en 3D para demostrar que era falsa. Pero fue en vano. Al final se vieron forzados a reconocerlo.
Las imágenes son reales.
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Como diseñador jefe de la compañia LK, garantizo que esta imagen no ha sido alterada en modo alguno.
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En contra de las expectativas, los diseñadores gráficos empezaron a confirmar la autenticidad de las imágenes.
Entonces aparecieron los verdaderos usuarios de Continent of Magic. En cuanto vieron las imágenes, empezaron a gritar sorprendidos. No se lo habían esperado.
Es verdad. Se trata del personaje conocido como Weed. Es increíblemente famoso.
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El equipamiento es suyo, pero no sabía que había alcanzado el máximo nivel. Impresionante.
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Lee Hyun siempre jugaba solo, evitando intencionalmente las zonas de caza con mucha gente. Nunca participaba en asedios y, por lo general, ignoraba las disputas menores. Pero los rumores sobre él eran interminables.
Había derrotado a krakens y a los Dragones, los cuales se consideraban invencibles, y barrido los territorios de caza de mayor dificultad en solitario. Que no se asociase con los demás no significaba que no fuese reconocido. Entre el resto de usuarios era una leyenda viviente. Solo él mismo ignoraba que era una estrella.
Entonces, ¿ese equipamiento es real?
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En este caso, esto es una ganga…
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El precio inicial de la subasta era de solo cincuenta mil wons. Ignorando tanto el valor del personaje como su equipamiento, sólo su posesión hacía que el precio fuese exorbitantemente bajo. La gente se apresuró a hacer sus ofertas. Pasó rápidamente de cincuenta a trescientos mil y, de forma inmediata, a setecientos mil wons. Al cabo de una hora superaba el millón de wons.
Ya que ese era el valor de la venta de una sola de las piezas equipadas, la gente siguió pujando sin miedo. Su valor empezó a dispararse. En ese momento, algunos empezaron a echarse atrás, al darse cuenta con impotencia de hasta dónde podía llegar el precio final.
Aunque el número de jugadores de Continent of Magic había decrecido con el tiempo, tras la integración de todos los servidores en uno y hacerse gratuito, aún retenía un buen número de usuarios.
Dichos usuarios eran los culpables de haber aumentado la subasta en sus primeras fases y, a continuación, fueron los administrativos más acaudalados los que siguieron aumentando el precio.
Al principio, cuando se lanzó el juego Continent of Magic, mantuvo en vilo a todo el mundo en la República de Corea durante toda la noche. El personaje de máximo nivel del juego. Poseer algo tan importante tenía tanto valor como para querer enseñárselo a los demás.
El más astuto de los administrativos llamó rápidamente a su jefe, que era de una edad similar a la suya.
- ¿Director?
- ¿Por qué me llamas a medianoche? ¿Es que quieres que te despida?
- Eh… ahm… bueno… Director, ¿no era usted un jugador de Continent of Magic hace tiempo?
- Si ¿Por?
- Están subastando un personaje con el máximo nivel de Continent of Magic. Pensé que podría estar interesado…
- ¡¿Qué?! ¡¿Estás hablando de Weed?!
- Sí. Veo que lo conoce. Tiene nivel 200. Y los atributos y el equipamiento están mejorados al máximo. – continuó dándole más detalles.
- Ahora vas a ofertar treinta millones de wons de tu bolsillo. Yo voy a conectarme de inmediato para comprobarlo; mientras intenta poner la mayor oferta.
Actualmente, las personas en las posiciones claves de las compañías eran de una generación que había jugado a juegos online en su juventud. Su entrada en la subasta aumentó una vez más el ritmo de las ofertas.
En los principales portales y las webs relacionadas con videojuegos, el tema del momento era esa subasta. Mucha gente empezó a buscar información, y la búsqueda de la palabra ranking se disparó por las nubes. Fue entonces cuando comenzó la verdadera subasta.
* * *
Y, mientras tanto, Lee Hyun estaba profundamente dormido, sin la más mínima idea de los acontecimientos.
‘Trabajo duro… cincuenta mil wons diarios. Lavar platos en un restaurante, treinta mil wons. Para cenar, sobras de un jamón…’
Él estaba ocupado ajustando el plan del día siguiente mientras dormía.
* * *
Con la atención de todo el mundo centrada en un solo personaje, el precio de la subasta subía como la espuma.
Hasta entonces, nadie había sabido quién tenía el mayor nivel en Continent of Magic, por lo que todos tenían el deseo de poseer y demostrar la supremacía de un personaje eterno en el que una vez fuera el juego más grande.
Finalmente el valor de la subasta superó los cien millones de wons.
En ese momento, la posesión del personaje superaba tanto el valor de mercado de las posesiones individuales como de todo el equipamiento. Algunas personas, lamentándose de su falta de liquidez, abandonaron la subasta.
Creo que quien está vendiendo este personaje no es más que un bicho raro.
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¿Cómo puede poner un periodo tan corto al subastar un avatar tan importante?
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¿Tan seguro estaba de conseguir el máximo precio posible?
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Así se quejaban los que iban abandonando la subasta. Rápidamente el número de comentarios rebasó los novecientos.
Las ofertas se renovaron automáticamente unas cuantas veces y, cuando ésta superó los trescientos millones de wons, se sumaron a la subasta un buen número de empresas.
Pese a ser una simple subasta, estaba claro que no era algo que se iba dirimir sin disputas. Si se cerraba con una cifra descomunal, muchísima gente terminaría enterándose por las noticias o por los rumores. Los efectos publicitarios serían formidables.
El mero hecho de anunciarse en el foro de subastas costaba un montón de dinero. Además, después de invertir dolorosamente el dinero para hacer dicho anuncio, la gente ni se molestaba en mirarlo dos veces. Sin embargo, ¿qué mejor había que continuas noticias sobre el personaje del nivel más alto siendo vendido por una pequeña fortuna? El interés y la atención de la gente se concentraba.
Los departamentos de relaciones públicas de cada empresa estudiaron esta posibilidad. Los medios digitales aumentaron la competición y todas las cadenas de comunicación querían poseer el personaje. El precio no era un problema. Organizando unos reportajes centrados en un juego que había sido tan famoso anteriormente y luego presentando al mejor personaje en cuestión, aumentarían notablemente la confiabilidad y la imagen de la emisora.
La fiera competición disparó una vez más los precios, y el aumento en el número de visitas hizo que los dueños de la página de subastas sonriesen satisfechos.
Por fin terminó la subasta.
Cinco empresas de videojuegos se habían enfrentado entre sí pero, alzándose sobre las demás, quien había hecho la mejor oferta y había ganado la subasta fue CTS Media. Ésta se encontraba en plena expansión, lo que la hacía resultar muy interesante. Mediante la secretaria del presidente, la oferta ganadora fue hecha y notificada justo antes del final del plazo.
* * *
- Hola.
Una llamada de teléfono despertó a Lee Hyun a primera hora de la mañana.
El trabajo en una constructora del día anterior le había dejado exhausto y había caído rendido en la cama. Solo había ganado treinta mil wons. Era menos de la media porque le habían echado por incompetente.
- Hola.
Para su sorpresa, la voz al otro lado de la línea era una hermosa voz femenina.
- Ehm… creo que ha llamado al número equivocado.
Lee Hyun, convencido en que nadie en su sano juicio llamaría a su casa, intentó colgar. Pero…
- Usted ha intentado vender su cuenta a través de internet, ¿verdad?
- Así es.
- Le llamo desde la compañía CTS Media. Soy Yoon Nahee, la secretaria del presidente de nuestra compañía. Hemos ingresado la suma de la oferta final de la subasta en su cuenta, puede confirmarlo en la web de subastas, y le rogamos que contacte con nosotros lo antes posible.
- ¿Qué? Un momento… ¿ha habido una oferta ganadora?
- Ajá, así es. Si me permite la pregunta, ¿aún no lo ha comprobado?
- No… estaba un poco ocupado…
Se trataba de Yoon Nahee de CTS Media. La secretaria del presidente de la compañía, encargada incluso de los recursos financieros, la cual no era una mujer corriente. A parte de dominar ocho idiomas, era alabada por todos los que la rodeaban. Pero el hecho de que Lee Hyun no hubiese comprobado aún el resultado de la subasta, bastaba para dejarla perpleja.
- ¿De cuánto ha sido la oferta final?
Lee Hyun se sentía incómodo. Esperaba que al menos fuesen doscientos mil wons para poder pagar las facturas médicas, y por eso había preguntado; pero la respuesta que oyó por el teléfono le dejó paralizado.
- Tres mil millones y noventa mil wons.
- Tres mil millones y noventa mil wons.
Originalmente, el valor del personaje de Weed según los precios de mercado, era de ciento cincuenta millones de wons. A día de hoy, con los videojuegos en la cima de la popularidad, sólo su equipamiento podía llegar a cien millones de wons pero, al ser un juego antiguo, el precio de mercado se había reducido extremadamente.
Pero varios factores, como el corto plazo de subasta, la rareza exclusiva del equipo y su fama, habían hecho que el precio final rebasase los tres mil millones de wons. La subasta en sí ya era un buen material para las noticias, algo que era, exactamente, lo que CTS Media quería.
Aun así, Lee Hyun respondió con tono áspero.
- ¿Está bromeando conmigo?
- ¿Perdón?
- No puedo creer que me haya llamado para contarme una tontería semejante. Voy a colgar ahora.
Tras colgar, Lee Hyun sonrió con amargura.
‘¿Cómo sabía ella del foro de subastas? ¿Y cómo obtuvo mi número de teléfono para gastarme una broma?’
Lee Hyun no se creía nada de esto. Era demasiado absurdo.
Pero, en cuanto accedió al portal de subastas, la suya estaba en la primera posición de la lista. Muchísima gente había estado comentando en tiempo real, y la oferta final cuadraba con lo que le habían dicho por teléfono: tres mil millones y noventa mil wons.
Lee Hyun logró no desmayarse solo por su severa tenacidad.
‘Si esto es un sueño, espero no despertarme nunca.’
Al día siguiente, confirmó que los más de tres mil millones de wons habían sido efectivamente ingresados en su cuenta. Lee Hyun se pellizcó en el brazo hasta que pudo ver sangre. ¡No era un sueño! Fue corriendo a mostrarle a su abuela la libreta bancaria. Pero todavía no estaba preparado para contarle toda la verdad.
“Abuela, he juntado algo de dinero.”
“Sí, hijo, sí” – respondió su abuela sin mucho ánimo. Solo habían pasado 3 días desde que le diesen el carné de trabajo. No podía haber ganado mucho – “Buen trabajo Hyun.”
“No ha sido difícil, abuela” – dijo pasándole la libreta bancaria.
“¿Qué es esto?”
“Mira. Es el dinero que he ganado.”
Tras ver el contenido de la libreta, su abuela se frotó los ojos un par de veces. La reacción tras ver la cifra inscrita en la última línea era de desconcierto.
“Tú… ¿has robado? No… esta cantidad de dinero no se puede robar sin más.”
“Lo que he hecho ha sido vender mi cuenta de juego.”
“¿Tu… cuenta?”
“Es… complicado… de todos modos, ese dinero lo he ganado legalmente.”
“Entonces… de verdad…” – su abuela, llena de una creciente emoción, empezó a llorar – “Hyun, ¿esto significa que podemos vivir como los demás? ¿Qué ya no tendremos que preocuparnos constantemente por las facturas del agua y la luz?”
“Por supuesto, e incluso podremos tener nuestra propia casa.”
“Podrás volver al colegio… y Hayan podrá ir a la universidad. Ya no tenemos que vivir envidiando lo que tienen los demás.”
Su abuela estaba conmovida hasta el punto de empezar a llorar abiertamente. Y lo mismo le pasaba a Lee Hyun al recordar los amargos momentos por los que había pasado.
“Ahora podemos vivir felizmente todos juntos, abuela.”
“Sí, por supuesto.”
Tras los duros tiempos que habían pasado juntos, ambos estaban mucho más animados. Unos días después compraron una casa nueva y recibieron un buen tratamiento en el hospital. Además de los problemas de cadera, su abuela tenía infinidad de molestias, y tuvo que ser ingresada en el hospital. Su hermanita, Hayan, también estaba encantada por los acontecimientos. Pero esta gran felicidad no duró mucho.
Los hombres de los trajes negros. Las personas a las que menos quería ver aparecieron en el hospital.
Hombres de negro con zapatos recién comprados, literalmente invadieron la habitación del hospital. Con sus cuerpos musculados, sólo cinco de ellos bastaban para llenar la pequeña habitación del hospital.
El resto de los pacientes se asustaron, y con la ayuda de sus cuidadores abandonaron rápidamente la zona. Sólo quedaban Lee Hyun, su abuela y los hombres trajeados. Lee Hyun se alegró al ver que su hermana no estaba allí al llegar este tipo de gente. Pero estos matones nunca le habían traído buenas noticias. Y no es que esperase algo así en esta ocasión.
“Lee Hyun, he oído que la suerte le ha sonreído a tu familia…” – dijo un hombre rubio.
Lee Hyun respondió con rudeza.
“¿Y a tí qué te importa?”
“Tiempo atrás, tu padre nos pidió un préstamo, y hemos venido a cobrarlo.”
“¿A cobrarlo?”
“Así es. Y ahora que tienes el dinero, supongo que no tendrás problemas en pagarnos lo que se nos debe.”
Lee Hyun tragó saliva. Al morir sus padres, había heredado una deuda de cien millones de wons. No habría habido problemas si hubiese rechazado la herencia pero, por aquel entonces, Lee Hyun era muy pequeño y desconocía las leyes. Además, su abuela, con la inmensa pena de haber perdido a un hijo, no cumplimentó los formularios necesarios para rechazar la herencia dentro de los tres meses legales, por lo que el legado había pasado a los herederos.
De este modo, Lee Hyun había quedado endeudado con los prestamistas por una cantidad de cien millones de wons. Sabía lo desalmados que podían llegar a ser, pero ahora tenía un montón de dinero. No había razones para estar asustado.
“Saldaré la deuda. ¿A cuánto asciende?”
“¿Saldarla? Te quedas un poco corto. Bueno, tampoco es que sea un problema. Al fin y al cabo, nos preocupamos por nuestros queridos clientes. El dinero que tienes que entregarnos asciende a tres mil millones de wons.”
Al oír la cifra, la cabeza de Lee Hyun palpitó con rabia.
“Eso es absurdo… Mi padre solo pidió prestados cien millones de wons.”
“Eh, han pasado ocho años desde entonces. Y con el tiempo, los intereses se van acumulando.”
“Que absurdo… Pienso llamar a la policía.”
“¿La policía? Piensa por un momento. ¿Crees que la policía se pondrá de tu lado?”
“La policía es el escudo que protege a la gente.”
“Fua… Jajajaja… JAJAJAJAJA.”
Los matones se mofaban de su comentario. Sobre todo el rubio que, al oír una afirmación tan tajante, se llevó la mano a la frente y se tronchó de risa a placer. El hombre que estaba en silencio tras él hasta ahora, empezó a hablar. Teniendo en cuenta la atmósfera, parecía el líder.
“Explícale la situación al chico inmediatamente. No queremos problemas innecesarios.”
“Sí, señor. Lo siento, chico, escúchame bien. Respetamos la ley. Es un interés legítimo. Según nuestro contrato, el interés es del cincuenta por ciento al año. ¿Te facilito las cuentas? El primer año asciende desde cien a ciento cincuenta millones; el segundo a unos doscientos veinte, el tercero a trecientos treinta, y el cuarto la cifra ronda los quinientos millones.”
Al oír las cifras, Lee Hyun palideció. La deuda se había quintuplicado en los primeros cuatro años. Ya habían pasado ocho años, así que rondaría los dos mil quinientos millones de wons; aunque, siendo sinceros, habían pasado unos cuantos meses más, por lo que exigir una deuda de tres mil millones no era algo exagerado.
Lee Hyun, acosado por los miembros de la mafia, desconocía su deuda exacta. Sin saberlo, había acumulado una deuda astronómica.
¡Era la bancarrota!
Otros, con una deuda tan grande, se declararían en quiebra. Tras una bancarrota aún podrían contar con algunos miles de wons. Pero él ni lo consideraba. Declararse en quiebra costaba dinero en papeleo y consejeros legales. Solo pagando el papeleo y las tarifas gubernamentales, podías entrar en bancarrota.
Lee Hyun no podía permitirse una declaración de quiebra. De hecho, aun teniendo el dinero, no creía que los avaros prestamistas le permitiesen hacerlo sin más.
“Queremos tres mil millones de wons.”
“No, ni hablar.”
“¿Ni hablar? Haz lo que quieras. Si no quieres pagar, vendremos a cobrar mañana. Pero entonces tendrás que pagar un poco más pero… oye, es tu decisión.”
Los hombres vestidos con trajes negros se mostraban confiados. Confiados en su derecho, confiados en su poder. Además, Lee Hyun sabía que dentro de lo posible era mejor pagar la deuda. Para empezar, no tenía alternativa: habían venido sabiendo que tenía el dinero.
Los matones sonreían con malicia.
“Tu pobre abuelita está hospitalizada, pero la verdad es que parece que está bastante cómoda. Al igual que tu hermanita, la del pasillo. Una hermanita tan preciosa… estoy seguro que alcanzará una buena cifra si subastamos su honra…”
“¡Ni se te ocurra ponerle la mano encima a Hayan!”
“Tranquilo. Todavía no hemos hecho nada… todavía. Sólo estamos hablando, chaval. Pero si una familia de tres miembros fuera hospitalizada a la vez… esa sería una imagen conmovedora.”
Lee Hyun no era capaz de seguir aguantando estas amenazas camufladas. No podía hacer nada. Lo imprescindible era que estos hombres se fueran. En los suburbios había visto el destino de aquellos que no habían podido pagarles. Si había un pecado capital, era el de pedirle un préstamo a esta gente.
Sin poder siquiera defenderse con la ley, Lee Hyun tuvo que entregar su libreta bancaria. Los matones la cogieron y sacaron dos mil novecientos millones de wons en efectivo en una bolsa, junto con un pagaré de cien millones de wons que sus padres habían firmado ocho años antes. Desde el principio, conocedores de toda la historia, habían venido preparados.
“Gracias, y perdón por las molestias.”
Cuando los hombres empezaban a irse, Lee Hyun grito:
“¡ESPERAD!”
“¿Si, chico, qué es lo que quieres?”
“Algún día, os hare pagar por todo esto.”
“¿Perdón?”
“Creéis que ahora que habéis cobrado esto se ha terminado. Pero en el futuro ajustaremos nuestras cuentas.”
Los hombres estaban a punto de empezar a reír otra vez. Pero al ver la expresión en los ojos de Lee Hyun, la risa murió antes de empezar. Una joven bestia salvaje. La crudeza de su mirada les provocó un escalofrío.
“Veo que todavía te quedan agallas. Estamos en la obligación de enseñar a un chaval tan valiente como tú cómo funciona el mundo” – algunos de los hombres se empezaron a subir las mangas. Pero Lee Hyun no mostró ninguna señal de miedo, ni retrocedió.
“Ya basta. Hemos recogido el dinero, no hagáis nada innecesario.”
“Pero…”
“¿Es que quieren montar una escena en un hospital?”
“Entiendo, señor.”
Los hombres salieron apresuradamente del cuarto.
“Y, chico…” – dijo el líder del grupo mirando a Lee Hyun – Mi nombre es Han Jinsup Myongdong. ¿En serio crees que tu audacia funcionará en un mundo tan corrupto como éste? Si crees que es injusto, consigue reunir tres mil millones de wons en cinco años y búscame. Entonces te obedeceré como acato las órdenes de mí jefe.
Los matones se fueron. Y Lee Hyun se sentó en el suelo, sin poder hacer nada. Al oír los llantos de Lee Hayan en el pasillo, su abuela suspiró sin fuerzas.
* * *
Tras robarle un total de tres mil millones de wons, no le quedaban fuerzas para hacer nada. Estaba completamente vacío por dentro. Pero, tras estar tres días en esta situación, se levantó.
Había una esperanza, una posibilidad. Así que no podía sentarse y dudar. La sombra de una sonrisa cruzó sus labios. Entre lágrimas, Lee Hyun empezó a sonreír. Había sido sólo un momento, pero la experiencia de poseer una gran suma de dinero le había mostrado un poco acerca de cómo giraba el mundo.
‘Eso es. Si lo he logrado una vez, puedo conseguirlo de nuevo.’
Lee Hyun estaba ocupado. Le quedaban noventa millones de wons, pero eso no significaba que pudiese disponer de ellos. Al estar firmado el contrato de la nueva vivienda, para la compra tenía que reservar cincuenta millones de wons. Podía cancelar el contrato, pero eso supondría una penalización. Prefería morir a pagar dicha penalización.
En definitiva, ¡sólo contaba con cuarenta millones de wons!
Y todo debido al desplome del sector inmobiliario de principios del siglo XXI.
* * *
Con parte del dinero restante, Lee Hyun se registró en centros de artes marciales que impartían aikido, kendo y taekwondo. Se impuso un horario muy riguroso, llegando a asistir a seis centros cada día. Mientras destrozaba su cuerpo en varios gimnasios, consiguió dominar las artes marciales.
Los instructores le apodaban ‘La Bestia Salvaje’. Para aumentar su fortaleza practicaba con la espada hasta el punto en que las manos le sangraban.
¡Un juego de Realidad Virtual!
Al tratarse de un lugar en el que podías mover tu propio cuerpo, significaba que podías hacer las mismas cosas que en la realidad. Entonces, ¿no sería útil aprender artes marciales y estudiar un poco más sobre el sistema de juego?
Por supuesto, que aprender artes marciales no era una ventaja absoluta. Pero para ser más fuerte, incluso en el primer nivel, era mejor aprenderlas.
Imagina poder ser al menos un diez por ciento más fuerte durante el juego y los tremendos efectos que eso podía aportar. Ese era el motivo por el que aprendía artes marciales durante el día y por la noche estudiaba acerca de los juegos de Realidad Virtual. Qué juego tenía más usuarios, cómo funcionaba el sistema… estudiaba todo a conciencia.
Hizo tablas y análisis sobre cada profesión, ciudad y habilidad y las colgó en la pared de su habitación. Los informes ocupaban todo el espacio disponible.
Un año. En ese tiempo, Lee Hyun aprendió artes marciales y aprendió todo sobre los juegos de Realidad Virtual. Pero no había sido tan solo un año de preparación, también lo había aprovechado para estudiar con detenimiento el desarrollo de Royal Road.
El juego cumplía con todas las expectativas y, tal y como su nombre indicaba, su gran destino era ser el Emperador del continente. Contaba con más de tres cuartas partes de la cuota de mercado de los videojuegos, y más del noventa por ciento de los jugadores coreanos participaban en el juego. Prácticamente, se podían programar los hechos relevantes. Particularmente, durante las batallas entre diferentes reinos, se llegaba a un punto abrumador de audiencia en toda la red.
El único juego del mundo en el que se podía conseguir fama, poder y dinero. Royal Road era el resultado de un ingenioso sistema basado en la Realidad Virtual.
‘Genial, todo va según el plan’
La fría mirada de Lee Hyun estaba clavada en el monitor.
Ese día, había comprado por diez millones de wons la cápsula para conectarse a Royal Road. Era lo bastante cara como para hacer que le salieran las lágrimas, pero no dejó de convencerse de que era una inversión. Había terminado con los preparativos. Era el momento de empezar con el juego. Se sentía como un soldado a punto de entrar en el campo de batalla.
¿Quiere conectarse a Royal Road?
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Sí / No
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Cuando apareció el mensaje, Lee Hyun no dudó en gritar.
“¡SÍ!”
Amigo si UD se traduce todo hasta el volumen 17 , me hara el sujeto mas feliz, e tenido que leer desde el 15 en adelante en ingles traducido y es un asco, suerte con esto y ahora voy a releerlo todo contigo
ResponderBorrarUna pregunta me puedes decir como se llama esta novela?
BorrarLegendario escultor de la luz lunar
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